Las principales agencias calificadoras están anunciando una cascada de bajadas de las notas crediticias en Latinoamérica. Colombia, Ecuador, Argentina y, en menor medida, Chile, México o Brasil han recibido malas noticias en las útimas semanas. La pandemia aumenta la fragilidad de la región debido a las caídas de los precios del petróleo y de las materias primas y justo cuando el estímulo fiscal aparece como esencial para sostener la economía y a la sociedad, financiarse es más caro.
A inicios de abril la decisión de Fitch Ratings de dejar la nota de Colombia a BBB- con perspectiva negativa causó malestar por su rapidez, aunque era una degradación esperada por algunos. Desde Fitch se explicó la medida por la caída del precio del petróleo y el consiguiente deterioro fiscal que experimentaría el país.
¿Se están precipitando las calificadoras? ¿Cabe esperar un repunte de la economía en 2020 que modifique el panorama actual?
En realiad, las calificadoras vienen observando que muchos países latinoamericanos han aumentado la carga de la deuda en estos últimos años.
Las condiciones fiscales de los mercados emergentes suelen estar sujetas a un conjunto adicional de variaciones cíclicas, tales como los cambios en los precios de las materias primas, cambios en el tipo de cambio de la divisa y en las condiciones globales de financiación. Todos estos factores hacen que las condiciones de las finanzas públicas de los mercados emergentes sean más volátiles, tanto en términos de ingresos y como de gastos.
Desde S&P Global Ratings indican que algunos países emergentes, especialmente en Latinoamérica, ya sufrían una debilidad estructural antes del brote de coronavirus. Estos gobiernos no tienen mucho margen para aplicar políticas contracíclicas que amortigüen el golpe de sus economías.
Fitch señala que dentro de los 10 bonos soberanos sudamericanos que califica (además de México) cuatro (Bolivia, Chile, Colombia y Uruguay) tienen perspectivas negativas: “Recientemente revisamos la perspectiva de Chile a negativa el 12 de marzo. Fitch rebajó la calificación de México en 2019 y Brasil en 2018. Las tendencias negativas de calificación muestran cómo el lento crecimiento económico, las dificultades para consolidar las cuentas fiscales y las restricciones políticas y sociales en la formulación e implementación de políticas ya pesan en los perfiles de crédito soberano. El coronavirus, los precios más bajos de los commodities y la mayor volatilidad en las monedas, los mercados bursátiles y los diferenciales de los bonos exacerbarán estas presiones».
Pero ante todo, la región es diversa, y los países se ven sometidos a diferentes situaciones en función de su perfil económico y de su manejo de las finanzas públicas.
Coronavirus y riesgo de default, los casos de Argentina y Ecuador
En los casos de Ecuador y Argentina, la propagación del coronavirus se suma a la imposibilidad de sostener los pagos de la deuda pública y, por lo tanto, al temor a un default.
Así, S&P Ratings rebajó la calificación crediticia de Ecuador a CCC-/C el pasado 25 de marzo ya que considera inevitable un impago de la deuda o un canje forzoso con los acreedores. Fitch hizo lo mismo, dejando la nota en CCC.
El pasado 23 de marzo del gobierno del país anunció que no pagaría 200 millones de dólares de interés de bonos de deuda externa (que vencían en marzo) y usaría esos recursos para hacer frente a la emergencia sanitaria del COVID-19. Aunque las autoridades del país expresaron su voluntad de pago y aseguraron que sólo estaban utilizando su periodo de gracia de 30 días, los datos muestran que será difícil que cumplan con sus obligaciones.
Argentina es otro de los países que ha visto bajar su nota en plena pandemia: el pasado 7 de abril Standard and Poor´s dejó al país en default selectivo después de que el gobierno anunciara la postergación del pago de unos 10.000 millones de dólares de deuda emitida bajo ley local hasta finales de 2020.
México y Chile bajo presión
Los bajos precios del petróleo también están afectando a México. En abril, HR Ratings recortó la calificación crediticia de la deuda soberana y dejó en negativa la perspectiva en los próximos meses, anunciando una fuerte contracción del PIB del país en 2020. A finales de abril, Standard and Poor´s habían bajado de deuda en moneda extranjera a BBB y la de moneda local a BB+.
En marzo Fitch mantuvo a Chile en la nota A pero redujo su perspectiva desde “estable” a “negativa”. La agencia considera que Chile se dirige a una recesión y a un deterioro de las finanzas públicas. Aunque la deuda del país andino es menor a la media de los países con A, la bajada del precio de cobre, la disminución de la actividad y la respuesta a la crisis social del 18 de octubre arrojan dudas sobre la economía.
El coronavirus ensombrece las perspectivas en Brasil
Brasil se enfrenta una masiva salida de capitales debido a la crisis financiera que provocó el COVID-19 a nivel global. En ese contexto, el país sigue estancado varios pisos por debajo del grado inversor y las buenas perspectivas con la que se inició 2020 parecen evaporarse.
Así, a inicios de abril Standard and Poor´s dejó a Brasil en BB- y redujo la perspectiva de la nota de la deuda pública de “positiva” a “estable”. La probable reducción del PIB debido al coronavirus, el aumento del gasto público para hacer frente a la pandemia y la tensión política, que compromete la agenda de reformas, son los factores que ensombrecen el panorama brasileño.
Uruguay y Perú por ahora resisten
Uruguay mantiene su grado inversor con la nota BBB- por parte de Fitch. Pero la agencia calificadora tiene una perspectiva negativa sobre las finanzas uruguayas y espera que el nuevo gobierno, que asumió en marzo, mejore las cuentas públicas.
“Las calificaciones están respaldadas por sólidos indicadores de gobernanza y desarrollo social, y un sólido balance externo. Estas fortalezas se ven contrarrestadas por una deuda pública alta y creciente, un bajo potencial de crecimiento del PIB, una inflación alta y una flexibilidad y credibilidad de política débiles” señaló Fitch en su comunicado del pasado mes de febrero, anterior a la llegada del primer caso de coronavirus a Uruguay.
Perú es sin duda una de las grandes excepciones de la región, ya que en su último informe (del mes de marzo) Fitch Ratings considera que los buenos fundamentos macroeconómicos y fiscales del país ayudarán a amortiguar el choque del COVID-19 este años. Así, la agencia confirmó la calificación en BBB+ para la deuda en moneda extranjera y en A- para la deuda en moneda nacional, ambas con perspectiva estable.