Las noticias económicas en China, las consecuencias de las elecciones en Brasil o los conflictos geopolíticos en Rusia concentran gran parte de las preocupaciones que actualmente tienen los inversores en mercados emergentes. Unos mercados a los que ahora se asocia sobre todo con riesgos y conflictos. Pero los expertos recuerdan que la historia de estas regiones, salpicada de problemas políticos, ha ofrecido a lo largo de los años la oportunidad de comprar compañías a precios atractivos, siempre que compense el riesgo asumido.
Y éste podría ser el caso en algunas regiones actualmente. Para Devan Kaloo, responsable de Renta Variable de Mercados Emergentes y co-gestor del Aberdeen Global Emerging Markets, en Aberdeen Asset Management, es el caso de Latinoamérica y en especial Brasil. “Aparte de Rusia, Latinoamérica, y sobre todo Brasil, es una de las zonas emergentes menos favorecidas pero cuenta con potencial para sorprender positivamente”, explica, en el marco de la reciente conferencia organizada en Madrid por Morninsgtar.
En su opinión, y aunque consciente de que su postura es contraria a la del consenso, los inversores están olvidando la posibilidad de que se produzca un cambio político en el país que implique reformas que obliguen a una mayor disciplina de mercado, una mejor gobernanza empresarial, impulsen el crecimiento y sean positivas para su mercado de valores. El gestor explica que está encontrando oportunidades en el país latino, sobre todo en algunos bancos que están expandiendo sus márgenes y aumentando sus beneficios, y en un sector privado que, acostumbrado a lidiar con la crisis, está saneado y solo puede dar sorpresas positivas. Y cotiza a precios muy atractivos.
Richard Titherington, responsable de Inversiones de Renta Variable Emergente y gestor del JPM Emerging Markets Opps, en JP Morgan Asset Management, dice que el mercado mexicano está caro mientras el brasileño está atractivamente valorado y reconoce la calidad en un sector privado acostumbrado a sobrevivir a las crisis, pero no es tan optimista con respecto al potencial reformista del que habla Kaloo. Cree que si mejora la disciplina de mercado en Brasil no será por reformas políticas y, aunque reconoce que el mercado es cíclico, descarta una dramática mejoría por el momento.
El experto se decanta más bien por las atractivas valoraciones de China e India, y muestra su apuesta por Corea y Taiwán, además de poner el foco en mercados más allá de los BRICS, y mercados frontera como los africanos, que aunque ahora ve caros ante el excesivo optimismo de los inversores, cree que a largo plazo ofrecen una “fantástica oportunidad”. “Los inversores están demasiado pesimistas con los BRICS y optimistas con los pequeños mercados frontera”, explica.
Sam Vecht, responsable del Equipo de Renta Variable Emergente de BlackRock, apuesta por algunos mercados frontera como Arabia Saudí o Bangladesh y es menos positvo en los demás debido al envejecimiento de su población, como ocurre en el mundo desarrollado.
¿Compensa Rusia?
Para Vecht, que cree que la clave en momentos de problemas está en la capacidad de comprar barato, la regla de oro es que no son momentos para vender. En Rusia, y ante el conflicto que vive con Ucrania, dice que hay que analizar qué está puesto en precio en su bolsa y, en general, es positivo y cree que pueden encontrarse oportunidades. Desde JP no creen que el riesgo compense como en otras crisis del pasado como la tailandesa, porque a diferencia de ella la crisis actual es más internacional.
Vuelta de los flujos
Con respecto a los flujos, el gestor de JP indicó que esperan más entradas de capital por parte de los inversores institucionales mientras las salidas vividas este año por los particulares podrían suavizarse.
Por su parte, Kaloo cree que el tapering ya no es tanto un riesgo como antes, pues los emergentes han hecho un buen trabajo de adaptación, y más bien cree que si hay subidas de tipos en EE.UU. más pronto de lo esperado, sí podría ser un problema, aunque lo ve improbable. Por todo ello, cree que el equilibrio de riesgo entre el mundo emergente y desarrollado está dándose la vuelta y, en la medida en que EE.UU. se encarezca y los emergentes se abaraten y tengan mayor potencial, “el equilibrio de riesgos y flujos también cambiará en el futuro”.