“Es la primera vez en diez años que tenemos un crecimiento tan fuerte como el actual”: ésta es la primera apreciación que hace Myles Bradshaw, director de renta fija global y gestor de cartera de Amundi, antes de explicar cuáles son las oportunidades que ofrece el mercado de renta fija.
Bradshaw parte de esta premisa porque en sus más de 20 años de experiencia en la gestión de tipos de interés, crédito, titulizaciones, volatilidad y riesgos de tipos de cambios en carteras globales, reconoce que nunca se ha enfrentado al reto de sacar rendimiento de la renta fija en un contexto de mercado como el actual. “Si analizamos la situación está claro que el crecimiento económico es bueno y su previsión aún mejor, por lo tanto, ¿por qué mantener los tipos de interés bajos? La respuesta es miedo a la inflación”, explica.
Según su análisis, de aquí a final de año los inversores tienen puestos los ojos en los eventos que pueden provocar el Banco Central Europeo (BCE), las elecciones en Italia, la negociación del Brexit y la reducción del balance de la Fed.
En su opinión, los riesgos políticos presentes en Europa y que más titulares copan –Brexit y Cataluña– son problemas locales. “En el caso de Reino Unido, considero que es un problema local de los conservadores y que aún están a tiempo de dar marcha atrás. Y en lo que concierte a Cataluña (España), es una cuestión de idealismos y de revindicar una identidad, no de un cambio o de jugarse caer en una recesión por algo así”, afirma.
En este contexto de tipos y rendimientos bajo, y riesgos potenciales, Bradshaw apuesta por dos palabras clave: selección y control del riesgo. “En renta fija no podemos esperar grandes shocks ni grandes oportunidades, pero sí concretar, analizar y seleccionar bien con qué estrategias y activos puedes obtener una mayor rentabilidad”, afirma.
Estrategia a largo plazo
Por eso Bradshaw apunta al sector financiero, al high yield de mercados emergentes y las divisas como oportunidades claras. “El crédito y la deuda de mercados emergentes ofrecen oportunidades, debido a fundamentales sólidos y valoraciones atractivas, mientras que se espera que las divisas sean una importante fuente de rentabilidad en las carteras”, apunta.
Una visión que la gestora vuelca en su fondo Bond Global Aggregate, una estrategia que busca las mejores oportunidades de inversión en los mercados de deuda pública global, crédito corporativo y divisas “a través de un enfoque activo y flexible”, matiza Bradshaw.
En el proceso de inversión, la visión estratégica a largo plazo marca las posiciones a largo plazo del subfondo, que constituyen el grueso de la cartera y se expresan utilizando estrategias direccionales en el universo invertible. Los gestores establecen después estrategias de valor relativo dentro de cada clase de activo.
“Nuestro proceso de inversión cuenta con la flexibilidad para enfocar la cartera allá donde veamos las mejores oportunidades. Una gestión de ciclo completo que permite cambiar de un activo a otro, buscando valor allí donde exista. Además, el riesgo específico se gestiona a través de una cartera diversificada de emisores y tipos de bonos”, explica Bradshaw. Según explica, los gestores se centran en fuentes de rentabilidad poco correlacionadas, lo que tiene el doble beneficio de mejorar el rendimiento potencial reduciendo al mismo tiempo el riesgo global.