Enrique Marazuela, presidente de CFA Society Spain y director de Inversiones de BBVA Banca Privada, cree firmemente en el reflation trade, consistente en una moderada aceleración del crecimiento mundial y la vuelta de inflación a las zonas de confort de los bancos centrales, alejando tanto amenazas deflacionistas como inflacionistas. Eso llevaría a una actuación de éstos reduciendo su balance y subiendo tipos muy paulatina y gradualmente, con el fin de volver a recuperar su margen de maniobra en la política monetaria.
En ese entorno, se decanta firmemente por la renta variable de cara a la segunda mitad de año. “Nuestro activo favorito es la renta variable, especialmente la europea, donde vemos una subida potencial elevada y solo pendiente de que se cumpla este escenario y no haya “descalabros” políticos. En cambio, en EE.UU. no vemos nuevas subidas a menos que haya medidas de política económica aprobadas y éstas sean del agrado del mercado”, dice.
El activo más perjudicado sería la renta fija, en especial, la gubernamental europea: “La política monetaria tan expansiva de los bancos centrales ha convertido este activo en un claro perdedor al menos en el próximo lustro. Solo exceptuamos de esta categoría la renta fija emergente en moneda local, donde vemos gran valor tanto por la moneda como por la evolución de las curvas”, añade.
Los retos del segundo semestre
Con respecto a los retos de mercado, señala la trascendencia de los eventos políticos en Europa, ya que en algunos casos se está hablando de la continuidad del euro: “Una eventual ruptura del euro no bien gestionada sería un evento sistémico de primera magnitud, por lo que aunque se trate de un suceso altamente improbable el simple hecho de que aparezca en el discurso provoca inquietud en los mercados. En este sentido, y en línea con la educación financiera, debemos comunicar al conjunto de la sociedad los beneficios del euro y de la línea de actuación que está siguiendo, basada en la estabilidad monetaria. La historia nos muestra cómo las indisciplinas monetarias conducen a efectos muy nocivos no solo para la economía, sino para el conjunto de la sociedad, y que los más perjudicados son las capas con menos recursos”, dice.
Con respecto al Brexit, lo ve negativo: “Es un evento negativo desde cualquier ángulo que se mire. Será tanto menos malo cuanto más se acerque el nuevo estatuto del Reino Unido a la relación actualmente existente con la Unión Europea y contemplamos como el peor evento posible aquel en el que Gran Bretaña se relacione con Europa como un miembro más de la Organización Internacional del Comercio. Las estimaciones facilitadas por el Banco de Inglaterra corresponden al punto central de estos dos extremos”, añade.
Sobre Trump, el problema con sus medidas económicas es su conocimiento: “Una enseñanza básica en economía es que “nada es gratis” y todas las medidas tienen una cara amable, pero también un componente de sacrificio. Una vez aprobadas, tendremos capacidad de valorarlas, porque ahora no es posible porque no las conocemos con exactitud”, dice. De todos modos, añade, “los mercados de renta variable sí han descontado un escenario positivo, al menos en lo que a reforma fiscal se refiere, por lo que cualquier decepción en este campo debería tener un impacto negativo. Además, la bolsa norteamericana ha alcanzado tal nivel de valoración que se hace difícil ver nuevas subidas si no van precedidas de aprobación de medidas económicas consideradas adecuadas”.
Hacia un mayor riesgo
En este contexto, los inversores se están moviendo hacia posiciones de mayor riesgo: “Los activos de riesgo son necesarios, incluso en carteras muy conservadoras, por los beneficios de la diversificación y por permitir que esa inversión sea mucho menos vulnerable a los niveles de inflación y de la tasa de interés”, explica.
Sin embargo, y debido a que las inversiones deben responden al perfil de riesgo de cada inversor, y éste se deriva de características subjetivas y objetivas, considera que este movimiento puede ser un error, si se debe a las circunstancias de mercado: “Los riesgos se eligen y las rentabilidades se asumen y nunca al revés. Es más, te diría que conviene ser avaricioso cuando los demás son cautos y cauto cuando los demás son avariciosos”, matiza. En su opinión, el perfil de riesgo no se debe variar por las circunstancias de mercado, “nunca. Hay que modificarlo por el cambio de las circunstancias personales”, añade.