Detrás del Anuario 2017 de rentabilidades de las inversiones mundiales, elaborado por Credit Suisse Research Institute en colaboración con la London Business School, radica la filosofía de que, para comprender el riesgo y el retorno, debemos examinar largos períodos de la historia. Los mercados financieros estadounidenses son, con mucho, los más documentados del mundo y, hasta hace poco, la mayoría de las pruebas a largo plazo citadas sobre rendimientos histórico de las inversiones se basaban casi exclusivamente en la experiencia estadounidense.
Según explica el trabajo, en el siglo XX, Estados Unidos se convirtió rápidamente en el principal poder político, militar y económico del mundo y después de la caída del comunismo, se convirtió en la única superpotencia. Tiene la economía más grande del mundo, y el dólar es la moneda de reserva del mundo. Su mercado de valores representa el 53% del valor mundial total (sobre una base de libre flotación), que es más de seis veces mayor que el de Japón, su rival más cercano.
EE.UU. también tiene el mercado de bonos más grande del mundo y, según los cálculos del instituto de análisis del banco suizo, desde 1900, las acciones y los bonos del gobierno han dado rendimientos anualizados del 6,4% y 2,0%, respectivamente.
Por eso, la entidad alerta de que existe un peligro evidente de poner demasiada confianza en el excelente rendimiento a largo plazo de las acciones estadounidenses. La Bolsa de Nueva York remonta sus orígenes a 1792. En ese momento, los mercados bursátiles holandés y británico ya tenían casi 200 y 100 años, respectivamente. Así, en apenas poco más de 200 años, Estados Unidos ha pasado de no existir as ostentar una participación mayoritaria en los mercados de renta variable mundiales.
Además, según el banco la extrapolación de un mercado tan exitoso puede conducir a un sesgo de «éxito» y los inversores pueden obtener una visión engañosa de los rendimientos de las acciones en otros lugares, o de las rentabilidades futuras de las acciones de los propios Estados Unidos. “Es por eso que el Anuario se centra en los retornos globales de la inversión, en lugar de los retornos de EE.UU.”, explican.
Rendimientos reales anualizados de las acciones, bonos y letras a lo largo de este siglo, los últimos 50 años y desde 1900.
Primas anualizadas obtenidas en los últimos dos períodos por acciones en relación con bonos y letras, por bonos relativos a letras y por el tipo de cambio real respecto al dólar estadounidense.