Hoy en día, en un entorno de mayor crecimiento, inflación y perspectivas de subidas de tipos, obtener retornos en renta fija no es fácil, pero Thomas Rutz, cogestor del fondo MainFirst Emerging Markets Corporate Bond Fund Balanced, cree que la estrategia de su gestora en deuda corporativa emergente podría ofrecer este año rentabilidades en la parte alta del dígito o incluso de dos dígitos. En esta entrevista con Funds Society, el gestor explica que prefire asumir riesgo de crédito a duración y reafirma el atractivo de las empresas en los países emergentes, que han mejorado sus fundamentales en los últimos años, ajustándose a la caída de los precios en las materias primas y en sus divisas, y ganando fortaleza para próximos episodios de volatilidad. Todo ello otorga al crédito emergente una atractiva aura para la inversión que aprovechan con su estrategia. Latinoamérica, los sectores cíclicos y el segmento de high yield es donde ve más oportunidades actualmente.
La deuda emergente es un activo que está siendo impulsado por las gestoras internacionales. ¿Cuáles son sus atractivos actualmente?
Los principales beneficios residen principalmente en que las empresas de mercados emergentes, en especial en el segmento high yield, ofrecen un perfil de rentabilidad ajustada al riesgo excelente, en un entorno de tipos de interés lentamente al alza. Son una de las últimas categorías en renta fija que proporcionan un gran potencial alcista. Además, una asignación de capital a la deuda corporativa emergente proporciona una oportunidad atractiva de añadir diversificación, pues su perfil de riesgo es diferente al de los mercados desarrollados y proporciona la oportunidad de capitalizar el futuro crecimiento de compañías privadas. Creemos que los mercados emergentes se encuentran en un proceso de una convergencia, que durará años, con los mercados desarrollados y los spreads de crédito se estrecharán ante esas dinámicas. Hay muy buenas perspectivas para una sólida rentabilidad en 2017 debido a los mejores fundamentales, con el crecimiento general incrementándose desde el 4% en 2016 al 4,5%.
¿Son las valoraciones atractivas? ¿En qué segmento lo son más?
En general, las economías en desarrollo se han beneficiado de una estabilización macroeconómica, una mejora de los marcos legal y regulatorio y una mejor gobernanza, y además siguen beneficiándose de una demografía muy atractiva (en temas como el crecimiento de la población y la emergencia de una nueva clase media). Esto seguirá impulsando la demanda doméstica y el crecimiento económico. Las valoraciones son por tanto altamente atractivas. Preferimos deuda de las empresas emergentes que la deuda pública, pues los spreads de crédito ofrecen una mejor relación entre retorno y riesgo. Además, los diferenciales de crédito son mayores y sus duraciones son de media más bajas que en la deuda soberana. Por eso ofrecen mejor protección en un escenario de tipos de interés al alza.
¿Durará el rebote de las materias primas y su efecto positivo en los mercados emergentes?
La recuperación de los precios de las materias primas ofreció un apoyo fundamental crucial a muchos países emergentes y empresas el año pasado. A los precios actuales, muchas firmas ya se han beneficiado de mayores flujos de caja, que han sido utilizados para desapalancar sus balances.
¿Han mejorado las empresas emergentes sus fundamentales en los últimos años?
Sí, ciertamente lo han hecho. Los niveles de apalancamiento en las empresas emergentes se han estabilizado. La mayoría de firmas se han ajustado a los mayores niveles del dólar y los menores precios de las materias primas. Esto proporciona la base para que los balances de las empresas sean más resistentes a la volatilidad en las divisas y las commodities y, por tanto, la ratio de defaults podría bajar. Especialmente en los sectores de energía y mineras y metales, las empresas respondieron a la crisis con iniciativas de recortes de costes, de capex y con ventas de activos. La extensión de estos ajustes ha diferido entre las regiones y países: en Rusia, el régimen flexible de la divisa ha mitigado los efectos de la caída en el precio del petróleo; en Latinoamérica, estamos viendo también progresos, con muchas empresas dando pasos proactivos hacia recortes en el capex y la venta de activos (como por ejemplo, la brasileña Petrobras o Vale).
¿Ahora mismo, prefiere el riesgo de tipos de interés o crédito?
Preferimos el riesgo de crédito porque, a través de la compresión de los diferenciales de crédito, puede lograrse un retorno positivo, incluso en un escenario de subidas de tipos. Por lo tanto, gestionamos nuestros fondos con un foco en la rentabilidad del spread de crédito. Su duración además está en línea, o incluso es más baja, que la del benchmark.
¿Qué influencia tendrán las políticas de la Fed en la deuda emergente?
