Años de tipos de interés bajos y una expansión monetaria sin precedentes han tenido, al menos, dos consecuencias: la ausencia de volatilidad en los mercados y que los inversores, en su búsqueda de la rentabilidad, han asumido más riesgo del que deberían. Durante la conferencia con inversores de Fonditel, Fernando Aguado, director de inversiones de la gestora, lo explicaba así: «Existe una muy baja percepción del riesgo por parte de los inversores como consecuencia de unos mercados semiintervenidos y la mayoría de los inversores se han posicionado en productos de mayor riesgo del que pueden asumir».
Aguado se refiere en este caso a los inversores particulares, pero también a los institucionales como las aseguradoras. «Las compañías de seguros tienen un objetivo de rentabilidad determindado y, para cumplirlo, van rotando cada vez hacia activos de mayor riesgo. Primero deuda pública, luego deuda privada, luego de países emergentes y, al final, acaban comprando bolsa». La consecuencia de esto es que, en el momento que el mercado se torno bajista, muchos inversores saldrán en masa de los activos de más riesgo como la renta variable provocando una mayor volatilidad. «Hay una estructura débil del mercado por una mala asunción del riesgo», añade.
Desde un punto de vista macroeconómico, Aguado ha explicado que el principal problema de Europa es haber tomado una errónea decisión de política monetaria en 2012 cuando en EE.UU. comenzaba la recuperación. En su opinión, «con la subida de tipos de 2012 por parte del BCE nos perdimos la mejor parte de la recuperacion que es la primera. Este error de política monetaria lo vamos a estar pagando durante mucho tiempo».
El mensaje de Aguado a los inversores en, por lo tanto, de cautela e incluye una advertencia: «A partir de ahora los que quieran una rentabilidad mayor tendrán que acostumbrarse a una mayor volatilida en su cartera». De esta forma se adelantaba Aguado a algunos inversores presentes en la conferencia que criticaban el comportamiento de uno de los fondos estrella de Fonditel, el Fonditel Albatros, durante el reciente episodio de volatilidad en los mercados. «La caída de febrero ha sido generalizada en todos los activos, sin cobertura posible y nosotros no estábamos preparados para esa caída. En cualquier caso, hemos entendido que no era el final del ciclo», explica el gestor.
El Fonditel Albatros, que en lo que va de año acumula una rentabilidad negativa del 0,29%, ha obtenido una retorno del 3,3% anualizado en los últimos 5 años, según datos de Morningstar. Se trata de un fondo mixto moderado global que invierte más del 50% de la cartera en deuda, lo que, con la baja rentabilidad que ha alcanzado este activo, explicaría sus modestos resultados. «Somos muy ágiles hasta donde el producto que tenéis nos permita serlo», argumentaba Aguado a los inversores que se quejaban de falta de reacción por parte del equipo gestor.
Todavía queda dinero por ganar en el mercado
El mensaje de cautela se fundamenta no sólo es ese error de política monetaria del BCE en 2012 sino también en cuestiones como la inflación, ausente durante mucho tiempo a pesar del crecimiento económico. «El mundo en que vivimos en deflacionario por la tecnología», explica Aguado tras confirmar que 2017 ha sido un año irrepetible. «Ha sido como una nevada en el desierto. Nunca antes en la historia se había producido el mejor binomio entre rentabilidad y riesgo».
Pero todo lo que sube baja, antes o después y, en opinión del experto, «hasta ahora hemos conducido en una autopista sin peaje, pero pronto llegará la caída». Esa caída bien puede llegar de eventos geopolíticos que empiecen a influir en los mercados, al contrario de lo que ha sucedido hasta ahora. «Para nosotros en España está amaneciendo, pero en el resto del mundo que es donde se parte el bacalao (Asia y EE.UU.) está anocheciendo».
¿Hay que meter entonces el dinero debajo del colchón? La parte positiva es que, a juicio de Aguado, todavía quedan entre 6 y 9 meses de oportunidad en el mercado, un período de tiempo en el que «todavía queda dinero por ganar» y «debajo del colchón es donde menos seguro está el dinero y, además, no compensamos la inflación que va a venir». Con todo, lo que nos queda es, en su opinión, el final del ciclo y «cada vez hay más dinero a perder que a ganar», concluye.