Tras la última reunión de la Fed, las principales firmas de inversión se cuestionan si hemos llegado al final del actual ciclo de subida de tipos. Si realmente se acabó el ajuste monetario, es probable que el mercado experimente un aumento de la liquidez tanto en Estados Unidos como Europa y que los mercados de crédito y renta variable se vuelvan a beneficiar de ello.
Según explica Mondher Bettaieb, director de crédito de Vontobel Asset Management, a partir de mayo, “se rebajarán los límites de 30.000 a 15.000 millones de dólares estadounidenses, lo que significa que comprarían 15.000 millones más de bonos del Tesoro al mes a partir de finales de mayo. Esto aumentará la liquidez en dólares estadounidenses y contribuirá a un mayor exceso de liquidez. Si recuerdan, el exceso de liquidez también recibió un impulso tras la última ampliación del TLTRO III por parte del BCE, y esto lo fortalece aún más. Esto no sólo sostendrá el ciclo económico y crediticio, también es positivo el S&P 500. El S&P 500 sube alrededor de un 20%, desde la expectativa de que la Reserva Federal haya terminado con el ciclo de subidas siempre y cuando haya un crecimiento económico aceptable. Reiteramos que no lucharemos contra la Reserva Federal ni contra el BCE en esta fase”.
La presencia de los bancos centrales seguirá generando un situación de mercado poco usual, dejando de nuevo sobre la mente de los gestores qué pasará cuando finalmente se retiren y dejen ser tan activos en el mercado. Lo que está claro es que esta situación además de generar oportunidades de inversión, también tiene sus pegas. Por ejemplo, tras la reunión del jueves, “la reacción de los mercados confirmó la interpretación dovish de la postura de la FED, con rendimientos más bajos y un dólar estadounidense más débil”, apunta François Rimeu, responsable de multiactivo y estratega senior de La Française.
En este sentido, Wolfgang Bauer, gestor del fondo M&G (Lux) Absolute Return Bond, destaca que, tras la reunión, “los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense cayeron, dado que el riesgo de una subida de tipos a corto plazo se ha disipado. El repunte de estos títulos también se vio apuntalado por los comentarios favorables sobre el balance de la Fed”.
La posibilidad de que hayamos entrado de nuevo en un etapa de tipos de bajos también la sostienen desde Flossbach von Storch. “Estamos convencidos que los tipos de la zona euro no van a subir; por lo menos, no a los niveles normales que habían alcanzado en el pasado. Un repunte significativo de los tipos de interés supondría una carga excesiva para las finanzas de unos estados fuertemente endeudados, así como para muchas empresas y las familias de la zona euro. En última instancia, pondría en peligro incluso la supervivencia de la moneda común en su forma actual. El BCE lo tiene muy presente. Por eso creemos que mantendrá los tipos de interés bajos, no porque quiera, sino porque no tiene más remedio”, explica Bert Flossbach, co-fundador de Flossbach von Storch.
En opinión de los analistas de Unigestion, “se está confiando demasiado en los bancos centrales para solventar este escenario pero bajo nuestro punto de vista no pueden detener la tendencia de desaceleración en la economía global y los precios de los activos deberían ajustarse para reflejar un mayor riesgo de recesión”.
¿Y ahora qué?
Las gestoras coinciden en que no esperan nuevas subidas de tipos hasta el 2020 y eliminan de sus escenarios cualquier subida en 2019, tal y como la propia Fed ha dejado entrever. “Una alza de tasas en 2020 aún está en la agenda. La reducción del balance de la Fed también terminará este año en septiembre y, a partir de mayo, la reducción será menos agresiva que en el pasado. La perspectiva de inflación más benigna de la Fed explica que la institución no vea necesario subir los tipos este año. Así que hemos ajustado nuestras previsiones y creemos que este año no habrá cambios en la política de la Fed. Esperamos que aumente las tasas a principios de 2020 si hay evidencia de un repunte en la inflación”, afirma David Kohl, economista jefe de Alemania de Julius Baer.
Para John Bellows, gestor de Western Asset, filial de Legg Mason, sí es probable que la Fed modifique su estrategia sobre la inflación. Según argumenta, “en concreto, la institución está valorando adoptar una estrategia de compensación (makeup strategy) en virtud de la cual los responsables políticos buscarían que la inflación se situase por encima del 2% en determinados periodos para compensar aquellos en los que cae por debajo de este nivel. Manteniendo su costumbre de limitar las sorpresas, varios responsables de alto rango de la Fed indicaron recientemente su preferencia por este tipo de estrategia. Algunos detalles siguen pendientes de puntualización, pero queda claro que la institución está avanzando en esa dirección”.
En este sentido, las gestoras también han cambiado sus perspectivas para este año. «Seguimos previendo que la economía estadounidense repuntará en el segundo trimestre dado que gran parte de la ralentización actual se debe a una variación temporal en el ciclo de existencias y creemos que el crecimiento del PIB será superior a lo que indican las previsiones de la Fed para este año. Sin embargo, la inflación se sitúa por debajo del objetivo fijado por la institución y, dado que el crecimiento seguramente se ralentice a finales del año, las posibilidades de que se lleve a cabo una nueva subida de tipos son cada vez menores. En consecuencia, hemos descartado la subida de tipos que preveíamos para junio y no creemos actualmente que la Fed vaya a llevar a cabo subidas adicionales este año. La siguiente medida de la institución seguramente consista en una rebaja de tipos en 2020 a medida que la actividad se ralentice”, argumenta Keith Wade, economista jefe de Schroders.