En un entorno más incierto que en el pasado, los inversores se preguntan dónde encontrar retornos absolutos en 2016. Los expertos de Schroders lo tienen claro: en activos como la deuda high yield o la renta variable. “Dados los ajustes ocurridos en el mercado de crédito, las yields son ahora atractivas y se podrán obtener retornos positivos reales incluso en un entorno de subidas de tipos por parte de la Fed”, explica Karl Dasher, responsable de Schroders en EE.UU. y co-responsable de Renta Fija de la gestora.
En el marco de la Conferencia Anual de Medios Internacionales, celebrada recientemente en Londres, explica que ve oportunidades en el segmento de high yield, “un activo muy interesante en el que estar ahora”. A pesar de la cautela por el componente energético en el activo, considera que se pueden encontrar oportunidades en las diferentes industrias –como sectores de consumo o industriales, y también en el financiero, con diferenciales del 6%-7%-, evitando el riesgo energético, y augura retornos totales de entre el 5% y el 10% el próximo año. “Lo importante es la selección de valores y la inversión de forma muy diversificada; tenemos unos 150 nombres en cartera”, añade.
Para Alex Tedder, responsable y CIO de renta variable global y estadounidense, siempre hay oportunidades en renta variable, a pesar del entorno incierto en el que se mueve el mercado. “Este año los retornos casi han sido planos, decepcionantes, pero en términos geográficos y sectoriales hay mucha divergencia”, lo que demuestra que siempre hay oportunidades. El gestor ve una situación en la que se equilibran diversos factores: en el lado positivo, los beneficios, la liquidez y su condición de activo preferido y captador de flujos; en el negativo, las revisiones de beneficios –excepto en Japón-, las valoraciones (la mayoría de mercados están relativamente caros, excepto Japón) y el riesgo geopolítico.
Pero “hay razones para ser positivos: las yields en renta variable son atractivas frente a los bonos y, si nos remontamos a crisis anteriores, vemos que las valoraciones no son tan malas”, añade. Además, siempre hay oportunidades en áreas en las que el mercado suele equivocarse: el gestor menciona valores que se benefician de las tecnologías disruptivas, del crecimiento secular, la innovación, jugadores de nicho o que tienen poder de compra. Como ejemplos, sectores que se benefician del crecimiento en las transacciones y comercio online, como Tencent, Alibaba, Uber, Linkedin, Netflix, Google, Trip Advisor, Expedia o Airbnb. “No tenemos sesgo sectorial o por países: buscamos un crecimiento global y oportunidades y, con este punto de vista, el set de oportunidades es sustancial”.
Oportunidades en deuda
El mercado de bonos ha vivido 30 años de alzas en renta fija, ante un escenario de ralentización del crecimiento económico, mayor tasa de ahorro (en parte por motivos demográficos) y un menor nivel de inversión al esperado, el exceso de ahorro también en los mercados emergentes y una caída en las inversiones públicas. En Banco de Inglaterra calcula que el impacto conjunto de estos factores, entre otros, explican una caída de las rentabilidades reales del 4,5%.
Para Dasher, los mercados no están mirando a los indicadores futuros sino al espejo retrovisor, y se están comportando como si la Fed ya hubiera subido los tipos. “Gran parte de los temores de una subida de tipos ya están en precio en los mercados de renta fija”, explica. La prueba: los diferenciales de los activos de deuda están más bajos que en otros momentos de la historia, también al hablar del crédito. Descuenta que la Fed mueva ficha pronto: el mercado ha puesto en precio que lo hará en diciembre pero la progresión será muy lenta, hasta alcanzar el 1,5%-2% en los próximos 18 meses. Por su parte, el BCE seguirá con su QE pero decepcionará mientras Reino Unido subirá tipos en algún momento el próximo año.
En el caso del crédito estadounidense, el experto habla de sus dinámicas: la oferta y las emisiones corporativas han aumentado pero la demanda extranjera no ha sido suficiente. Sin embargo, ve una tendencia en el horizonte: el apetito de los inversores japoneses hacia el activo. “Los inversores nipones están cambiando sus hábitos y pasando de invertir en activos domésticos a internacionales, por ejemplo, en deuda de EE.UU.”; así, explica que las emisiones en deuda corporativa y la mayor oferta en este ámbito se puede compensar con la demanda por el activo.
En deuda emergente, explica que los ajustes en China serán graduales y que, si el renminbi no se ha devaluado más y sigue en niveles de hace tres años, es porque el resto del mundo se ha devaluado más. Pero no está preocupado por los niveles de endeudamiento del país: “Si hay una crisis de deuda, las comparaciones con otros momentos históricos pondrían a China en el extremo menos grave del espectro”, añade. En general, cree que en deuda emergente hay oportunidades interesantes desde un punto de vista de la selección, tanto de empresas como de deuda pública, construyendo carteras muy diferentes de los benchmarks.