En esta entrevista, Judith Finegold y Alex Gold, co-gestores del FF Global Health Care Fund de Fidelity International, exponen distintas reflexiones sobre las implicaciones de la COVID-19 para los inversores a corto y a más largo plazo y hablan de las próximas elecciones estadounidenses y cómo afectarán al sector.
¿Podéis comentar algo sobre el grupo de trabajo para la COVID-19 y las labores que habéis estado desarrollando durante los últimos meses?
Judith Finegold: Cuando el virus apareció en nuestros radares a comienzos de año, se presentó como un problema circunscrito a China y nuestro trabajo inicial se centró en cómo afectaría a la economía china y cuándo podríamos ver una reactivación de la actividad. Obviamente, todo eso cambió desde mediados de febrero.
Ese fue el origen de nuestro grupo de trabajo para la COVID-19, donde reunimos a miembros del equipo de diferentes regiones para tener una perspectiva de ámbito mundial. Eso resultó ser crucial para ayudarnos a entender la trayectoria del virus, las repercusiones económicas y los posteriores avances realizados en China, Europa y EE.UU. en materia de nuevos tratamientos y fármacos.
También hemos realizado varias encuestas centradas en China para calibrar la confianza de los consumidores: entender la curva de la recuperación en este país es fundamental, ya que podemos aplicar eso a otras economías que están describiendo una trayectoria similar. Así pues, estamos cubriendo el virus desde una multiplicidad de ángulos y manteniendo a nuestro equipo de inversión al día de nuestro trabajo.
¿Cómo ha ayudado eso a capear la crisis a los gestores de fondos?
Alex Gold: Ha resultado increíblemente útil porque, como todo el mundo sabe, la cantidad de noticias sobre este tema puede ser abrumadora. Judith y el grupo de trabajo han ayudado a dar sentido a la información y a identificar qué es importante a la hora de tomar decisiones de inversión para nuestros clientes.
Lo que resulta útil, en mi opinión, es que hemos abordado las cosas desde múltiples ángulos. Hemos celebrado infinidad de conferencias telefónicas con empresas y Judith ha realizado un increíble volumen de llamadas de análisis con médicos sobre el terreno para entender el virus, los posibles tratamientos y las vacunas.
Del mismo modo, poder hablar con nuestros diferentes analistas sectoriales en China para saber cómo está evolucionando la recuperación ha sido de gran ayuda y ha dado lugar a un potente prisma para fundamentar nuestras decisiones en lo que ha sido una situación muy voluble.
¿Cuál es vuestra valoración sobre las posibles vacunas y tratamientos?
Judith Finegold: Los tratamientos pueden dividirse en agudos y preventivos. Inicialmente, hemos visto cómo se ponía en marcha la primera oleada de ensayos, que han girado principalmente en torno a fármacos reconvertidos, como la dexometasona y el remdesivir. Hemos visto resultados, lo que es alentador, pero realmente no es suficiente.
Lo que vamos a ver durante los próximos tres o cuatro meses son los resultados de ensayos de tratamientos completamente nuevos desarrollados específicamente para este brote. Con suerte, deberíamos ver mejores resultados en algunos de estos ensayos cuando terminen, ya que son mucho más específicos que los tratamientos actuales.
¿Cómo ha evolucionado la cartera y vuestra visión sobre los subsectores durante los últimos meses?
Alex Gold: La caída inicial de los mercados en el primer trimestre fue generalizada y vimos cómo se desplomaban algunas farmacéuticas de gran capitalización muy sólidas. Y ocurrió a pesar de que fabrican medicamentos para enfermedades crónicas que las personas siguen tomando con independencia de los confinamientos. Algunas de estas empresas también estaban desarrollando vacunas y tratamientos, así que surgieron oportunidades para que aumentáramos la exposición a las farmacéuticas y biotecnológicas de gran capitalización.
