En cuestión de meses, el sentimiento del mercado en torno a China ha pasado del mayor de los entusiasmos al mayor de los pesimismos. Catherine Yeung, directora de inversiones de renta variable asiática de Fidelity International, admite esta situación, pues explica que en muchas de sus conversaciones con inversores ha detectado la percepción de que “por primera vez en muchos años, parece que ya no se puede invertir en China”.
De hecho, la experta constata que ahora la preferencia del mercado se ha redirigido a los activos indios y japoneses en detrimento del gigante asiático, tal y como indican los flujos vistos a lo largo de 2023. La lectura positiva que extrae es que los inversores interesados en activos asiáticos siguen teniendo suficientes oportunidades, dado que los fundamentales económicos se siguen manteniendo en niveles saludables en la región: “Los mercados asiáticos son muy diferentes entre sí, por lo que la oferta en conjunto es muy atractiva. Tenemos países con distintas dinámicas de inflación y vemos factores estructurales que van a impulsar la demanda procedente de estos países en el largo plazo, como el auge de las clases medias o el incremento del consumo”, detalla Yeung.
Yeung viajó desde la sede de Fidelity en Hong Kong para detallar en una presentación para clientes españoles celebrada recientemente en Madrid dónde están detectando oportunidades de inversión en renta variable dentro de la región asiática, que detallamos a continuación.
China, el elefante en la habitación
La directora de inversiones reiteró que el sentimiento actual hacia la renta variable china es tan negativo que ahora las bolsas chinas cotizan con el mayor descuento jamás visto respecto al S&P 500. Afirmó que este mal comportamiento se debe a que “las autoridades chinas están tratando de cambiar el modelo de financiación del país porque el actual es insostenible, y el mercado está decepcionado”, en el sentido de que las políticas aplicadas en el corto plazo han resultado confusas o incluso contradictorias en relación con los planes del país para el largo plazo.
Yeung considera que ese cambio tendrá capacidad para transformar positivamente a la economía china, por lo que reflexiona que “el potencial catalizador para el cambio en China es la paciencia”. Paciencia para esperar nuevas políticas pro crecimiento, paciencia para que el país diversifique sus fuentes de crecimiento y para que logre crecer de una forma sostenible, dado que las autoridades del país han mostrado su preocupación por evitar que China caiga en la misma trampa en la que cayó Japón. Por todos estos motivos, la experta llama a “evaluar los fundamentales económicos más allá del sentimiento del mercado”.
De hecho, la experta afirma que la situación en el país no es tan mala. Sí, admite que el mercado inmobiliario presenta riesgos que necesitan ser atajados, como un exceso de oferta de inmuebles y una demanda caída por el envejecimiento de la población. Pero advierte dos tendencias emergentes: por un lado, la salida de competidores privados en detrimento de empresas públicas chinas; por otro, el incipiente auge del mercado de segunda mano en el país.
Así, Yeung considera que existen oportunidades en compañías industriales, de materiales, tecnológicas y de consumo. Destaca como tendencia creciente la capacidad de las compañías chinas para adaptarse rápidamente al cambio de la situación en el país, fortaleciendo el valor de sus marcas a nivel local y abriéndose a competir en la economía global. “Las compañías chinas se están posicionando offshore y onshore”, resume.
Oportunidades en Japón
Después de muchos años en la lista negra de los inversores, Japón ha ido avanzando enteros entre las preferencias de los inversores en los últimos meses. Es un cambio que Yeung califica como “notable”, y la experta destaca que la transformación que está viviendo el país no atañe sólo a las políticas fiscales y monetarias, sino que también se está reflejando en un cambio de mentalidad a nivel corporativo gracias a la dinámica positiva de inflación en la que ha conseguido entrar el país tras varias décadas perdidas.
De este modo, la inflación ha vuelto a Japón, que está volviendo a crecer, y muchas compañías niponas han cambiado su gobernanza para mejorar su rentabilidad… y aún así, prácticamente la mitad sigue cotizando con un valor contable de uno o inferior a uno, constata Yeung, que habla de un “efecto Warren Buffett” en este mercado: “Las compañías japonesas están transformando su modelo para aportar efectivo de vuelta a sus accionistas”, explica.
Otro elemento importante para comprender las oportunidades en este país tiene que ver con el pobre perfil demográfico de Japón, uno de los países más envejecidos del mundo. Aquí, la experta se fija en cómo se ha incrementado el nivel de digitalización para suplir parte de la pérdida de población activa.
La hora de India
“India es la sensación del año junto con Japón, pero nos preocupa que sus activos aparentemente no están reflejando potenciales riesgos a la baja, vemos que muchas grandes capitalizadas indias ya presentan valoraciones elevadas”, explica Yeung. La experta compara la situación actual de la India – un país con un perfil demográfico favorable y que se está beneficiando del traslado de fábricas de China a otros países- con la de China hace diez años, con la salvedad de que “el país está muy expuesto a la inflación al ser un importador de commodities y por sus planes para incrementar la inversión en infraestructuras”.
La representante de Fidelity añade que, aunque India afronta elecciones generales en 2024, los inversores deberían esperar un escenario de continuación de las políticas conocidas como “Modinomics” “con independencia del partido que gane”.
Tendencias en Corea del Sur
La evolución de la demografía es también uno de los aspectos a vigilar a la hora de invertir en Corea del Sur; el perfil progresivamente envejecido y el alto endeudamiento de las familias ponen el contrapunto negativo a un país que Yeung define como “una potencia exportadora global”, con dominio en algunos sectores de la economía como la fabricación de semiconductores. La experta destaca la enorme inversión en I+D de las empresas coreanas, que las posiciona como líderes en la arena tecnológica, pero también la fortaleza de las exportaciones: por un lado, Corea lidera la exportación de materias primas relacionadas con las industrias tecnológica, química o fabricación de maquinaria; por otro, el país alberga una de las mayores cuotas del mercado mundial de astilleros por cartera de pedidos.