Tras semanas hablando de cuáles han sido las medidas tomadas para frenar la actual crisis, cuáles las consecuencias económicas que dejará a nivel global y cómo será la paulatina vuelta a la normalidad, muchas gestoras comienzan a analizar cómo será también la recuperación cuando todo esto acabe.
Un pensamiento positivo, en parte impulsado por la evolución de la pandemia en Asia y en algunos países europeos, permite a los gestores valorar sus carteras y prepararse para el gestionar un futuro que todavía es incierto. En primero en preguntarse qué forma tendrá la recuperación ha sido Keith Wade, economista jefe de Schroders.
“La economía mundial se encuentra en mitad de un parón repentino. Toda la actividad se ha frenado por las medidas adoptadas por los gobiernos en virtud de contener la expansión del coronavirus. Teniendo en cuenta este contexto, hemos revisado nuestras previsiones y creemos que el PIB mundial experimentará una recesión severa en 2020, especialmente durante el segundo trimestre del año. Según nuestras previsiones, la contracción de la actividad mundial en 2020 de un 3% superará la observada durante el primer año de la crisis financiera de 2008, cuando el PIB mundial se contrajo en un 0,5%”, explica Wade.
Al igual que Wade son muchas las valoraciones que destaca que esta crisis es muy diferente a la de 2008, y por lo tanto la recuperación también lo será. “El fuerte rebote, o la recuperación en forma de V, está en duda. Los países que han adelantado la vuelta al trabajo han visto la aparición de nuevas olas de contagios y están teniendo que buscar un levantamiento gradual de las restricciones. Singapur, por ejemplo, ha registrado un nuevo fuerte aumento de los contagios. la presión para levantar los cierres más rápidamente se intensificará a medida que el daño económico se haga más evidente. Sin embargo, nuestra opinión es que la recuperación en forma de V es demasiado optimista y es probable que en nuestra próxima ronda de previsiones revisemos a la baja nuestras perspectivas de crecimiento mundial para 2020. La recuperación será más débil y se retrasará, adoptando una forma más cercana a la de una U. Sin embargo, la esperanza está en que con un levantamiento más gradual de las restricciones la economía mundial debería ser capaz de evitar una segunda ola significativa de contagios y la recesión de doble caída, o escenario en W», argumenta Wade.
Misma valoración comparte Esty Dwek, Head of Global Market Strategies de Natixis IM Solutions (Natixis Investment Managers), quien también ve una recuperación en forma de U. En este sentido, Dwek explica: “Los primeros datos de PMI de Estados Unidos no han sido tan malos como se esperaba, pero eso parece responder a la fecha en la que se realizó la encuesta y esperamos que los futuros datos reflejen un deterioro mayor de las condiciones económicas en EE.UU. Sabemos que los datos van a ser malos, la cuestión es cuánto de malos y durante cuánto tiempo. No esperamos una recuperación en V, sino en U y solo de manera gradual, por lo tanto, también anticipamos volatilidad y riesgos a la baja en el mercado. De momento, creemos que los bancos centrales han triunfado en mantener bajos los riesgos sistémicos para evitar una crisis de crédito, pero seguimos vigilando cómo podrán contenerse las suspensiones de pagos o quiebras de empresas si éstas se producen”.
Desde AXA IM, apoyan la teoría de la recuperación en forma de V, pero matizan: será una V muy alargada. En opinión de Gilles Moëc, Chief Group Economist AXA Investment Managers, «la recuperación mundial tendrá forma de V muy alargada, como el logotipo de Nike», y siempre «a partir del tercer trimestre». El experto considera que «el rebote será lento» porque, probablemente, «el gasto del consumidor se verá afectado por una mayor propensión a ahorrar y por los posibles frenos a la inversión». Así, señala que «el PIB mundial tendrá la forma del logotipo de Nike», un rebote swoosh que tendría lugar «a partir del tercer trimestre suponiendo siempre que la pandemia no se reactive» y no haya más bloqueos en el resto de trimestres del año.
Primeros rebotes
Ante la mejora que ha experimentado algunos índices bursátil, Stefan Hofrichter, economista global de Allianz Global Investors, es prudente a la hora de hablar de recuperación y prefiere centrarse en identificar los signos de rebote que los inversores deben tener en cuenta. Según Hofrichter, “a medida que continúa la crisis del coronavirus, estamos viendo señales de que este mercado bajista probablemente no ha tocado fondo. Si bien los inversores deben ser cautelosos, también deben buscar activamente evidencia de que podría estar llegando un rebote”.
Según el análisis que hace el experto de Allianz GI, los estímulos fiscales y monetarios masivos se encuentran entre las condiciones necesarias para que el mercado bajista toque fondo, pero no son suficientes. También deben existir otras condiciones, incluida una depresión en la dinámica cíclica y valoraciones atractivas.
“Debido a que los movimientos observados recientemente en los mercados corresponden a ventas rápidas según los estándares históricos, las perspectivas podrían volverse repentinamente más positivas, pero es probable que todavía no estemos ahí. Aunque, la reciente volatilidad ha creado oportunidades de inversión para inversores activos que utilizan un minucioso proceso bottom-up en renta variable o bonos”, apunta Hofrichter en su último informe.
Por este mismo tono de prudencia apuesta Guilhem Savry, Executive Director, Head of Macro and Dynamic Allocation de Unigestion, en su último informe. En él argumenta que apostar por una recuperación rápida de la economía es un peligroso porque se está subestimando dos elementos clave: “efectos indirectos” entre las economías y sus sectores, y la situación real de las pequeñas y medianas empresas.
Los economistas y los mercados esperan en torno a dos trimestres de contracción económica. Una de las razones que sustentan esta tesis tiene que ver con la duración que tendrá en el tiempo la recesión. El consenso y las valoraciones actuales en la renta variable anticipan una crisis breve, cercana a los dos trimestres, con un rápido retorno a la normalidad, durante el cuarto trimestre de 2020. Los estímulos fiscales sin precedentes, cuyos costes ascienden alrededor del 10% del PIB para la mayoría de los países involucrados, planificados para suavizar los efectos negativos, son un elemento importante que podría “apoyar el argumento de que se producirá una recuperación en forma de V o U”, expone Savry.
Con todo, desde Unigestion creen que apostar por una recuperación rápida es “peligroso”. Por un lado, los “efectos indirectos” entre las economías y sus sectores. Si el período mínimo de confinamiento es de seis semanas, pero hay una brecha de ocho semanas entre los primeros países en imponerlo y entre el último país afectado, esto aumenta significativamente el período de ineficiencia en la economía mundial centrada en el comercio y la movilidad de bienes y personas. De igual modo, las pequeñas empresas, la parte oculta dentro del iceberg, no están representadas en los índices globales de capital o crédito. Debido a que no tienen el mismo acceso a la financiación y están menos diversificadas que las grandes firmas, las pymes están más expuestas a la contención económica y al cierre. Así, Savry afirma que creen que “es prematuro anticipar una salida rápida de la crisis y que la economía volverá instantáneamente a su potencial”