El fragmentado panorama político español tras las elecciones nacionales, regionales y locales está complicando el intento del líder del partido socialista Pedro Sánchez de formar un nuevo gobierno del que dependerán las futuras perspectivas económicas y fiscales del país.
El contraste de la suerte de los partidos políticos en las elecciones generales (28 de abril), regionales y locales (ambas el 26 de mayo) es tal que las negociaciones y los acuerdos entre los partidos son esenciales para obtener mayorías de gobierno en todos los niveles territoriales.
«La fragmentación de los resultados electorales, combinada con la cuestión no resuelta pero controvertida de la independencia catalana, está complicando la capacidad de Sánchez para formar el próximo gobierno de España», asegura Alvise Lennkh, analista de Scope Ratings.
En opinión de Scope, aunque Sánchez consiga los votos suficientes para convertirse en el próximo presidente de España, le faltará una mayoría absoluta y necesitará otros acuerdos, posiblemente con partidos separatistas, para aprobar la legislación.
«Por lo tanto, es probable que el resultado sea un gobierno débil con una capacidad limitada para aplicar reformas que aborden las vulnerabilidades económicas subyacentes del país, entre las que se incluyen una elevada deuda pública, retos en el mercado laboral y una baja productividad», apunta Lennkh, y añade: «Esto podría limitar el rating de España, actualmente en el nivel A actual».
Para liderar un nuevo gobierno, Sánchez necesita, en primer lugar, el respaldo de una mayoría parlamentaria absoluta o de 176 de los 350 diputados de la cámara baja. En el caso probable de que no lo consiga, sólo necesitaría una mayoría simple (más votos «Sí» que «No») en la segunda vuelta.
Como el PSOE de Sánchez (123 escaños) puede contar con el apoyo de Unidas Podemos (42 escaños) para un «gobierno de cooperación», así como con el apoyo de algunos partidos regionales más pequeños, la posible abstención de Esquerra Republicana de Cataluña (15 escaños) en una segunda votación bastaría para asegurar la investidura de Sánchez como presidente del gobierno.
El papel de la Unión del Pueblo Navarro (UPN)
Mientras que los acontecimientos en Cataluña pueden complicar la candidatura de Sánchez al gobierno, los diputados de otra región, Navarra, podrían acudir en su ayuda. La región fue ganada por Navarra Suma -un grupo político conservador formado por la Unión del Pueblo Navarro (UPN), el Partido Popular y Ciudadanos- que necesita el apoyo de la rama navarra del PSOE para gobernar.
Si Sánchez facilitara tal coalición regional, es probable que obtenga los dos votos necesarios de la UPN a nivel nacional. Por el contrario, si la dirección socialista local prefiere una coalición con otros partidos de izquierdas y se apoya en la abstención del partido nacionalista vasco e independentista EH Bildu, el riesgo de que se repitan las elecciones en España aumentaría.