Al mismo tiempo, aumentamos la cautela en dispositivos médicos. Históricamente, esta área ha sido una inversión fantástica, con crecimientos superiores al PIB y beneficiaria de tendencias como el envejecimiento de la población y la mayor demanda de dispositivos como marcapasos o prótesis de cadera o rodilla. Las perspectivas a largo plazo no han cambiado, pero a corto plazo hemos visto cómo se aplazaban tratamientos programados, que en algunos casos se han reducido un 80%, lo que afecta claramente a los fabricantes de dispositivos médicos.
Por otro lado, también existen empresas sanitarias que han registrado un aumento exponencial de la demanda de equipos de diagnóstico a resultas de la crisis. Estas empresas están beneficiándose de las mayores necesidades de pruebas que se observan en todo el mundo.
¿Qué importancia revisten las próximas elecciones estadounidenses?
Alex Gold: Durante las últimas semanas estamos viendo cómo aumentan las probabilidades de una victoria demócrata. Las políticas de Biden parecen ser mucho más continuistas que rupturistas y vienen a reforzar algunos de los programas que él ayudó a poner en marcha durante la administración de Obama, como Medicaid y Medicare.
Eso es bueno, pero probablemente aumente la presión sobre los precios de los medicamentos, una cuestión que siempre sale a la palestra cuando hay elecciones en EE.UU. En nuestras conversaciones con empresas y lobistas vemos que el sector espera que sus esfuerzos para desarrollar vacunas y tratamientos contra la COVID-19 contribuyan a aliviar parte de esa presión.
Así pues, creo que probablemente sea mucho más manejable de lo que pensábamos hace un año, cuando era posible que Bernie Sanders ganara la nominación del partido demócrata y pusiera patas arriba el sistema.
¿En qué medida podría la COVID-19 alterar permanentemente el sistema sanitario de EE.UU.?
Judith Finegold: Una de las cosas que destaca realmente es la FDA y su compromiso con el fomento de la innovación, que parece mucho más fuerte que en el pasado. Hemos estado hablando con empresas que se encuentran en la primera línea de los ensayos y nos han dicho que hablan por teléfono con la FDA a todas horas.
La FDA está trabajando contrarreloj en esto y tiene un gran interés en que los pacientes reciban tratamientos lo antes posible. Creo que la mayor interacción entre la FDA y las empresas es algo que va a quedar después de la crisis.
Otra tendencia que nos interesa de verdad es el refuerzo de la cooperación internacional. Hemos visto cómo los primeros ejecutivos de las grandes multinacionales farmacéuticas hacían un llamamiento al sector para trabajar juntos, lo que creo que es de agradecer.
¿Cuáles son las principales áreas de innovación dentro del sistema sanitario?
Alex Gold: La innovación es realmente importante no solo porque mejora los resultados para los pacientes, sino también porque reduce los costes. En EE.UU. ya se gasta el 20% del PIB en cuidados médicos y esa cifra no puede seguir creciendo indefinidamente. A consecuencia de ello, estamos viendo innovaciones en todo el sector que están adoptando diferentes formas para contribuir a reducir el coste de la atención médica.
Judith Finegold: Por ejemplo, en el área de los dispositivos médicos se pueden ver modificaciones relativamente pequeñas, como los pacientes diabéticos que pasan de las pruebas de punción digital a contar con monitores de glucemia. Cosas como esas no significan solo mayor confort para el paciente, sino que también mejoran realmente los resultados.
También nos fijamos en cosas más revolucionarias y las oportunidades que eso brinda a los inversores. Las terapias genéticas son un buen ejemplo en este sentido y tienen un papel importante que desempeñar a la hora de tratar a pacientes con trastornos genéticos. También podemos ver qué está sucediendo con el virus, donde los científicos han trabajado a un ritmo sin precedentes desde enero en un esfuerzo por contener su propagación. El sector sanitario es un hervidero de innovación y esperamos que nuestros análisis y nuestra experiencia nos confieran una ventaja a la hora de identificar a los ganadores del futuro.
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