Sin duda la proxima elección presidencial en Estados Unidos es el evento que más acaparará la atención global conforme pasen las semanas, su relevancia es ampliamente conocida y de su resultado dependen muchos factores económicos y relacionados con el mundo de las inversiones.
Bjoern Jesch, Global Chief Investment Officer en DWS expuso ante clientes y gestores de fondos en la Ciudad de México algunos de los puntos de vista sobre dicho evento de la empresa de capital inversión con sede en Fráncfort Alemania, que cotiza en el SDAX y gestiona activos por valor de 928 mil millones de euros (996.028 millones de dólares).
Tres escenarios base:
De acuerdo con Bjoern Jesch, existen tres escenarios base para el resultado de la elección presidencial en noviembre próximo, aunque como sabemos todo puede suceder en un contexto elecgtoral global en el que se han dado grandes sorpresas en diferentes partes del mundo, los escenarios base son los siguientes:
- Gobierno dividido: en este escenario lo más probable es que los demócratas retengan la Casa Blanca, es decir que el presidente Biden logre la reelección, con los demócratas asegurando la cámara pero perdiendo el senado. Este panorama conduciría a una formulación de políticas de limitado alcance con pocos cambios de política públicas.
- Victoria demócrata: en este escenario se registraría un control mayoritario muy estrecho en ambas
Cámaras por parte de los democratas, no tan diferentes de un gobierno dividido. Esperamos que las mayorías demócratas sean de corta duración, una breve ventana de control legislativo hasta las elecciones intermedias de 2026. - Victoria republicana: hasta hoy resulta difícil imaginar un resultado electoral de tal magnitud, aunque no se descarta. Las mayorías ajustadas en el Congreso de cualquier manera fracturarían la convivencia incluso entre los propios republicanos.
A partir de estos escenarios, también los expertos de DWS elaboraron algunas expectativas sobre lo que haría cada una de las dos corrientes en caso de ganar, con algunos factores de la economía estadounidense, lo que desde luego puede tener repercusión global.
Por ejemplo, en el caso de que los demócratas logren retener la Casa Blanca y además el control de las Cámaras o cuando menos cierto margen de maniobra, habría algunos cambios como por ejemplo en las políticas internas se incentivará la relocalización y la creación de empleo; llegará el fin de los recortes de impuestos de la era Trump y habrá un posible aumento de los impuestos corporativos.
En lo relacionado con la política fiscal se espera más gasto gubernamental, impuestos más altos para mitigar el efecto y un déficit fiscal ligeramente mejorado.
En el ámbito comercial, en caso de una victoria demócrata Estados Unidos no daría un paso atrás en su política de enfrentamiento con China, continuará el proteccionismo estadounidense, prácticamente las políticas permanecerán sin cambios.
En la geopolítica, China y Rusia serán los factores de cautela aunque se pretende reducir las tensiones geopolíticas y fomentar la cooperación internacional.
Una victoria republicana, con el regreso de Donald Trump a la presidencia del país, traería consigo algunos escenarios como los siguientes:
En política doméstica habría una relocalización más agresiva (tarifas), un control más estricto de la inmigración y se harían permanentes los recortes de impuestos de 2017.
En política fiscal habría un crecimiento del gasto más lento, pero mayores costos por los recortes de impuestos y más presión inflacionaria en el corto plazo.
Una victoria republicana provocaría en el comercio de Estados Unidos un enfoque más proteccionista, propuestas de arancel del 60% a las importaciones chinas y una Europa orientada a las exportaciones se verá más afectada en su comercio con la primera potencia global.
En el aspecto geopolítico regresará el mantra “Estados Unidos primero”, habría más incertidumbre sobre el apoyo a Ucrania y una creciente fricción con los aliados, ante la personalidad del nuevo inquilino de la Casa Blanca en dicho escenario, ampliamente conocido.