¿Vender ropa y alimentos a los rusos es cumplir con sus derechos humanos o financiar una guerra? Este es sólo un ejemplo del tipo de cuestiones éticas complejas a las que se enfrentan ahora las empresas. En la opinión de Fidelity International, los inversores también deben luchar por hacer lo correcto y actuar en el mejor interés de sus clientes. No hay respuestas fáciles.
En este artículo la gestora analiza los problemas éticos y de sostenibilidad que han surgido a raíz de la guerra y cómo las organizaciones intentan resolverlos. En Fidelity International esperan que en los próximos meses aparezcan más problemas a medida que se manifiesten los efectos de segundo orden y los trataremos en futuros artículos.
Retirada de activos rusos
La cuestión más destacada ha sido la retirada de la actividad empresarial y comercial de Rusia. Mientras que los gobiernos occidentales han sancionado a personas e instituciones rusas, muchas empresas occidentales se han autosancionado, a menudo por motivos morales. Esto puede marcar un momento de recalibración del riesgo soberano medioambiental, social y de gobernanza (ESG) a nivel mundial, y la creciente materialidad del riesgo empresarial basado en valores, que las empresas y los inversores tendrán que considerar ahora.
En muchos casos, la acción sobre Ucrania fue decisiva. Una serie de marcas conocidas, como McDonald’s y Apple, no tardaron en suspender sus negocios en Rusia. Coca-Cola, que vendió por primera vez bebidas en Rusia hacia el final de la Guerra Fría para obtener beneficios y como forma de diplomacia, también se ha retirado. Según la Yale School of Management (1), más de 450 empresas han anunciado su retirada de la economía rusa desde que Putin lanzó la guerra en febrero, a pesar de que en algunos casos el impacto comercial será importante.
A otras empresas les ha resultado menos sencillo sopesar las diferentes vertientes de E, S y G junto con las consideraciones éticas.
El propietario de Uniqlo, Fast Retailing, por ejemplo, planeó originalmente continuar con sus operaciones en Rusia, argumentando que «la ropa es una necesidad de la vida», antes de ceder a la presión pública y cerrar temporalmente sus tiendas. Su rival Inditex también ha cerrado temporalmente sus establecimientos.
Asimismo, el gigante de los bienes de consumo Reckitt Benckiser, que ha seguido operando en el país a pesar de las protestas de la opinión pública, alegó su «obligación de cuidar» a sus 1.300 empleados en Rusia y la necesidad de los consumidores de productos de higiene y salud. Ambos casos demuestran que las empresas intentan equilibrar los retos sociales y éticos a los que se enfrentan.
Otras han sido criticadas por no actuar. Renault fue una de las empresas señaladas por el presidente ucraniano por seguir operando en Rusia, y sólo recientemente anunció el cese de sus actividades. Nestlé se enfrentó a una tormenta de críticas en Twitter y posteriormente retiró las marcas de chocolate y café del país, pero sigue ofreciendo productos esenciales como alimentos para bebés.
El enfoque de Fidelity
En Fidelity International han prohibido las compras nuevas y adicionales de valores rusos y bielorrusos en el futuro inmediato. Y tratarán de reducir o desprenderse del resto donde y cuando sea posible, de forma que se protejan los intereses de nuestros clientes y se mitiguen las consecuencias no deseadas. Seguiremos de cerca los acontecimientos y continuaremos revisando nuestra decisión en caso de que se produzca un cambio significativo en las circunstancias.
La liquidez está afectando a los instrumentos rusos, ucranianos y bielorrusos, por eso, Fidelity International ha implementado capacidades mejoradas para seguir la evolución de las características del riesgo. También siguen atentos a la posibilidad de nuevas sanciones financieras y a los efectos de segundo orden de las sanciones existentes que plantean cuestiones técnicas, por ejemplo, sobre el pago de cupones o dividendos.
Al mismo tiempo, la gestora está colaborando con las empresas para entender su exposición al riesgo de Rusia, Bielorrusia y Ucrania a través de sus operaciones y cadenas de suministro. También están animando a las empresas participadas que pueden apoyar a los más afectados por la guerra, a través de sus productos, servicios y operaciones, a que lo hagan cuando sea posible.
Por último, en Fidelity International están atentos a cómo la aplicación de las sanciones puede afectar a las estructuras de gobernanza en los próximos meses y a cómo las empresas pueden tratar de modificar sus modelos de propiedad, así como a las razones para ello, ya sea por motivos éticos y/o de acceso al capital.
ESG y gasto en defensa
Otro tema destacado por la guerra es la inversión en armas. Muchos fondos excluyen áreas como el tabaco y los controvertidos fabricantes de armas en línea con valores específicos.