Debido a los últimos movimientos en los precios de las materias primas, ahora más altos, y a la corrección de los desequilibrios macroeconómicos, la posición general de los mercados emergentes es mucho más fuerte que hace unos años y por eso la política de la Fed probablemente tendrá un impacto comparativo más suave en la deuda emergente. Además, las potenciales medidas proteccionistas comerciales que implantará Donald Trump deberían ser manejables, puesto que en su mayoría ya han sido puestas en precio. En otros casos, muchos inversores han utilizado las reacciones mecánicas a corto plazo y las dislocaciones como excelentes oportunidades de compra. Los programas de infraestructuras propuestos podrían tener un efecto positivo en las materias primas y proporcionar oportunidades de inversión atractivas.
¿En qué mercados ve más oportunidades?
Actualmente vemos mucho potencial en Latinoamérica pues es un mercado que aún está muy infravalorado. Por lo tanto, mantenemos un 25% de sobreponderación en la región y nuestra cartera está sesgada hacia los sectores más cíclicos, como industriales, infraestructuras y materias primas. Nos gustan nombres como la brasileña Petrobras (energía) y Gerdau (acero). La última, por ejemplo, genera el 45% de sus ingresos en Norteamérica y el 35% en Brasil y está bien posicionada para el impulso en infraestructuras que hará Trump en los próximos años.
Si ni la Fed ni Trump son fuertes riesgos… ¿es China el mayor riesgo entonces para estos mercados?
Nunca vimos ni vemos a China como el mayor riesgo para los emergentes. Con todo, puesto que las valoraciones siguen muy ajustadas, seguiremos teniendo una larga posición de infraponderación en el país frente al índice (2% en nuestro fondo frente a un 20% en el índice JP Morgan CEMBI).
La gestión activa es clave en vuestro fondo. ¿Lo es también en el segmento de deuda emergente?
Sí, los mercados emergentes requieren de una gestión activa. Buscamos activamente valor relativo en compañías infravaloradas en el universo de renta fija aplicando una estrategia bottom-up y una descomposición del spread en cinco pasos. Los gestoras han de afrontar el hecho de que serán ganadores y perdedores. Un estilo de inversión muy activo y oportunista proporcionará alfa adicional para aquellos que estén dispuestos a buscar de forma continua nuevas oportunidades y ajustar sus posiciones. Nuestra gestión activa nos permitió batir al índice en 560 puntos básicos el año pasado y para este año esperamos otro buen año para los gestores activos.
¿Cómo es la estructura del fondo MainFirst EM Corporate Bond Fund Balanced?
El fondo es una mezcla bastante equilibrada de bonos corporativos con grado de inversión y high yield. La estrategia es oportunista y está basada en las convicciones de nuestro equipo de gestión. De algún modo, somos “bond pickers” y la cartera resultante es un conjunto de las mejores ideas. Esto se acompaña en todo momento de diversificación a lo largo de múltiples ejes (regiones, países, sectores, ratings, duraciones…). Actualmente, la cartera tiene 107 posiciones en 37 países.
¿Cómo se seleccionan esos títulos?
Cada inversión se somete a un análisis de riesgo y oportunidad, se le asigna un diferencial de crédito objetivo y normalmente se sustituye por otra inversión una vez se alcanza ese nivel. Es un estilo de inversión activo y enfocado en objetivos.
¿Ahora prefiere deuda con grado de inversión o high yield?
Actualmente nos gustan más las firmas de high yield, pues ofrecen un mayor potencial alcista a través de la compresión de los diferenciales de crédito. Con las yields reales en niveles muy bajos, los spreads de crédito son una de las últimas fuentes de retorno que quedan. En lugar de centrarnos en la alta duración, el énfasis en el actual entorno está en un completo análisis y una estrategia de inversión disciplinada para ofrecer rentabilidad. En contraste con otros instrumentos de renta fija de los mercados desarrollados, cuya rentabilidad está normalmente altamente correlacionada con la deuda pública subyacente, en los mercados emergentes se pueden lograr retornos positivos con los productos de crédito, incluso en un escenario de alzas progresivas de tipos.
¿Cuál es la rentabilidad esperada para este año?
Siempre es difícil predecir la rentabilidad, pues eventos inesperados pueden afectar a los mercados. Sin embargo, si las actuales condiciones de mercado se mantienen y las tendencias evolucionan como se espera, asumimos que la cartera debería ser capaz de ofrecer la rentabilidad media del fondo más unos 200 puntos básicos, que debería resultar en retornos de un dígito en los niveles altos, o incluso doble dígito, en 2017. A día 8 de febrero, la rentabilidad en lo que va de año para el MainFirst Emerging Markets Corporate Bond Fund Balanced ya es del 2,89%.