El rally de la renta fija dura ya muchos años y es un secreto a voces que, con las políticas monetarias acomodaticias en el mundo desarrollado y la compresión de los tipos de interés, las valoraciones son ahora menos atractivas que en el pasado. “Estamos entrando en una fase de burbuja en renta fija”, reconocía Alexis Renault, responsable de high yield de Meriten Investment Management, gestora de BNY Mellon en proceso de venta a Oddo, en una entrevista con Funds Society. En su opinón, eso no quiere decir que próximamente haya que preocuparse, puesto que esa burbuja tardará tiempo en formarse y puede durar años hasta que se desinfle, pero es una realidad.
“El BCE está contribuyendo a un sobrecalentamiento del activo en Europa, no en el lado de los diferenciales –que están justamente valorados- pero sí en los tipos de interés, que están demasiado bajos”, explicaba en el marco de la conferencia anual de la gestora con inversores celebrada recientemente en París. De hecho, cree que sin el efecto del QE el bono alemán ofrecería una rentabilidad del 1,5%-2%.
Pero más allá de unos tipos demasiado bajos, sus políticas están llevando a los inversores a asumir cada vez un mayor riesgo de crédito, lo que seguirá apoyando la compresión de diferenciales en los próximos meses, hasta encarecer aún más el activo. “El BCE está empujando a los inversores a asumir un mayor riesgo e invertir en activos de menor calidad, a veces sin ser conscientes de ello: algunos inversores en deuda pública han entrado en crédito con grado de inversión y los que antes estaban en crédito de este tipo están empezando a comprar en el segmento high yield, de calidad BB o incluso B”, asegura. De ahí que el segmento BB, con un diferencial de unos 250 puntos básicos, esté más caro que en el pasado y de ahí su preferencia por el segmento B, que aún mantiene un diferencial de unos 500 puntos básicos.
Por eso, y aunque insiste en que ahora los spreads están justamente valorados, advierte de que en unos meses y si se comprimen mucho, auspiciados por el BCE y el apetito de los inversores por el crédito, podrían encarecerse. Y esta situación solo se frenará cuando el BCE ponga fin a su QE, que seguirá como mínimo durante los próximos nueve meses.
Europa y calidad B en high yield
A pesar de esa visión cauta de futuro, considera que aún “hay oportunidades que están intactas en el segmento de high yield”. Sus preferencias actuales se centran en el segmento B y en el mercado europeo (donde los datos mejoran, el QE del BCE actuará a favor y cuenta con mayor parte de nombres B y BB que el mercado estadounidense). “El crédito en Europa tiene mayor calidad y menor duración que el estadounidense, donde el segmento high yield es más agresivo: cuenta con un mayor spread pero también con mayor riesgo”, asegura el gestor. En cuanto a nuevas emisiones, también opta por las europeas y considera que las estadounidenses son más caras.
En cuanto a las rentabilidades posibles de la renta fija, el experto explica que “el espacio es mucho más limitado que el año pasado”, con yields en deuda pública incluso en negativo en algunos casos. Pero “la deuda high yield aún puede ofrecer retornos del 4%-6% en los próximos meses”. Eso sí, teniendo en cuenta que “la volatilidad está de vuelta”, lo que da si cabe mayor importancia a una buena selección dentro del activo.
Los riesgos
En cuanto a los riesgos, está la política de la Fed, aunque duda de si subirá tipos este año debido a que los últimos datos de confianza han decepcionado. También está la posible salida de Grecia del euro, algo que impactaría sobre todo en los mercados periféricos europeos: “No sería un non-event”, dice. Otro riesgo es el político, por ejemplo en España: aunque el crecimiento y la recuperación están de vuelta, reconoce el riesgo de que se repita la situación de Grecia, aunque le da una baja probabilidad, mientras en Francia habla del riesgo de hacer escasas reformas.