Los primeros resultados de las elecciones legislativas de EE.UU. apuntan con un alto índice de probabilidad a un bloqueo en Washington durante los próximos dos años. Sin embargo, eso podría terminar siendo positivo para los mercados mientras la Fed continúa con su agresiva campaña de subidas de tipos.
¿Qué ha ocurrido?
Parece que la principal consecuencia política de las elecciones estadounidenses del pasado martes es un bloqueo más intenso en forma de Congreso dividido. Los Republicanos tomarán el control de la Cámara de Representantes, aunque por un margen más estrecho del que las encuestas habían pronosticado. Los Demócratas, por su parte, mantienen el control del Senado después de haber afrontado dificultades como el bajo índice de aprobación del presidente Joe Biden y el nerviosismo económico por la elevada inflación.
Un Congreso dividido no será el fin
Ahora que la Reserva Federal prosigue con su ciclo de endurecimiento monetario, desde Fidelity International consideran que un bloqueo político podría no ser el peor resultado para los mercados, que en estos momentos están muy preocupados por las perspectivas económicas de los consumidores y empresas estadounidenses. “Un poder repartido en Washington suele ser sinónimo de menos cambios de políticas y menor riesgo para sectores concretos, como la salud y la energía, derivado de las prioridades políticas de cada partido”, explican desde la gestora. También ven improbable que se introduzcan grandes cambios en la legislación tributaria, y consideran que los resultados del martes “también alejan la posibilidad de que Biden maniobre para ampliar sustancialmente las coberturas sociales y el gasto presupuesto en la segunda mitad de su mandato”.
“Un entorno en el que no se aprueban nuevas leyes puede ser relativamente favorable”, afirma Rosanna Burcheri, gestora de fondos de Fidelity International especializada en renta variable estadounidense. “En un periodo en que es necesario sujetar la inflación, lo último que quieres es que la política presupuestaria no marche de la mano de la política monetaria”, añade.
Perspectivas: China, Ucrania y sector tecnológico
La posible actividad de la administración probablemente se centre en la competencia entre EE.UU. y China y las exportaciones estadounidenses de tecnología a China seguramente cobren más protagonismo. Ya existen apoyos en los dos partidos para adoptar una postura combativa contra China, sobre todo en tecnología, I+D industrial y seguridad, y el analista del sector tecnológico de Fidelity Jonathan Tseng contempla la posibilidad de que se afile el discurso en las relaciones entre EE.UU. y China: “La administración Biden ya ha endurecido su política hacia China durante los últimos meses con prohibiciones sobre los chips —afirma—. Sin embargo, el discurso de los Republicanos probablemente sea aún más duro”.
La regulación del sector tecnológico nacional es otra cuestión que probablemente se tope con dificultades debido al bloqueo parlamentario. Por ejemplo, el nombramiento de un Demócrata como quinto miembro del FCC, que define la política sobre telecomunicaciones y banda ancha, rompería el empate existente, pero depende actualmente del resultado final de las elecciones al Senado, lo que podría complicar los posibles esfuerzos de la administración Biden por sacar adelante medidas como la expansión de la banda ancha rural o la restauración de la neutralidad de Internet.
En el plano geopolítico, tendremos que ver cómo un Congreso dividido da forma al discurso y, en última instancia, la financiación de la guerra entre Ucrania y Rusia. “Antes de las elecciones existía el riesgo de que los Republicanos intentaran reducir el gasto de EE.UU. en ayuda militar a partir de ahora; la derrota de algunos de los candidatos respaldados por Donald Trump lo hace menos probable”, observan desde Fidelity.
En el sector energético, el resultado tiene unas implicaciones más equilibradas bajo el punto de vista de la firma: “Que no se haya producido una “ola roja” significa que Biden podría no sentirse obligado a revertir ninguna de las políticas de los dos últimos años, pero tampoco es probable que en el sector se oigan muchas voces a favor de una expansión a gran escala de las perforaciones”. Al mismo tiempo, el encarecimiento de los servicios a causa de la inflación está dejándose sentir y probablemente lastre el crecimiento del sector a partir de ahora, a pesar de que los precios del petróleo están relativamente altos. “Este año probablemente haya sido todo lo bueno que puede ser para las empresas estadounidenses de exploración y producción”, afirma el analista del sector de petróleo y gas Randy Cutler. “Han tenido precios elevados y unos costes relativamente bajos. Es indudable que los servicios están encareciéndose y cuesta contratar personal, así que creo que es improbable que veamos el tipo de crecimiento (de la producción) que el mercado está esperando”.
Conclusiones de asignación de activos: mejor estar atentos a la Fed
En un plano más general, los inversores tienen cada vez más claro que es más probable que los dos próximos años estén determinados por la política monetaria que por la presupuestaria. La trayectoria de la inflación, los tipos de interés y el ciclo empresarial probablemente ejerzan una influencia mayor en la renta variable y otros activos de riesgo que los tiras y aflojas políticos. “Esperamos poco movimiento en el plano presupuestario a partir de ahora (a la vista de la división parlamentaria), a menos que la situación económica cambie drásticamente”, declaran desde Fidelity. En la gestora consideran que “las relaciones comerciales y financieras entre EE.UU. y China y la regulación afectarán, pero estos factores probablemente se centren en sectores concretos, como la tecnología, los semiconductores, los automóviles, la industria pesada, etc”.
Desde la perspectiva de la asignación de activos, su expectativa es que los tipos de interés, la inflación y la política monetaria, así como el ciclo empresarial, sean elementos más determinantes para las divisas, los rendimientos de la deuda pública y los activos de riesgo hasta 2024.