Comenzamos el otoño rodeados de noticias con tintes negativos. La elevada inflación y la crisis energética copan los titulares y esa inestabilidad también se está reflejando en los mercados financieros. La volatilidad es bastante alta y el índice VIX, también llamado el índice del miedo, que mide la volatilidad esperada a 30 días del S&P500, supera los 25 puntos.
Ante tales niveles, el inversor puede verse abrumado y pueden aflorar miedos que nos lleven a retirar nuestras inversiones o a aparcar la idea de invertir parte de nuestros ahorros. Pero este fenómeno viene acompañado de otro que nos fuerza a poner a trabajar a nuestro dinero si no queremos perder poder adquisitivo: la inflación. ¿Qué puede hacer el inversor en este contexto?
Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, recuerda que hemos vivido momentos de mayor volatilidad y que los 25 puntos del VIX no representan una situación extrema. Sin embargo, señala que en este entorno deberíamos posicionarnos en empresas con capacidad de poder repercutir en sus tarifas el alza de los precios. “Las materias primas deberían seguir funcionando bien, así como los activos en dólares”, relata en una entrevista con Fórmate a Fondo by Funds Society.
Blanquer ubica la razón de la alta volatilidad en los mercados en las dudas de hasta dónde llegarán los bancos centrales y cómo afectará al crecimiento. Según señala, después de los elevados datos de inflación, el mercado descuenta subidas de tipos adicionales y a una velocidad rápida. “A este factor le sumamos la fortaleza del dólar por la fuerte entrada de capitales hacia Estados Unidos y las dudas sobre las expectativas de beneficios de las empresas en este entorno”, apunta.
Respecto a la inflación, el otro indicador económico que debemos seguir de cerca, Blanquer prevé que la subyacente siga elevada (aquella que no tiene en cuenta energía ni alimentos), y advierte que es en la que se fijarán los bancos centrales. “La tasa de cambio interanual del IPC bajará por el efecto base en los próximos meses, pero lo importante es la subyacente. La inflación está creciendo tanto en servicios como en manufacturas y la previsión no es buena en el corto plazo, por desgracia”, lamenta.
¿Dónde me meto? La renta fija empieza a tener sentido
Ante este panorama, con elevada inflación y volatilidad, muchos ahorradores conservadores, recelosos de la inversión, se preguntan qué hacer con sus ahorros y cómo pueden superar el miedo a entrar en los mercados. Blanquer asegura que la clave del asunto reside en el horizonte temporal. “Normalmente, después de caídas tan severas como las que estamos teniendo este año, las inversiones realizadas en estos momentos son las más rentables en el largo plazo. Hay que evitar mirar el corto plazo y los cantos de sirena de este”, aconseja.
Para este tipo de inversores, Blanquer trae buenas noticias: “En renta fija empieza a haber algo de sentido, sobre todo si tenemos dólares en cartera”. Según explica, los bonos a dos años del tesoro americano también comienzan a ser atractivos. En Europa, considera que habría que ser más selectivo ya que la curva debería positivizarse algo más.
Por otro lado, en renta variable, si se invierte a largo plazo, el experto apunta que empezamos a encontrar compañías atractivas. “Es importante ver cómo les ha afectado la inflación, y eso empezaremos a verlo en la próxima publicación de resultados”, añade.
La recesión en Europa es probable
En cuanto a la marcha de la economía en los próximos meses, Blanquer no ha escondido que las perspectivas no son buenas con la inflación en niveles altos y los bancos centrales subiendo tipos. “Lo normal es que empezásemos a ver peores datos del mercado laboral. Es probable que en los próximos meses empecemos a ver cómo los malos datos son bien tomados por el mercado porque eso puede influir en la política monetaria”, explica. En este sentido, opina que “la recesión en Europa es muy probable y en cualquier caso los sectores manufactureros y de servicios ya están en contracción. Existe el riesgo de estanflación, pero no pensamos que sea una crisis como la que vivimos en 2008”, tranquiliza.
Durante el último trimestre del año seguiremos enfrentándonos a un entorno incierto en el que, según aconseja Blanquer, deberemos mirar de cerca la inflación, los resultados empresariales y los movimientos de los bancos centrales. “Esas son las principales variables que moverán el mercado. Dentro de ellas esta vez tiene más importancia la sensación que tenga el mercado de las subidas de tipos y a qué velocidad se producen en función de los datos de inflación que se publiquen”, añade. Dentro de los datos macro, el experto considera muy importante ver el deterioro que presumiblemente se va a producir en el empleo.
En cuanto a las amenazas, la más grande sería un credit crunch (cierre de crédito). “Pero es un escenario que no contemplamos por la fortaleza del sector financiero y la política de los bancos centrales. También debemos vigilar las tensiones geopolíticas con Rusia y si hubiese un aumento de tensión entre China y Taiwán”, recomienda.