El consenso parece haber inundado los departamentos de análisis de las entidades financieras. Gestoras y bancos, tanto locales como internacionales, tienen en mente unas previsiones que pasan inexorablemente por la inversión en bolsa para obtener mayores rentabilidades en 2014. Ésta también es la opinión de los expertos de Deutsche Bank que, al margen de oportunidades puntuales en renta fija, creen que la renta variable será el activo estrella este año. “La tendencia positiva en las bolsas en 2013 se repetirá en 2014. Los mercados financieros recuperarán cierta normalidad, que pasa por unos menores retornos en renta fija y un trasvase de activos desde ésta a la renta variable”, explica Rosa Duce, economista jefe del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, en el marco de la presentación sobre las perspectivas del banco para este año.
La experta defiende que, en un entorno de tipos bajos, y que continuará así durante mucho tiempo, no hay mucho donde rascar en renta fija y ahí es donde se demostrará cuáles son los mejores gestores. En el activo, Diego Jiménez-Albarracín, responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, no ve valor en la renta fija a largo plazo (por el riesgo duración) ni tampoco a corto plazo (por los tipos de interés reales negativos); también están totalmente fuera de mercados emergentes por el riesgo divisa y la presión a la baja del precio en las materias primas. “Sólo vemos atractivo en bonos periféricos y algunos bonos corporativos. Las rentabilidades previstas para este año son muy bajas, por lo que será difícil batir la inflación y no perder poder adquisitivo real”, defiende. Porque incluso en países como España o Italia el recorrido es limitado.
De hecho, pronostica rentabilidades en el bono estadounidense del 3,5% a finales de año (“si llega al 4%, la Fed acelerará la subida de tipos, prevista para 2015”, dice), lo que generará presión en el bono alemán, que podría situarse en niveles del 2,5%. Con la prima de riesgo española entre 150 y 200 puntos básicos, el bono español a diez años ofrecería en torno a un 4% de rentabilidad, por lo que el recorrido es muy limitado.
Gran rotación
Por eso, y al margen de que recomienden una exposición limitada a bolsa para inversores conservadores, y exposición a través de nombres que ofrecen dividendos o a través de fondos flexibles y mixtos, en la entidad creen que el verdadero atractivo está en la renta variable, sobre todo de países desarrollados y han elevado el peso en su cartera moderada hasta el 55%. Según Jiménez-Albarracín, “este año apostamos por la rotación de activos en las carteras de inversión desde la renta fija hacia la renta variable. El mayor crecimiento previsto debería llevar al alza las revisiones de estimaciones de beneficios de las empresas. Todo ello unido a los bajos tipos de interés y la estabilización de los mercados financieros nos hace estar positivos en bolsa”. Los analistas de Deutsche Bank creen que las bolsas mundiales ofrecerán una rentabilidad media del 12%-15% en 2014.
Por zonas, consideran que los índices de países desarrollados tienen mayor recorrido que los emergentes. Y prefieren Europa. “El alto crecimiento previsto para EEUU no se ha recogido aún en las valoraciones de los analistas, mientras que en Europa la caída de ingresos por parte de las empresas ofrecen margen para sorpresas positivas a medida que se consolide el crecimiento”. De hecho, mientras en EE.UU. cree que el S&P 500 podría acabar el año en niveles cercanos a los actuales (“recomendamos no entrar ahora, sino esperar a alguna corrección”, dice), sí recomiendan entrar en bolsa europea y periférica. El experto ve un potencial de más del 10% para la bolsa española, con el Ibex en 11.500 puntos a finales de año, impulsado por las entradas tanto de inversores particulares como extranjeros y por la mejora de estimaciones de las empresas españolas que vuelvan a situar sus múltiplos en niveles más atractivos.
Por sectores, en EE.UU. apuesta por el consumo discrecional (sobre todo en small y mid caps que han corrido menos que las grandes), tecnología (nombres que podrían utilizar su caja para operaciones corporativas o para invertir en capital) o el sector financiero (el negocio de bancos minoristas frente a la gran banca de inversión o el asegurador, que figura entre sus favoritos también en Europa). En Europa, por sectores más procíclicos y expuestos a las economías domésticas, como seguros, construcción, infraestructuras o medios de comunicación. Con respecto al sector financiero, opta por valores franceses o italianos y cree que aún es pronto para estar en entidades españolas. En España, recomienda una exposición a nombres que tengan negocio internacional (que garantice crecimiento en 2014 y 2015), que hayan quedado rezagados en los últimos rallies, empresas con resultados visibles y recurrentes, líderes de su sector y con modelo de negocio único. Entre los favoritos del banco están nombres como Abertis, Amadeus, Arcelor Mittal, Ferrovial, Gas Natural o Inditex.
Crecimiento en España
Deutsche Bank prevé un crecimiento de entre el 0,6% y el 0,8% en España en 2014 y del 1,2% para 2015. Para los analistas de la entidad, “las reformas estructurales llevadas a cabo por el Gobierno y la reducción de los niveles de deuda del sector privado llevarán a crecimientos positivos en todos los trimestres del año”, además del tirón del sector exterior. Pero para Duce, “tendremos que acostumbrarnos a cifras de crecimiento más bajas, en línea con las grandes economías europeas”, porque la situación del país ya no justifica los grandes diferenciales de crecimiento vividos en el pasado. Sus perspectivas para el desempleo se sitúan en el 25% a finales de este año y Duce no prevé que baje del 20% hasta finales de la década, debido al bajo crecimiento.
En Europa, las previsiones de crecimiento se sitúan en el 1%, con datos positivos en todos los países, y Deutsche Bank defiende que habrá riesgo de deflación, por lo que “no se descartan medidas de relajación adicionales del BCE”, aunque el escenario principal es que siga utilizando las intervenciones verbales, como hasta ahora, y solo tome medidas si los datos son malos. ¿Qué podría hacer Draghi? En opinión de Duce, bajar los tipos de los depósitos bancarios a niveles negativos no impulsaría el crédito (“porque el exceso de liquidez está en bancos de países sin problemas y penalizaría a entidades que sí dan crédito”); ni tampoco nuevas subastas de liquidez (que los bancos utilizarían para comprar deuda pública). Lo que sí contempla son medidas, en línea con las tomadas en EE.UU. o Reino Unido, para facilitar el crédito a las entidades financieras, condicionado a que impulsen su actividad prestataria.
Por su parte, la Fed seguirá con el tapering pero no subirá tipos hasta mediados de 2015, siempre que el escenario económico lo permita. “2014 será un claro punto de inflexión para la economía mundial, que volverá a la normalidad”, con crecimientos del 3,8%, por encima de lo esperado, y liderado por el crecimiento en Estados Unidos, que podría llegar incluso al 4%. El riesgo es que los datos sean demasiado positivos y aceleren la retirada de las políticas monetarias expansivas, en su opinión.
Retraso de las reformas en emergentes
Los buenos resultados de EEUU, la consolidación de la recuperación en la Eurozona y los mejores datos en Japón impulsarán el crecimiento mundial, si bien los principales contribuidores seguirán siendo los emergentes. En concreto, China, que podría crecer el 8,5%, por encima de lo que dicta el consenso. Con todo, Deutsche Bank prevé una situación más difícil para el resto de países, que necesitan realizar reformas pero, al ser un año electoral en lugares como Brasil, Turquía o Indonesia, podrían retrasarlas, lo que impactará en el crecimiento.