La renta variable estadounidense cedió terreno en el tercer trimestre después de que la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) adoptara una postura más combativa en relación con la inflación. Los bancos centrales de todo el mundo siguieron subiendo los tipos de interés durante el trimestre y, en este sentido, la Fed aplicó la que es ya su tercera subida de 75 puntos básicos en 2022. La Fed también recortó sus previsiones de crecimiento para 2022 y 2023.
Los tipos de los fondos de la Fed se mantuvieron en niveles elevados, lo que, sumado a la debilidad de la economía mundial, tiró al alza del dólar estadounidense. Dado que es la moneda de reserva del mundo y se percibe como activo refugio, el dólar estadounidense ha sido la moneda dominante en todo el mundo y ha desbancado a otras monedas de los países desarrollados.
La fortaleza del dólar estadounidense debería aportar solidez a las empresas orientadas al mercado interno y a los consumidores; así, desde una óptica relativa las primeras se verán menos afectadas por los tipos de cambio y los segundos verán reducidas las presiones inflacionistas sobre las materias primas. Dentro del Fidelity Funds America Fund, los gestores mantienen una exposición mayor a empresas que generan sus ingresos en EE.UU. que el índice S&P 500: 67% frente a 60% a 30 de septiembre de 2022 (el Fidelity American Special Situations Fund, que asimismo gestionan, también tiene una mayor exposición a empresas que generan ingresos en EE.UU.: 66% a 30 de septiembre de 2022).
En todo el mundo, la actividad económica se debilitó durante el trimestre con la caída de los índices de directores de compras (PMI) de la zona euro y el Reino Unido por debajo de 50, lo que indica una contracción. En EE.UU., el PMI descendió hasta el 52,2. La tendencia a la baja es representativa de un entorno económico en proceso de deterioro, pero mantenerse por encima de 50 sugiere que la economía aguanta frente a otros mercados desarrollados.
En resumen, la renta variable estadounidense fluctuó durante el periodo y pasó de las perspectivas favorables alentadas por unos beneficios empresariales mejores de lo previsto que tiraron al alza de las acciones de crecimiento, a la atonía provocada por los niveles obstinadamente altos del IPC. Desde una perspectiva de estilos, la rentabilidad fue dispar mes a mes. Durante el trimestre, las acciones de momento y crecimiento batieron a las de perfil value y calidad, mientras que las acciones de pequeña capitalización batieron a las de mediana y gran capitalización. La mayor parte de los sectores cayeron durante el trimestre y a la cabeza de los descensos se situaron servicios de comunicación (-12,7%), inmuebles (-11,0%) y materiales (-7,1%).
El FF America Fund se comportó peor que su índice de referencia (en dólares). En general, tanto la selección de valores como la distribución sectorial mermaron la rentabilidad. Las posiciones en los sectores de industria y consumo discrecional fueron las que más restaron a las rentabilidades relativas, mientras que las sobreponderaciones en atención sanitaria y energía, junto con una buena selección de valores en ambos sectores, aportaron a la rentabilidad.
Bajo la lupa: Inflation Reduction Act
La Inflation Reduction Act (IRA) comprende inversiones por valor de 369.000 millones de dólares en energías limpias, soluciones de captura y almacenamiento de carbono (CCUS) y eficiencia energética, entre otras áreas. Los incentivos que incorpora aportan claridad, certidumbre empresarial y ayudas económicas a los consumidores y las empresas.
La IRA conlleva más deducciones fiscales y plazos más prolongados para invertir en instalaciones de captura y almacenamiento de carbono (CCUS), lo que da apoyo a los planes de desarrollo a largo plazo. La productora de petróleo y gas Denbury está bien posicionada para beneficiarse de ello gracias a una red de conducciones de CO2 infrautilizada y a su capacidad de almacenar CO2 en pozos petrolíferos agotados, lo que sostiene el crecimiento de su incipiente negocio de CCUS. Desde Fidelity International indican que la sobreponderación del fondo en Denbury contribuyó a las rentabilidades en agosto.
