La pandemia de coronavirus ha provocado enormes perturbaciones en los mercados ante la parálisis de las economías en todo el mundo y el confinamiento de las poblaciones en sus domicilios. A medida que vayan surtiendo efecto los estímulos monetarios y fiscales, los mercados deberían empezar a estabilizarse, lo que creará oportunidades de compra para los inversores a largo plazo en sectores donde las empresas cuenten con balances suficientemente saneados para sobrevivir.
Estas oportunidades surgirán incluso antes de que la propagación del COVID-19 se contenga al 100% y la actividad económica se normalice completamente.
Recesión de los beneficios junto con recesión económica
Los valores estadounidenses perdieron más de una cuarta parte de sus cotas máximas en febrero. Aunque esa cifra es inferior a las caídas del 50% que se registraron durante la crisis financiera de 2008-2009, la corrección bursátil actual ha sido más rápida y acusada. La volatilidad se ha visto agravada por las prohibiciones de las posiciones cortas en Europa, el desapalancamiento de los fondos de inversión libre y la reducción de la exposición a renta variable por parte de las estrategias de paridad de riesgos. Eso ha provocado algunas sorprendentes distorsiones en los mercados; así, por ejemplo, algunas de las empresas de peor calidad donde los fondos de inversión libre estaban cortos se han comportado mejor, mientras que otras empresas más sólidas donde estos productos estaban largos se han depreciado.
Así, Jeremy Podger, gestor de fondos de renta variable mundial en Fidelity International, señala: “Eso es lo que ocurre en periodos de altísima volatilidad en los mercados: son pocos los movimientos que pueden justificarse atendiendo a los fundamentales y prácticamente todo puede explicarse con el posicionamiento y las acciones forzadas de los actores que no pueden o no quieren aguantar”.
Oportunidades por valoración
En Fidelity International creen que algunas acciones están baratas atendiendo a su valor a largo plazo. Para los inversores, la clave es entender la solidez de las empresas desde el punto de vista del balance y los flujos de efectivo para poder sobrevivir a la crisis actual y calibrar el valor a largo plazo de su negocio. Las empresas con un endeudamiento elevado se han desplomado de forma generalizada, comprensiblemente en algunos casos donde la liquidez es baja y el apalancamiento operativo, elevado. Sin embargo, existen situaciones donde la deuda es elevada, pero los vencimientos de deuda están bien gestionados, la liquidez es alta y los equipos directivos están haciendo lo correcto para mitigar los efectos de la crisis.
Aunque resulta difícil asignar valoraciones absolutas en algunas de las empresas que más castigo han recibido (en algunos casos, con descensos del 50% solo en este mes), creen que algunos de estos valores están cotizando muy cerca de mínimos. Atendiendo a ratios como el precio-valor en libros y el precio-ventas, estos valores son muy atractivos en estos momentos.
“El escenario macroeconómico actual provocado por el Covid-19 no se parece a nada que se haya visto en la historia reciente. En algunos sectores los ingresos caerán hasta el cero. Eso es un golpe brutal para los indicadores financieros a corto plazo de todas las empresas en esa situación. Sin embargo, el impacto duradero en el valor de una empresa será escaso si puede capear los próximos meses”, afirma Ángel Agudo, gestor de fondos de renta variable estadounidense de la gestora Fidelity International.
Oportunidades en sectores concretos
En Fidelity International están encontrando oportunidades para reforzarse en algunos de los valores menos sensibles al ciclo económico que han sido golpeados por las ventas masivas indiscriminadas. A este respecto, cabe citar tecnología, consumo básico, distribución alimentaria, farmacias, atención sanitaria y comercio electrónico.
Los diferenciales de valoración entre empresas similares en tecnología, seguros y salud están en niveles récord y eso brinda una oportunidad clara. En el sector asegurador, por ejemplo, las acciones de Sampo Holdings caían alrededor de un 40% en el año antes del rebote reciente y se situaban un 15% o más por debajo de competidores como MS&AD, aunque su modelo de negocio es similar y su remuneración al accionista es mayor.
Muchos sectores del consumo discrecional, como los hoteles, las líneas de crucero, las aerolíneas o los restaurantes, han cerrado casi completamente. Muchas de estas empresas tienen unos costes fijos elevados y sus cotizaciones recogen el riesgo de impago. Sin embargo, no todas son iguales y algunas tendrán suficiente liquidez, ausencia de pagos de deuda inminentes y equipos gestores experimentados. Estas empresas podrán sobrevivir y posiblemente prosperar después de la crisis, que hará que al menos parte de la competencia desaparezca.
En Royal Dutch Shell, se ha creado una gran divergencia entre la valoración de sus acciones A y B, mientras que la valoración del gigante de la ingeniería Siemens cayó hasta el mismo nivel que sus escisiones cotizadas más pequeñas Siemens Healthineers y Gamesa. Estas situaciones no se explican atendiendo a los fundamentales y definitivamente crean oportunidades.
Los valores de servicios públicos también han mostrado un comportamiento relativo considerablemente peor, ya que han caído un 34% de golpe, frente al descenso del 25% del S&P 500. En muchos casos, los balances y las posiciones de liquidez de estas empresas son saludables y algunos de estos títulos cotizan actualmente con PER de 15, frente a un PER de 20 a comienzos de año. Sus beneficios y flujos de efectivo estables los convierten en una apuesta atractiva en un entorno económico incierto.
Por último, algunas empresas con exposición a Japón y China están acercándose a sus valores de 2008. Ante las expectativas de que Asia saldrá de la crisis antes que el resto del mundo y los ingentes estímulos fiscales, en Fidelity International ven oportunidades en algunos grupos de distribución, operadores ferroviarios y empresas de ocio que han sufrido grandes desplomes.
“Tengo una certeza mucho mayor de que la desaceleración está descontada cuando veo que los PER se acercan a los niveles alcanzados con Lehman, sobre todo en los valores de pequeña capitalización, que se han movido muy rápido”, explica Nicholas Price, gestor de fondos de renta variable japonesa.
La hoja de ruta para la recuperación
A diferencia de crisis anteriores, como el hundimiento de las divisas asiáticas o la burbuja tecnológica estadounidense, el efecto de la pandemia de coronavirus sobre los mercados es de alcance verdaderamente mundial. Eso crea un entorno en el que los inversores se ven obligados a reducir el riesgo a medida que los mercados caen, lo que genera oleadas periódicas de pánico vendedor. El factor verdaderamente positivo para los mercados occidentales es que existe una hoja de ruta para la recuperación: el ejemplo de China.
Cuando la situación se normalice, en Fidelity creen que las empresas que pueden sobrevivir a la crisis actual y sufren sobreventa se recuperarán con fuerza. Ya la semana del 23 de marzo los mercados avanzaron impulsados por el paquete de estímulos de 2 billones de dólares en EE.UU. y la relajación cuantitativa ilimitada anunciada por la Reserva Federal y algunos sectores, como las aerolíneas, recuperaron parte de sus abultadas pérdidas.
Se espera que el camino sea probablemente accidentado, pero los inversores a largo plazo pueden aceptar la volatilidad y buscar las oportunidades que surjan de ella, sin dejar de preguntarse si las empresas en las que invierten poseen las características adecuadas para sobrellevar este difícil periodo.