Si bien la cartera modelo que diseñó Harry Markowitz en 1952 ha demostrado su fiabilidad a lo largo de los años para generar retornos para los inversores, siempre hay excepciones a la regla. 2022 fue una de esas excepciones: todas las correlaciones saltaron por los aires, y pudimos presenciar cómo acciones y bonos caían en picado como respuesta al agresivo ciclo de subidas de tipos de interés que emprendieron los bancos centrales para atajar la inflación. Una vez pasado lo peor del ajuste monetario, las casas de inversión observan que 2023 empieza con perspectivas más halagüeñas, al menos para la parte de renta fija, por lo que cabe preguntarse: ¿volverá a funcionar el modelo 60/40? ¿es momento de revisar la Teoría Moderna de Carteras?
Para Jeremy Cunningham, director de inversiones de renta fija de Capital Group, lo que sucedió en 2022 “fue más una excepción -debida a una inflación extremadamente alta y a una ralentización del crecimiento- que la nueva normalidad”. De hecho, su perspectiva “dado que la inflación parece acercarse a su nivel máximo y el riesgo de recesión sigue aumentando” es que “los bonos de alta calidad probablemente ofrecerían de nuevo protección a la baja frente a la renta variable”. Cunningham prevé un escenario de menor crecimiento de los beneficios que, por tanto, podría afectar a la rentabilidad de la renta variable, “pero los mercados de renta fija proporcionarían diversificación en una cartera 60/40 que se beneficiaría de los bancos centrales, que podrían pausar o incluso recortar los tipos de interés con un impacto positivo en los bonos”.
Para Jeff Klingelhofer, co responsable de inversiones de Thornburg IM, para comprender si la renta fija recuperará su capacidad diversificadora es necesario contextualizar el comportamiento de la deuda desde los 80 hasta la actualidad: “Hemos estado en un tren de un solo sentido, los rendimientos de la renta fija han bajado de forma general. Y eso ha llevado a que las expectativas de rentabilidad hayan sido insostenibles desde el principio”. Esto llevó al gran reajuste de 2022 que todos conocemos, pero la pregunta para el experto es si este reset ha terminado o, por el contrario, hay más margen de ajuste. Para Klingelhofer, la clave para determinar si seguirá habiendo una mayor revisión de los precios estará en la probabilidad de que se produzca un giro en la política monetaria de la Reserva Federal, y su punto de vista es que este giro está sujeto a la evolución de las condiciones del mercado laboral en EE.UU.
Más que una cartera 60/40, el experto encuentra más interesante una cartera con enfoque barbell: “Creo que la renta fija de corta duración, en particular los activos titulizados, están increíblemente interesantes. Sí, se centran en el consumidor, y necesitas vigilar la trayectoria del consumo con ojo de halcón. Pero los diferenciales se mantienen relativamente anchos”. Klingelhofer añade que, para un inversor con un enfoque de comprar y mantener (buy & hold), “en realidad el high yield parece bastante interesante”.
La efectividad de la cartera modelo fue uno de los puntos que ocuparon un webinar organizado recientemente por Janus Henderson Investors, en el que participaron varios expertos de la firma. Uno de ellos fue Jeremiah Buckley, al frente de la estrategia Balanced de la firma: “Si nos dirigimos a un periodo en el que puede verse una desaceleración de la demanda, o un escenario de hard landing, creo que la renta fija volverá a proporcionar correlación negativa con las acciones como ha hecho históricamente”. Buckley añadió que un escenario en que la cadena de suministros o el mercado laboral dejan de estar tan tensos, “podría ser bueno para ambas clases de activo al bajar las expectativas de inflación y que los bancos centrales puedan ser menos agresivos, porque ambas podrían correlacionarse positivamente y al alza”.
En ese mismo webinar el gestor de activos alternativos Steve Cain afirmó que “la cartera 60/40 ahora está en un entorno de equilibrio, ahora esta clase de carteras tienen un aspecto mucho mejor del que habían ofrecido en los últimos años”, aunque matizó que, en su opinión, podría ser más atractiva una cartera 40/ 40/ 20, donde el 20% fuera una asignación a activos alternativos como fuentes de retorno.
Cómo rotar las carteras
Alex Rohner, estratega de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM) se muestra escéptico con la vuelta del componente diversificador de la renta fija: “El retorno de fuertes presiones inflacionistas y el consiguiente ciclo de subidas bruscas ha provocado una revalorización en el sector de la renta fija junto con una venta masiva en los mercados de renta variable. La función habitual de la renta fija como estabilizador de los rendimientos en una cartera 60/40 típica ha quedado por tanto invalidada”, afirma.
El experto matiza que “la revalorización del espacio de renta fija mundial hasta un nivel más adecuado ayudará a aislar mejor las carteras de renta variable frente a futuros problemas, aunque la correlación entre ambas clases de activos será menos favorable en términos de diversificación que en la pasada década”. La recomendación que hacen desde JSS SAM para una asignación más adecuada a renta fija en carteras equilibradas pasa por “incluir instrumentos vinculados a la inflación como complemento de los bonos”.
Desde Amundi Víctor de la Morena, director de inversiones para Iberia, explica que los mercados están experimentando fuertes rotaciones al estar desplazándose su atención de la inflación al crecimiento: “El mejor comportamiento de China y los mercados emergentes fueron las tendencias más visibles, seguidas del gran cambio de tendencia en la fortaleza del dólar”.
El director de inversiones de Amundi explica que, de cara al futuro, los inversores deben tener en cuenta cuatro temáticas a la hora de construir sus carteras: el equilibrio inflación/crecimiento; las medidas de los bancos centrales; el debilitamiento del dólar; y la trayectoria de los beneficios empresariales. En vista de la complejidad del entorno de mercado y de que siguen imperando altos niveles de volatilidad, De la Morena recomienda una asignación defensiva, empezando por “mantener una postura prudente frente al riesgo, pero recalibrar las preferencias regionales”. Por ejemplo, explica que en la gestora “ahora somos más constructivos con la renta variable china que con los mercados desarrollados”. Desde una perspectiva de cross-asset, están “ligeramente positivos en duración, ya que creemos que los bonos del Estado mantienen sus ventajas de protección de cartera”, y más cautos con el high yield. Además, recomienda añadir diversificación “a través de materias primas como el petróleo y el oro”.