“A escala mundial, las divergentes políticas monetarias van a ejercer una gran influencia en las clases de activos, y los inversores tendrán menos lugares a los que acudir en su búsqueda de rendimiento. En mi opinión, éste seguirá siendo un tema preponderante en la economía mundial en los próximos meses y quizá en años”. Son palabras de Mark Burgess, director de Inversiones para EMEA y director global de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments.
El experto, que dice haber mantenido una ponderación neutral desde febrero, cree que probablemente el dólar estadounidense experimentará una buena apreciación, motivada por los flujos de capital más que por el crecimiento o las políticas monetarias divergentes, ha incrementado ligeramente su ponderación. “Somos conscientes de lo que esto podría conllevar para los activos de riesgo que, desde la óptica de la valoración, se hallan en su mayor parte en cotas cercanas a máximos o que ya han marcado máximos históricos”, explica.
Consciente de que la Fed pretende normalizar la política monetaria y subir los tipos de interés -“si bien su capacidad para hacerlo se ve mermada por las políticas monetarias presentes en otros países, lo que podría frenar a la institución a corto plazo”- sigue esperando una subida de tipos este año y dos en 2017.
En lo que se refiere a materias primas, sin entrar en petróleo, Burgess cree que destacan como una clase de activo en la que aún podríamos asistir a un repunte. Considera que las commodities son un buen elemento diversificador de cartera, y es conscientes de su potencial de recuperación, de ahí que haya aumentado su asignación. En términos generales, explica, las commodities se revalorizaron desde 2000 hasta 2008, gracias a la gran industrialización y urbanización de China, si bien a medida que el ritmo de esta coyuntura decrecía, éstas se adentraron en una fase bajista y ahora casi todas las commodities cotizan por debajo de su nivel medio de cotización de los últimos 15 años, con la excepción del oro, el café y el algodón. La energía en particular está cotizando muy por debajo de su media, apunta.
Según el experto, existen razones de peso para creer en unas perspectivas más favorables. Los principales factores clave de un mercado de commodities alcista son la caída de la producción ligada a una mayor demanda. Se lleva registrando desde 2012 un giro importante en el gasto de capital entre las compañías mineras, una cifra que ha descendido cerca del 90% en cuatro años. La oferta tenía que caer ante tal caída en la demanda, pero esto ha llevado algún tiempo, explica.
“En nuestra opinión, estamos ahora en un punto en el que la dinámica oferta/demanda se está reajustando en todos los sectores de commodities, incluidos los mercados de metales básicos”.
La demanda de oro se está disparando, procedente sobre todo de los inversores a través de fondos cotizados (ETFs), apunta, explicando que la demanda total de la primera mitad del año alcanzó un nuevo máximo, lo que eclipsó la anterior cifra récord establecida en 2009. “No cabe duda de que siete años antes nos hallábamos en medio de la crisis financiera mundial y hoy en día existen paralelismos. Como en aquel entonces, los inversores ven a todas luces el oro como un refugio seguro en un entorno de menguantes rendimientos de los bonos y volatilidad en los activos de riesgo”.
La demanda de inversión se traduce en la apreciación del oro y la dinámica de «tipos más bajos durante más tiempo», que pronostica en un futuro próximo seguirá preocupando a los inversores. “Este mundo de extraordinarias políticas monetarias y tipos de interés negativos es un territorio inexplorado para muchos inversores, de ahí que no concibamos una caída de la demanda, sino un incremento de esta como parte del repunte de amplia base de las commodities”.
Con este fin, el director de Inversiones para EMEA y director global de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments dice estar ampliando su exposición a commodities y revela una actitud más positiva sobre los metales preciosos y los metales industriales de menor entidad como el plomo, el zinc, y el níquel.