Los bancos centrales deberán afrontar la reducción de sus programas de compras y estímulos tarde o temprano. Frente a este horizonte, los inversores y gestores de fondos intentan calcular el cuándo, pero sobre todo intentan identificar que activos serán los más interesantes para incluir en sus carteras.
Si tomamos como referencia el último tapering, en 2013, una señal de la Fed con respecto a sus planes para reducir los activos provocó una fuerte liquidación en los mercados tanto de bonos como de acciones. “La correlación negativa entre los bonos y los activos de riesgo se rompió durante un mes al comienzo del tapering”, recuerdan desde ArtsGain.
Según la gestora parece probable que en los años posteriores al COVID-19, las principales economías occidentales vayan a experimentar una “estanflación”, es decir, un entorno con un crecimiento moderado del PIB y una mayor inflación. “Si bien este resultado será negativo para los bonos y las acciones, los inversores podrían considerar la posibilidad de diversificar sus carteras en clases de activos no correlacionadas, como… el arte o fondos de obras de arte”, afirman en su último análisis.
En este sentido, el arte se ha consolidado como un “activo refugio diferente” capaz de aportar a las carteras protección frente a la inflación, descorrelación, diversificación y un disfrute estético, además de una rentabilidad atractiva. Aunque la crisis generada por la pandemia del COVID-19 también ha afectado al mercado del arte, sus activos han demostrado tener una gran resiliencia y no perder atractivo.
Según el análisis del rendimiento de los 50 artistas más valiosos del mundo, en comparación con una cartera tradicional de acciones/bonos equilibrados al 70/30%, realizado por ArtsGain, muestra que los inversores en arte se están beneficiando de una correlación negativa durante los últimos 20 años. “Además, los inversores se pueden aprovechar de un menor riesgo a la baja, volviéndose más valiosos durante las siguientes señales del tapering, según ratio de Sortino de 1,6 frente a 0,98 para obras de arte de los 50 top artistas frente a una cartera equilibrada, respectivamente”, apunta en su análisis.
La gestora argumenta que, en tiempos de incertidumbre macroeconómica y de posibles errores políticos por parte de los bancos centrales y de los gobiernos, los inversores pueden buscar activos tangibles, un refugio de valor y características no correlacionadas a largo plazo con las clases de activos tradicionales. Por eso defiende que el arte tiene atributos positivos particulares, ya que se considera un refugio seguro en tiempos de crisis e incertidumbre. Como señala el CEO de ArtsGain Investments, Xavier Olivella: “Un Picasso es un Picasso, que ha sido solicitado por sus atributos estéticos tanto en tiempos de guerra como durante crisis políticas o en épocas inflacionarias, hace 50 años como hoy en 2021”.