La economía mundial está muy lejos de alcanzar la neutralidad en carbono, o cero neto, en 2050, pero podría acelerar este proceso destinando 100 billones de dólares a inversiones sostenibles, según concluye el último informe elaborado por BNY Mellon IM en colaboración con Fathom Consulting.
Según muestra el estudio, pese al crecimiento de la inversión sostenible, la transición a las cero emisiones netas requerirá más implicación por parte de gobiernos, inversores y empresas. Esta inversión de 100 billones de dólares representa aproximadamente el 15% de toda la inversión mundial en los próximos 30 años o cerca del 3% del producto interior bruto (PIB) mundial en el mismo periodo. Solo las empresas del S&P 500 tendrán que invertir unos 12 billones de dólares en sostenibilidad de aquí a 2050 para mantener la trayectoria fijada.
Como explica Shamik Dhar, economista jefe en BNY Mellon Investment Management, alcanzar el cero neto en 2050 requerirá un volumen de inversión histórico, pero aún es posible lograrlo. “Si se hace bien, la recompensa para la sociedad y para los inversores será enorme. Pero la inversión solo es una cara de la moneda: para acelerar el ritmo de descarbonización, habrá que adoptar medidas políticas de mayor calado. Aunque se ha hablado de un impuesto mundial al carbono, nos parece difícil que se aplique de forma coordinada, por lo que conviene plantear otros incentivos. Los gobiernos deben fomentar e incentivar la inversión del sector privado y aliviar los riesgos de transición haciendo uso de palancas políticas”, explica Dhar.
Brian Davidson, responsable de Economía Climática en Fathom Consulting, añade que “el impacto económico del cambio climático sigue sin entenderse bien. El estudio arroja algo de luz y ayudará a las empresas, a los inversores, a los dirigentes políticos y a otros grupos de interés a comprender mejor esta cuestión tan importante”.
Una de las conclusiones que lanza el estudio es que la nueva inversión debe destinarse a sectores críticos, pese a la trayectoria actual de las emisiones. En este sentido, el sector energético y el de los suministros públicos (utilities) afrontan los riesgos de transición climática más importantes, por lo que requerirán más capital para descarbonizarse. Para alcanzar el objetivo de cero neto en 2050, será crucial asignarles a estos sectores más de la mitad de la inversión corporativa sostenible.
Según el informe, las empresas pertenecientes a estos sectores se enfrentan a una elevada probabilidad de acabar con activos obsoletos, es decir, activos contaminantes que deben desecharse antes de que finalice su vida útil. El estudio estima que los activos obsoletos ligados a la transición ecológica podrían ascender a 20 billones de dólares, una cantidad que irá en aumento cuanto más se retrase este proceso. Para limitar los riesgos financieros para los inversores, las empresas deben identificar y contabilizar los costes que implica deshacerse de estos activos obsoletos.
Kristina Church, directora global de Estrategia Responsable en BNY Mellon Investment Management, señala que como inversores responsables y administradores del capital de nuestros clientes, hay mucho valor en las empresas que cuentan con planes de transición creíbles. “La colaboración continua con el sector público y el empresarial resulta clave para garantizar una transición justa. La desinversión es el último recurso y debe limitarse a aquellas empresas que no logren hacer esta transición. La participación activa o engagement facilita que el capital se destine a los sectores y las regiones que más lo necesitan. Ahí es donde los inversores pueden encontrar las mayores oportunidades ligadas a la transición ecológica”, afirma Church.
Oportunidades para los inversores
Según el estudio, los 100 billones de dólares de inversión sostenible podrían generar importantes oportunidades de inversión en diversos sectores y áreas geográficas. Las empresas que más se beneficiarán serán aquellas que provean a los sectores de la energía y los suministros públicos con soluciones para descarbonizar sus actividades y es probable que las ganadoras se concentren en áreas como fabricación de baterías, infraestructuras para la red eléctrica y tuberías para captura de carbono, hidrógeno y gas natural.
Por regiones, se prevé que más de la mitad de esos 100 billones de dólares tendrá que invertirse en mercados emergentes y casi un cuarto, en China. El porcentaje de inversión sostenible mundial que necesitarán los mercados emergentes para alcanzar la neutralidad en carbono supera su contribución anual al crecimiento del PIB mundial. Con soluciones de descarbonización más baratas en comparación con las economías más avanzadas, la transición ecológica en mercados emergentes podría generar resultados superiores, tanto en términos financieros como medioambientales, para los inversores de impacto.