Octubre dejó avances renovados en todas las bolsas mundiales después de que los inversores se sacudieran las inquietudes en torno a las cadenas de suministro, el ascenso de los rendimientos a corto plazo y los persistentes casos de COVID.
Según explica Romain Boscher, director global de inversiones del área de renta variable de Fidelity International, la temporada de resultados ha sido buena, el nuevo antiviral de Pfizer recibió una buena acogida, la Reserva Federal confirmó que no se apresurará a subir los tipos de interés y en EE.UU. se aprobó un nuevo paquete de inversiones en infraestructuras por valor de 1,2 billones de dólares. Los recientes datos del mercado laboral estadounidense también han sido positivos, aunque la inflación sigue preocupando.
Pero la panorámica de conjunto es que el crecimiento de los beneficios está frenándose y que las bolsas se mueven en niveles de valoración elevados con un liderazgo estrecho, lo que está alimentando los riesgos y la volatilidad en el mercado. Aunque han surgido señales técnicas alentadoras en este final de año (flujos de capitales positivos en las bolsas, programas de recompra de acciones en marcha y demanda de inversores sistemáticos), estas irán quedando relegadas progresivamente en favor de los fundamentales conforme nos adentremos en 2022.
Los inversores deberían estar muy atentos a China. Fue uno de los primeros países en entrar y salir de los confinamientos, ha sido el primer gran mercado en mostrar señales de debilitamiento de los beneficios y su mercado de bonos high yield está sufriendo unas presiones sin precedentes. Su evolución durante los próximos meses podría dar pistas sobre la trayectoria de los mercados desarrollados. La COP26 también pondrá más presión sobre las empresas para que descarbonicen, sobre todo en los mercados desarrollados.
A comienzos de año Fidelity International propugnaba un enfoque menos cauto, pero ha llegado el momento de empezar a apuntalar las carteras con un sesgo de calidad, una exposición limitada al apalancamiento y un posicionamiento cuidadoso en China.
Estados Unidos: el muro de preocupación, superado
La renta variable estadounidense se anotó nuevos máximos históricos al calor de los beneficios empresariales, que batieron las previsiones y contribuyeron a superar las inquietudes relacionadas con los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la inflación y la subida de los tipos cortos, las expectativas de endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales y la persistencia de la pandemia.
El S&P 500 cerró el mes de octubre con una subida del 6,9% y el Nasdaq ganó un 7,9% liderado por Microsoft, Alphabet, Tesla y Nvidia, que han acumulado alrededor del 60% de las ganancias este año.
Nos adentramos en los últimos compases de 2021 y los factores técnicos están alineándose. Los flujos de los fondos en renta variable suman unos impresionantes 1,1 billones de dólares durante el último año, cuatro veces más que el anterior récord de 52 semanas, y no muestran señales de aminorar; las recompras se han reactivado, con importantes programas en marcha en empresas tecnológicas y bancos, y existe una demanda considerable de los inversores sistemáticos ante el descenso de la volatilidad en los mercados. Para redondear las señales positivas, noviembre y diciembre son tradicionalmente el mejor bimestre del año.
Europa: la reflación sale a flote en Europa
En Europa, el Stoxx 600 avanzó hasta marcar casi un nuevo récord, dejando descolocado con ello a gran parte de las casas de bolsa, que esperaban un retroceso. Los mejores sectores estuvieron vinculados a la apuesta por la reflación a medida que el ánimo fue gravitando desde el bando de la inflación transitoria hacia el bando de la inflación persistente. Los bancos europeos subieron con fuerza y las grandes tecnológicas lo hicieron sorprendentemente bien en bolsa a pesar de presentar resultados dispares.
Con la temporada de resultados del tercer trimestre terminada o muy avanzada, se puede afirmar que consumo discrecional y comunicaciones han sido los claros perdedores. El índice ronda máximos, los bajistas guardan silencio y están cubriéndose posiciones, por lo que parece menos interesante añadir riesgo ahora y podría avecinarse cierta debilidad.
Asia-Pacífico menos Japón: el sector inmobiliario chino continúa en ebullición
En Asia, el mercado de Hong Kong rebotó para dejar atrás sus mínimos de diez meses y avanzar un 3,2% en octubre, con consumo discrecional a la cabeza y con los valores relacionados con el juego en Macao dando muestras de una especial fortaleza.
Los programas Southbound Connect y Northbound Connect registraron compras netas durante el mes (Southbound +1.200 millones de dólares, Northbound +5.000 millones de dólares). Se registraron flujos de capitales hacia China desde otros mercados de Asia, como India y Corea del Sur.
La salud del mercado inmobiliario chino siguió siendo protagonista y el banco central chino tranquilizó a los inversores asegurando que la crisis de Evergrande se contendrá, aunque los nuevos debates sobre un impuesto inmobiliario elevaron la volatilidad en el sector durante el mes. La intervención de China para frenar las subidas de los precios del carbón provocó fuertes pérdidas en muchos de los productores de carbón del país.
En la India, la atención giró en torno al sector financiero y el índice Bank Nifty subió más de un 6,5% después de que los bancos indios, en especial ICICI Bank, publicaran beneficios mejores de lo previsto.
Taiwán arrancó unas leves ganancias durante el mes, siendo Taiwán Semiconductor Manufacturing el valor que más contribuyó tras presentar unos resultados positivos. La bolsa indonesia se disparó hasta un nuevo máximo histórico tras recibir casi 1.000 millones en flujos de capitales extranjeros, la mayor entrada mensual en dos años.