En 2016 aprendimos que la política no es lo único que importa. El referéndum británico y las elecciones estadounidenses no impidieron al mercado constatar que, de hecho, la economía mundial estaba recuperándose y ponía rumbo al nuevo año en la mejor situación de la última década. Desde una perspectiva cíclica, explican NN Invesstment Partners, las tasas de desempleo se mueven en sus cotas más bajas, la confianza de los hogares y las empresas está en máximos y los indicadores adelantados del ciclo económico están subiendo de forma sincronizada en todo el mundo.
Entretanto, los inversores siguen manteniendo en sus carteras unos abultados niveles de liquidez y renta fija, unas clases de activos que posiblemente ofrecen las rentabilidades esperadas más bajas en muchas décadas. La confianza de los inversores se ha reforzado a la vista de la mejora de los datos del PIB y las expectativas de crecimiento de los beneficios empresariales, dice la gestora en su último análisis de mercado.
“Si a ello le sumamos que ya no se observan apuestas masivas ni señales técnicas contrarias a los activos de mayor riesgo, era razonable incrementarlo de nuevo en nuestra asignación táctica de activos y, para ello, hemos reforzado la exposición a la renta variable y al sector inmobiliario durante las últimas semanas”, añade.
Los riesgos políticos en EE. UU., Francia o Italia, las posturas menos expansivas de los bancos centrales y las inquietudes que despiertan de nuevo los mercados emergentes son solo algunos de los factores de riesgo que podrían obligar a la firma a realizar nuevos ajustes. Sin embargo, por el momento la tendencia económica de fondo hace que abogue por un planteamiento centrado en el crecimiento.
“Este planteamiento centrado en el crecimiento también nos ha llevado a elevar el peso de la renta variable de la zona euro desde neutral hasta una ligera sobreponderación. Se prevé que la zona euro sea, junto con Japón, uno de los principales beneficiarios de la denominada “apuesta por la reflación”. Aunque estamos sobreponderados en Japón desde el pasado mes de septiembre, la revisión al alza de la exposición a la zona euro era apremiante y la nueva mejora de los fundamentales macroeconómicos y empresariales nos decidió a ponerla en práctica”, explican los analistas de NN IP.
Sus gestores estiman que tanto Japón como la zona euro son muy sensibles a la apuesta reflacionista por la importancia que los sectores cíclicos presentan en sus índices, en contraposición a EE.UU. Hasta ahora, cuentan, la bolsa japonesa es la que más se ha beneficiado, si bien una parte importante de los fuertes avances de este mercado obedece también indudablemente a la debilidad del yen. La fortaleza del dólar estadounidense es otra de las razones por las que, en conjunto, NN IP prefiere la renta variable no estadounidense a la estadounidense y argumenta que la subida del dólar impulsa el crecimiento de los beneficios de las empresas no estadounidenses.
Las bolsa de EE.UU. agota su recorrido
Además, después de las elecciones, los inversores se decantaron por la bolsa de Estados Unidos lo que ha llevado al consenso a sobreponderar la renta variable estadounidense. NN IP recuerda que según la edición de diciembre de la encuesta entre gestores de fondos de BofA Merrill Lynch, la exposición a la renta variable estadounidense ha aumentado sustancialmente en los últimos meses, hasta situarse en su nivel más alto desde 2014.
“Desde una perspectiva histórica, el mercado está sobreponderado, pero choca comprobar que el 71% de los encuestados considera que ese mismo mercado estadounidense está caro. Por contra, la renta variable de la zona euro vio reducido su peso en las carteras hasta una ligera infraponderación. Los riesgos políticos se mencionan a menudo para explicar este alejamiento de la zona euro”.
De hecho, aunque el riesgo asociado a los cambios políticos es alto, NN IP entiende que dicho riesgo ofrece una doble lectura. “La probabilidad de que los partidos populistas ganen aún más terreno es elevada, ciertamente, pero ¿hasta qué punto es factible que terminen ocupando puestos de gobierno y, más difícil todavía, que consigan plasmar sus posturas en leyes en los Países Bajos, Francia o Alemania? ¿Acaso no nos han demostrado los acontecimientos políticos de 2016 que incluso los escenarios que de antemano se consideraban negativos también tienen un lado positivo, al menos a corto plazo? De las bolsas de los mercados desarrollados, la británica fue la que mejor se comportó a pesar del Brexit y EE. UU. describió un impresionante recorrido alcista tras la elección de Trump”, concluye el informe de la gestora.