Tras el lanzamiento de su nueva metodología de calificación de ratings soberanos que considera factores financieros y extrafinancieros, EthiFinance Ratings ha mejorado la calificación crediticia de España de «A-» a «A» con perspectiva estable, debido al tamaño y la diversificación de la economía, que demuestra resistencia a los recientes shocks, junto con la posición favorable del sector exterior y el sólido perfil social y de gobernanza del país, caracterizado por alto nivel de bienestar social y desarrollo humano.
El análisis prevé que la economía española continúe la senda de crecimiento en 2024 y 2025, un 2,4% y en 2%, respectivamente, así como la reducción progresiva del déficit, que se mantendría en el 3,6% en 2024 y caería hasta el 2,9% en 2025, y de la deuda pública (105,5% y 104,8%). Además, la inflación se estabilizaría en el entorno del 3% (3,1%) a finales de 2024 y caería hasta el 2,3% en 2025.
Dentro del entorno macroeconómico, el informe destaca que “los principales motores del crecimiento español han sido la demanda externa e interna, en particular el consumo público y de los hogares”, y apunta que la implementación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) podría estimular el crecimiento de la economía española en 2024 y 2025, que también se ve impulsada por la fortaleza de la demanda doméstica y la resiliencia del mercado de trabajo.
Además, la agencia destaca la solidez del sector bancario español, con una ratio de capitalización CET1 del 12,7% y un nivel de morosidad en el entorno del 3,5%, a pesar de la década de tipos de interés bajos previa a los cambios acometidos por el Banco Central Europeo en la política monetaria para contener la inflación. De hecho, EthiFinance Ratings prevé que la inflación se aproxime al objetivo del 2% de la autoridad monetaria a finales de 2025.
EthiFinance Ratings subraya la elevada tasa de desempleo, que se mantendría por encima del 11% hasta 2025 según las previsiones de la Comisión Europea, y la alta tasa de dependencia, lo que presiona a la baja la calidad crediticia de España. A este respecto, el informe señala que “el envejecimiento de la población podría dar lugar a mayores retos fiscales, impulsados por el aumento del gasto en pensiones y sanidad, así como por la reducción de la productividad económica”, lo que podría impactar negativamente en la capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.
Por otra parte, el informe destaca la mejora progresiva de las finanzas públicas, si bien continúa siendo uno de los principales constringentes de la calificación. Los indicadores muestran una tendencia de corrección del déficit, que cerraría 2025 (2,9%) por debajo del límite del 3% establecido por la Unión Europea en las nuevas reglas fiscales, mientras que la deuda pública seguiría reduciéndose. Además, “la ratio de sostenibilidad sigue siendo manejable, y se espera que se sitúe en torno al 6% de los ingresos corrientes para el periodo 2024-25, impulsado por la solidez de los ingresos”, según se desprende del análisis.
Finalmente, la valoración de los factores extrafinancieros es notable, si bien el informe destaca la persistencia de factores constringentes, como la incertidumbre política y la fragmentación parlamentaria tras las elecciones generales de 2023. En materia medioambiental, el informe subraya el elevado nivel de emisiones de CO2 (5,5 toneladas métricas per capita en 2022); riesgos medioambientales que se ven compensados por el alto nivel de protección medioambiental.
El análisis subraya el buen desempeño de las políticas sociales, que obtienen la valoración más alta gracias a “la presencia de un Estado del bienestar que funciona eficazmente y un desarrollo económico sustancial, que contribuyen a elevar el bienestar social y el desarrollo humano”, con desafíos en el medio plazo a los que el país no puede dejar de mirar, como, por ejemplo, la elevada tasa de pobreza, el desafío de la natalidad y/o el envejecimiento poblacional.