Esta ley también promueve la inversión en materiales energéticamente eficientes para reducir el consumo de energía en las viviendas, en forma de bonificaciones fiscales. La sobreponderación del fondo en Carlisle, fabricante y distribuidor de materiales de construcción, como aislamientos para muros y tejados, va a beneficiarse del impulso a la mejora de la eficiencia energética. Esta posición realizó una de las mayores contribuciones a las rentabilidades. Aquí también interviene un factor estructural positivo, ya que el porcentaje de viviendas antiguas dentro del parque total estadounidense probablemente sea el más elevado según los registros.
Posicionamiento
Los gestores invierten en empresas que se apoyan en motores a largo plazo para evitar sectores en declive. Por lo tanto, las posiciones de la cartera pueden categorizarse de forma general en una de estas ocho temáticas: principios de la ONU y transición, costes sanitarios, gastos de consumo, seguridad energética, infraestructuras digitales, contenidos, activos de calidad y situaciones especiales.
Los gestores del fondo indican que tienen el foco puesto en invertir en empresas excelentes que no cotizan a su precio justo porque no gozan del favor del mercado, porque no se entiende el valor intrínseco de sus activos o bien porque su trayectoria hacia la sostenibilidad no se aprecia adecuadamente. La selección de valores es la base de su enfoque y es el factor que más determina el riesgo y la rentabilidad, junto con su estilo de inversión de sesgo value.
Las posiciones de la cartera se diferencian del índice gracias a un active share elevado. Por sectores, la mayor exposición se encuentra en atención sanitaria, donde mantienen posiciones estratégicas en proveedores y servicios sanitarios. Son negocios defensivos y de calidad que están respaldados por factores demográficos favorables. “Tenemos en cartera empresas que puedan ayudar al gobierno estadounidense a gestionar los costes sanitarios a largo plazo, principalmente mediante la inversión en gestores de prestaciones médicas como Elevance Health (anteriormente Anthem)”, explican los gestores. También invierten en los distribuidores farmacéuticos McKesson y AmerisourceBergen: estas empresas tienen modelos de negocio que necesitan pocos activos, pero sus valoraciones están respaldadas adecuadamente por los activos que poseen. Además, su tasa de incremento del flujo de efectivo disponible se subestima.
Las posiciones del fondo en servicios financieros se caracterizan por activos de mayor calidad que cotizan por debajo de su valor intrínseco, como la sociedad de inversiones anticíclicas Berkshire Hathaway. Dentro de la banca, consideran que “Wells Fargo es probablemente el mejor banco para tener en cartera por poseer el mayor potencial de restructuración y por cotizar con un descuento considerable frente a su valor en libros”. El control de los costes que lleva a cabo el banco en un contexto de salarios al alza parece estar funcionando bien para el valor.
Dentro de las posiciones en industria, destaca la empresa de servicios ferroviarios y transporte de mercancías Norfolk Southern. Sus perspectivas en lo que respecta a las reducciones de costes, la mejora de los márgenes y la gestión rigurosa del capital siguen intactas, con posibilidades de crecimiento derivadas de las tendencias de sostenibilidad.
La estrategia tiene una exposición bien definida a la temática de la “seguridad energética”, con posiciones tanto en el sector de la energía como en los servicios públicos. Los gestores se centran en empresas que son operadores excelentes y posibilitan soluciones. Por ejemplo, la cartera está expuesta al productor de GNL Cheniere Energy y la empresa de infraestructuras energéticas Sempra Energy. La presencia de Baker Hughes en GNL y su alejamiento de la fracturación hidráulica lo convierten en un actor clave de la transición energética en general. Exelon presenta un perfil de generación formado por activos nucleares, térmicos y renovables de diversos tipos. “Pensamos que la energía nuclear forma parte de la solución para conseguir fuentes de energía más sostenibles a lo largo del tiempo”, afirman los responsables del fondo.
Los gestores rotaron capital en el sector sanitario recogiendo beneficios en varios títulos que habían acumulado fuertes ganancias, por ejemplo, liquidando la posición en la farmacéutica Bristol Myers Squibb y abriendo una nueva posición en Laboratory Corp of America. Esta última empresa está activa en dos negocios: diagnósticos y servicios para ensayos clínicos. Recientemente la dirección anunció la escisión del negocio de ensayos clínicos, que no genera sinergias con el negocio de diagnósticos, y los gestores consideran que es una buena decisión. “En base consolidada, la empresa genera unos elevados flujos de efectivo y su valoración es atractiva”, concluyen.