Las rentabilidades que ofrecen los mercados de renta fija emergentes han atraído a algunos inversores que han asumido mayor riesgo en sus inversiones con el objetivo de obtener las ganancias que los mercados desarrollados, en un contexto de tipos bajos, no ofrecen. Según un informe realizado por Beatriz Hernández, analista del departamento de análisis de fondos de atl Capital Gestión de Patrimonio, antes de tomar decisiones de inversión en renta fija emergente es importante saber cuáles son los puntos fuertes y débiles de estos mercados que suman el 50% del PIB mundial y suponen el 25% del total de la deuda emitida en el mundo, en torno a los 20 trillones de dólares. Como dato, apuntar, que aunque su peso en el PIB global es muy significativo, es un mercado muy pequeño ya que solo el 13% es accesible a los inversores extranjeros. La deuda de países como China o India no cotiza en los mercados.
Al mal comportamiento registrado en 2014 y 2015 por la desaceleración de sus economías debido a la bajada de las materias primas, le siguió en 2016 un cambio de tendencia que se refleja en un mayor dinamismo del conjunto de las economías emergente en 2017. El motivo fue la ligera aceleración de la actividad en China, el repunte de Europa del Este y la salida de la recesión de Rusia, Brasil y Argentina. En 2018, hemos visto una ligera corrección debido a la apreciación del dólar.
¿Por qué invertir en renta fija emergente?
Entre los aspectos que Hernández destaca para invertir en renta fija emergente están unas mejores expectativas de rentabilidad en un entorno de normalización monetaria y un cremiento en los mercados desarrolladoa que debería resultar muy beneficioso para las economías de países emergentes. La experta señala que desde mediados de 2016 ha habido una aceleración del crecimiento y el diferencial respecto a los países desarrollados aumenta a favor de mercados emergentes. Hubo un cambio de tendencia en el 2018 y en las últimas semanas se ha reducido algo.
Por otra parte, señala que están disminuyendo su deuda, reduciendo el déficit por cuenta corriente, dependen menos de los mercados exteriores para financiarse y están aumentando el ahorro al tiempo que reducen la inflación. En su opinión, la normalización por parte de la Fed y el BCE se hará lo suficientemente gradual como para no dañar a los países emergentes. Aun así, tienen margen para bajar los tipos y seguir creciendo.
Eso sí, recomienda prestar especial atención a la inestabilidad política en países como Turquía o México, la elevada inflación, la vinculación a las materias primas, una posible desaceleración del crecimiento chino, la apreciación del dólar y el fin del ciclo expansivo.
Según Hernández, la renta fija emergente es un activo a estudiar con detenimiento y puede ofrecer buenas oportunidades para aquellos inversores con un horizonte temporal a largo plazo. El consejo es invertir asesorado por un profesional y hacerlo a través de fondos de inversión diversificados por zonas geográficas. La experta destaca que este activo representa entre un 40 y un 60% del PIB mundial y que a largo plazo estos países tienen buenas perspectivas de crecimiento.