Sin embargo, los últimos acontecimientos han suscitado un debate sobre la posibilidad de clasificar el gasto en defensa como actividad económica sostenible. Si las armas convencionales utilizadas para la defensa salen de las listas restringidas, no es seguro que se incluyan en los fondos ESG. Además, es poco probable que se incluyan en las taxonomías ecológicas o sociales internacionales y nacionales que sustentan la clasificación de los fondos ESG.
Sea cual sea el resultado del debate, es probable que los gestores de activos sigan trabajando estrechamente con los clientes para determinar si es apropiado algún tipo de asignación o si hay límites en el alcance de la inversión ESG en este ámbito.
Llegar a las cero emisiones netas
La transición energética vuelve a estar en el punto de mira. Apenas unos meses después de la COP26, en la que muchos países acordaron aumentar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional para reducir las emisiones globales, Europa y otros países están buscando fuentes alternativas de combustibles fósiles en un intento de reducir su dependencia de Rusia.
Grandes empresas como BP y Shell se han retirado de sus activos rusos, mientras que los países europeos que habían cerrado plantas de carbón están teniendo que reabrirlas de nuevo. Los gobiernos occidentales piden a los países de la OPEP que bombeen más petróleo y gas para ayudar a estabilizar los precios y evitar la recesión. Muchas poblaciones se enfrentan ya a precios mucho más altos y los gobiernos tratan de proteger a los más vulnerables. Por tanto, a corto plazo, las emisiones aumentarán. A largo plazo, sin embargo, los argumentos para cambiar a fuentes renovables para mejorar la seguridad energética no han hecho más que aumentar. Se ha convertido en un imperativo, por razones E, S y G, alejarse del gas y del petróleo. Sin embargo, los gobiernos tendrán que equilibrar el impulso hacia la red cero con la necesidad de un suministro energético seguro y fiable.
Las implicaciones de esto serán un papel más amplio para la energía nuclear, más inversiones a corto plazo en combustibles fósiles, un despliegue más rápido de las tecnologías existentes, como la eólica y la solar, una mayor atención a la viabilidad a largo plazo de las cadenas de suministro, y una aceleración del desarrollo tecnológico necesario para hacer frente a la intermitencia de las energías renovables.
Las empresas cuyas actividades están relacionadas con la producción de hidrógeno y el almacenamiento de baterías han comenzado a atraer una mayor atención como resultado. Sin embargo, el camino hacia el cero neto no será fácil, a pesar de que el aumento de los precios de los combustibles hace que las energías renovables sean más competitivas.
La amenaza de la ciberseguridad
Antes de que comenzara la guerra física en Ucrania, se estaba librando una guerra cibernética a menudo oculta. Ahora, los gobiernos y las empresas están advirtiendo a los ciudadanos y al personal de que estén mucho más alerta ante los ataques digitales, y esperamos una mayor atención e inversión en ciberseguridad en los próximos meses.
Aunque Fidelity International colabora regularmente con las empresas en lo que respecta a su seguridad en Internet, las estimaciones sugieren que solo el 25% de las empresas cuentan con una protección cibernética adecuada (2), a pesar de que cada vez se almacenan más transacciones e información sensible en línea, una tendencia que continuará con desarrollos como el Internet de las cosas.
En consecuencia, en la gestora creen que es un área que hay que vigilar, ya que el robo de datos, el cierre de servicios vitales y la interrupción de los viajes son posibles amenazas para la sociedad, así como para las empresas individuales, los proveedores y los clientes.
Adaptación a un mundo incierto
Las cuestiones ESG eran amplias y a menudo complejas de gestionar antes de la guerra, pero su llegada ha puesto de manifiesto consideraciones sociales y éticas a menudo conflictivas. Ante este tipo de complejidad cambiante, muchos enfoques ESG pueden tener dificultades para captar tanto los efectos de orden diferente de las distintas cuestiones, como la forma en que interactúan entre sí y la rapidez con que pueden cambiar.
Para los inversores, los conocimientos sectoriales detallados y las sólidas relaciones con las empresas, junto con una visión macro y una doble lente de materialidad (el impacto que tiene una empresa en su entorno y viceversa) pueden ayudar, si no para adelantar lo que está por venir, al menos a estar lo más preparados posible para los dilemas que puedan surgir.
Anotaciones:
(1) Fuente: Más de 450 empresas se han retirado de Rusia, pero algunas permanecen | Yale School of Management
(2) Fuente: https://www.bain.com/industry-expertise/technology/cybersecurity/
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