El Financial Times habla de la “reestructuración de deuda más compleja que se haya visto nunca”, mientras The Economist evoca el “segundo mayor default de deuda soberana de la historia después del sucedido en Grecia”. La alarma que generan estos titulares contrasta con la tranquilidad que transmiten fuentes del mercado a Funds Society: “el default de Venezuela no será un factor de contagio ni de ruina para los inversores”.
En la caída en cámara lenta que estamos viendo en Venezuela, dos nuevos eventos marcaron la semana: S&P y Fitch declararon al país en default selectivo dado que no se recibieron los pagos por cupones pendientes después del vencimiento del período de gracia. Por otro lado, el gobierno de Brasilanunció que acudirá al Club de París para comunicarle que Venezuela no está pagando una deuda por valor de 262 millones de dólares.
Pero: ¿En que tramo exactamente de la llegada de Venezuela al default estamos?
El default de Venezuela todavía no ha llegado al punto de no retorno
Mientras el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sigue asegurando que el país cumplirá con sus compromisos, los acreedores todavía no han pasado al proceso de acelerar la exigencia de sus pagos. Una reunión dela Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por sus siglas en inglés) podría desencadenar el largo proceso para recuperar lo invertido. El verdadero default será cuando llegue ese momento.
Nelson Rangel, venezolano y chief investment officer en Raven Capital, explica que “los tenedores de seguros de impago están en derecho de reclamar sus pólizas si la ISDA determina que no se cumplieron efectivamente las obligaciones. Si ISDA emite una decisión que ordena el pago de los seguros, los tenedores de seguro de impago deberán entregar sus bonos a quienes emitieron los contratos de seguro para poder recibir su compensación por el impago”
Según Rangel, en este punto llega la decisión más importante de los acreedores, que consiste en acelerar o no el pago inmediato de sus acreencias. Y ese es el punto de no retorno.
Mientras tanto, en estos momentos de default parcial, queda la duda de que llegue algún pago o de un rescate providencial por parte de Rusia o China.
Sin riesgo de contagio
Si el default parcial o total alivia las cargas financieras del gobierno venezolano con vistas a las próximas elecciones, para los habitantes del país las perspectivas no podían ser más sombrías. Nelson Rangel señala que muchas familias venezolanas (no necesariamente conectadas con el gobierno) “dependían de esos pagos de cupones para subsistir en medio de la crisis económica”.
El riesgo de contagio no parece, sin embargo, una gran fuente de preocupación. Maya Montes-Jovellar García, de Groupama Asset Management, “el efecto contagio de la crisis venezolana en la economía mundial es limitado. El PIB venezolano representa solo el 0,4% del PIB mundial. Los dos principales socios comerciales de Venezuela, Estados Unidos y China, son capaces de absorber el impacto. Finalmente, el peso de la producción de petróleo venezolano en la producción mundial es muy bajo (2.5% en 2015)”.
La deuda externa de Venezuela se estima en 167.000 millones de dólares, el 70% del PIB del país.