Los mercados emergentes pueden seguir dando oportunidades a los inversores hasta final de año. Las perspectivas para China mejoran y, en Latinoamérica, hay áreas interesantes, tanto en renta fija como variable.
Los estrategas de PIMCO admiten que invertir en determinados países de mercados emergentes “aporta beneficios en términos de diversificación, gracias a los avances que registran en el frente de la lucha contra la inflación y los niveles en los que se sitúan actualmente los tipos reales”.
Al igual que en el caso de los mercados desarrollados, en la firma creen que la desinflación “avanzará a diferentes velocidades” y observan que en muchos países de mercados emergentes “el entorno económico ya vuelve a respaldar el crecimiento, los precios de los activos y la apreciación de la divisa”. Con todo, el crecimiento de los mercados emergentes podría verse lastrado en 2024, según la firma, por el mediocre crecimiento de China y el impacto de unas políticas monetarias globales más restrictivas. “Tras la fuerte apreciación registrada recientemente, estamos neutros en general en el dólar estadounidense y enfatizamos el carry en las operaciones en divisas”, concluyen.
En Latinoamérica, los estrategas de Deutsche Bank ponen el foco en los bancos centrales, que empezaron a subir los tipos pronto. Brasil y Chile ya han iniciado o se prevé que comiencen sus respectivos ciclos de bajadas, según los expertos. “Esto podría ejercer presión sobre sus divisas si los bancos centrales desarrollados, como la Reserva Federal estadounidense y el BCE, mantienen unas políticas restrictivas durante más tiempo, lo que lastraría la rentabilidad de la renta variable para los inversores internacionales a corto plazo”.
Pero, aparte de los riesgos cambiarios, “los mercados latinoamericanos, con un gran peso de la energía y los materiales, parecen atractivos dadas sus bajas valoraciones y su elevada rentabilidad por dividendo prevista en los próximos 12 meses”, justifican en la firma. Pese a la rentabilidad que acumula, los estrategas de Deutsche Bank mantienen “una postura constructiva en el mercado mexicano” y, aunque no descartan una consolidación de niveles a corto, “los inversores a medio plazo podrían aprovechar las posibles correcciones como puntos de entrada interesantes”.
Equipo de Plenisfer Investments SGR, parte del ecosistema de gestoras de Generali Investments, reconoce que su cartera tiene un importante componente de bonos de países emergentes, “en particular, vemos oportunidades en Latinoamérica, donde se pueden encontrar emisiones en dólares que rinden un 6%-7%, unas rentabilidades atractivas en comparación con la renta variable”. En concreto, la firma apunta a México y Brasil con puntales, con rendimientos de los bonos superiores a los occidentales “debido a su resistencia económica y a que no han bajado los tipos a cero, defendiendo la fortaleza de sus divisas”.
También será importante la evolución de China, donde aún pesa la situación de su mercado inmobiliario. Andrew McCaffery, CIO global de Fidelity International, admite que la falta de confianza de los consumidores “ha sido un obstáculo para la recuperación de China desde la pandemia”, ante el coste psicológico soportado tras años de confinamientos.
Sin embargo, McCaffery apunta que las autoridades también son conscientes de la importancia de la confianza en sectores como el inmobiliario. “Los consumidores chinos tienen pocas probabilidades de gastar mientras gran parte de su riqueza esté vinculada a un mercado de la vivienda que se deprecia”, apunta. El experto también reconoce que las acciones cotizan con descuentos cercanos a los máximos históricos frente a los mercados internacionales y que han “tomado buena nota de ello”.
Para Ronald Temple, estratega jefe de mercado de Lazard, el mayor reto económico de China es el sector inmobiliario. Según los informes, los precios de la vivienda en el mercado secundario han bajado entre un 15 y un 30%. Dado que el hogar medio en China tiene entre el 60 y el 70% de sus activos en vivienda, una caída de precios de esta magnitud puede ser devastadora para la confianza y el gasto de los consumidores si no se vislumbra un respiro.
“No creo que China pueda resolver sus problemas inmobiliarios en un trimestre, pero espero ver señales positivas derivadas de la serie de medidas políticas introducidas en los últimos meses, que van desde la reducción de los requisitos de pago inicial hasta la bajada de los tipos hipotecarios”, apunta Temple, que tampoco descarta un repunte de las transacciones inmobiliarias en el cuarto trimestre.
Asimismo, Temple opina que el sentimiento a corto plazo sobre China “es demasiado negativo” y, aunque admite que el Gobierno no ha presentado un paquete de estímulo económico «estilo bazuca» para impulsar el crecimiento, “sí ha puesto en marcha docenas de medidas que deberían mejorar la actividad” y que ya empiezan a dar sus frutos, como ocurre con los últimos datos de PMI, “lo que sugiere que podría producirse un alivio a corto plazo”.