Un buen resumen de lo duro que le ha resultado a las casas de inversión vender renta fija americana en los últimos años está en esta frase pronunciada por Daniel Ushakov, gestor de Fidelity International: “Resulta más fácil mantener una conversación cuando los bonos están al 5%”. Ushakov está al frente de la estrategia Fidelity Funds US Dollar Bond y recientemente ha estado de visita en Madrid para ofrecer una actualización de la estrategia, que invierte en bonos soberanos y corporativos estadounidenses con grado de inversión.
En contra del sentir general del consenso, Ushakov considera que el ciclo de endurecimiento monetario más agresivo que se recuerda sí ha sido un éxito para la Reserva Federal, al menos en términos de gestión de la actividad económica, ya que observa la aparición de presiones desinflacionarias en distintas partes del mercado al menos desde octubre. De hecho, su valoración es que la inflación ya ha tocado techo en EE.UU. y debería empezar a retroceder… aunque su retroceso no vendrá acompañado necesariamente de rebajas en los tipos de interés.
De hecho, el gestor indica que las expectativas del mercado pueden ser demasiado optimistas, dado que ahora se están poniendo en precio hasta ocho rebajas en la tasa oficial del dinero en los próximos 12 meses, hasta el entorno del 2,5%. “Pensamos que ya se ha puesto mucho en precio y que no es tan probable que la Fed empiece a rebajar los tipos de interés tan pronto como en septiembre. La actuación de la Reserva Federal va a depender mucho más de los datos”, explica. Por este motivo actualmente el fondo tiene un posicionamiento neutral, pero ligeramente infraponderado, en los tipos estadounidenses, con preferencia por el “papel” en la parte larga de la curva.
¿Qué podría salir mal?
De cara a los próximos meses, Ushakov recomienda prestar atención al consumo, que supone el 70% del PIB estadounidense. El gestor recuerda que el virulento repunte de la inflación en el último año se ha comido el exceso de ahorros acumulado durante la pandemia, al empujar al alza los costes de financiación, particularmente de las hipotecas. De hecho, el experto observa que en los últimos meses el consumidor estadounidense ha empezado a mostrar signos de moderación y contención del gasto que están afectando a diversas partes de la economía estadounidense: desde la venta de automóviles – donde solo han aguantado la ventas de vehículos de segunda mano- a las suscripciones a plataformas de streaming, que han retrocedido. El experto también observa estos signos de contención en el segmento corporativo: “Prevemos una gestión más conservadora de los balances, con reducción del capex y reducción de las plantillas”, comenta.
En esta línea, el gestor también observa los primeros signos de deterioro en el mercado laboral estadounidense: “Ha sido más resiliente de lo que le hubiera gustado a la Fed en este punto, pero ya estamos empezando a observar ajustes de plantilla en algunos sectores – como el tecnológico, en el que está cayendo el dato de intención de contratación –”. Al mismo tiempo, Ushakov pide cautela en la interpretación de los datos sobre desempleo y población activa, pues considera que algunas tendencias emergentes no están bien reflejadas. Pone como ejemplo la reincorporación al mercado laboral de personal que se había retirado anticipadamente durante la pandemia, y que se ha visto obligado a regresar por el incremento del coste de la vida.
El otro elemento que el gestor pide monitorizar es el sector bancario, aunque en este caso realiza algunas puntualizaciones. Ushakov realiza una necesaria distinción entre la situación de los bancos regionales y de los bancos de gran capitalización en el país. En el caso de los primeros, sigue viendo signos de alarma: tienen más difícil la concesión de crédito, pues las recientes quiebras han endurecido los estándares de préstamo.
El gestor recuerda que el sector bancario de EE.UU. es de los menos concentrados, lo que también pesa en contra de las entidades regionales: “Hay mucha competición y es fácil mover el dinero de un banco a otro porque no hay incentivos para retener al cliente, lo que resta poder de atracción a los depósitos”, explica.
Además, muchos bancos regionales han actuado en los últimos años como principales financiadores del real estate comercial, que actualmente se comporta “como una de las partes más tensionadas del mercado”. Por este motivo, el real estate es uno de los sectores con los que está cauto actualmente el gestor de Fidelity, al detectar señales de estrés en la capacidad de financiación: “Muchas de las estructuras inmobiliarias actuales fueron desarrolladas durante la era de tipos cero y no están preparadas para sobrevivir en la era de la inflación. Es por esa razón que estamos cautos, aunque las valoraciones sean baratas”, afirma.
Esta situación, continúa Ushakov, ha supuesto una oportunidad para los grandes bancos, mucho más capitalizados y con balances más saneados que los regionales: han conseguido atraer gran parte del dinero depositado previamente en entidades regionales, y en algunos casos han comprado algunos de los negocios que tenían los regionales en cartera. De hecho, la gran banca es uno de los pocos sectores que Ushakov sobrepondera en cartera: “El nivel de capital actual en la gran banca es muy diferente a cómo estaban antes de 2008. Nos sentimos cómodos invirtiendo en los grandes campeones estadounidenses”, resume. El gestor añade que otro de los segmentos donde también está encontrando valor es en los “yankee banks”, es decir, emisiones en dólares de bancos europeos, como el Santander.
El otro sector en el que actualmente está encontrando más ideas el gestor es el farmacéutico, porque considera que las valoraciones aún están baratas y por su naturaleza no cíclica. Dicho esto, Ushakov recuerda que el fondo tiene flexibilidad para realizar asignaciones tácticas en función de las valoraciones. “Invertimos en activos muy líquidos para conseguir una gestión más dinámica”, puntualiza.
El Fidelity Funds US Dollar Bond presenta una duración actual en torno a los siete años con una rentabilidad media del 4,5%.