Los últimos doce meses no han sido fáciles para invertir, especialmente si la estrategia es de multiactivos. El arranque de 2023 parece seguir la misma tónica de 2022, pues se mantienen algunos de los elementos que ejercieron una influencia negativa sobre los mercados: la guerra de Ucrania, las subidas de tipos de los bancos centrales, el temor de los inversores a la llegada de una recesión… Aunque es evidente que otras han cambiado y podrán influir a su vez en un cambio de las expectativas del mercado, como la reapertura de China.
¿Cómo actuar en este entorno? Los gestores de Fidelity International Eugene Philalithis y George Efstathopoulos, junto a la analista sénior Becky Quin, ofrecen una actualización de la estrategia del Fidelity Funds ‒ Global Multi Asset Income Fund para este arranque de año. “Mantenemos la cautela general en activos de riesgos mientras buscamos oportunidades para asumir riesgo selectivamente en áreas donde las valoraciones y los fundamentales prestan apoyo”, anticipan los expertos.
En la parte de renta variable, el equipo explica que “a partir de ahora, seguiremos gestionando activamente la beta de renta variable de la cartera usando coberturas, ya que esperamos más volatilidad: las previsiones de beneficios deben ajustarse gradualmente durante los próximos meses”. Entre sus preferencias figuran las acciones defensivas de calidad, aunque también están asumiendo riesgo selectivamente “donde los fundamentales son favorables y las valoraciones se encuentran en niveles atractivos”.
La cautela también va a ser la tónica para gestionar la deuda corporativa, “especialmente en bonos high yield de Europa y EE.UU., ya que el endurecimiento de las condiciones crediticias probablemente sea un obstáculo a partir de ahora”.
Posicionamiento y cambios principales
El Fidelity Funds ‒ Global Multi Asset Income Fund es un fondo multiactivo de gestión activa y flexible que invierte de manera internacional tanto en activos tradicionales como alternativos. Tiene como objetivo ofrecer rentas atractivas y estables en torno al 5% anual a lo largo de un ciclo de mercado, con bajos niveles de volatilidad y con un énfasis claro en atenuar las pérdidas de capital.
La cartera del producto se divide en tres grandes categorías: activos defensivos, activos de alto rendimiento y activos de crecimiento. En la primera categoría, el equipo gestor rotó la cartera en diciembre hacia bonos investment grade mundiales, para seguir aumentando la exposición a activos de duración de alta calidad. A un tiempo, recogieron parte de los beneficios en bonos del Tesoro de EE.UU. con vencimientos largos “a la vista de la reciente recuperación de la duración”, y los destinaron a letras del Tesoro de EE.UU., por considerar que “ofrecen mayores rendimientos y sufren menos volatilidad”. Finalmente, durante el mes de diciembre siguieron reforzando su exposición al yen japonés.
Dentro de los activos de alto rendimiento, el equipo gestor ha rotado parte de la exposición hacia bonos high yield estadounidenses de duración baja, “que conllevan bajos riesgos de crédito y duración, pero pagan unos rendimientos atractivos”, explican. Por otra parte, indican que están encontrando “más oportunidades en la deuda emergente”, y por eso han seguido elevando el peso de los bonos en moneda nacional, “ya que las sorpresas inflacionistas parecen moderarse en un momento en el que los rendimientos nominales y reales son atractivos”. “La inflación de estos países parece haber tocado techo”, añade el equipo gestor.
La última novedad en este bloque ha sido que los gestores han reforzado la exposición a créditos estructurados.
Finalmente, en la parte de la cartera dedicada a activos de crecimiento, desde Fidelity International detallan que han recogido parte de los beneficios en renta variable británica y mundial y cerrado algunas de las coberturas. “Seguimos manteniendo la exposición a China a través de nuestra exposición general a renta variable asiática, así como nuestras posiciones más selectivas en valores inmobiliarios chinos”, indican los expertos en segundo lugar. Además, para acabar, indican que se mantiene la preferencia por acciones defensivas que pagan dividendos, “un estilo que creemos que continuará destacando”.