La campaña electoral para las elecciones generales en España del próximo 28 de abril ya está en marcha. Debates, apariciones masivas de los principales candidatos en la televisión y los medios de comunicación lo demuestran. En este entorno, las gestoras empiezan a hacer cábalas: hablan de dos temas clave, el debate de la independencia catalana, y la disputa entre derechas e izquierdas y ven un parlamento dividido que podría generar distintas coaliciones con distintas implicaciones económicas. Con todo, ven la senda económica del país lo suficientemente fuerte como para aguantar algo de inestabilidad política, aunque si ésta dura demasiado, dicen, las consecuencias podrían ser mayores a las esperadas.
“El escenario mediático español está dominado por dos aspectos clave: el separatismo catalán y la tradicional disputa política derecha-izquierda. En los últimos años, el sistema político del país se ha fragmentado, dando como resultado una mayor dispersión del voto. Esto se ha traducido en una mayor dificultad a la hora de formar gobierno y de legislar, tal y como se ha evidenciado en el primer trimestre del año con el colapso en los apoyos al Gobierno del PSOE”, explica Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments.
Sobre el movimiento separatista catalán, explica que genera mucho ruido mediático y ha conseguido concentrar el apoyo de gran parte de la sociedad en Cataluña. Sin embargo, la mayoría de los votantes en España, así como los principales partidos políticos no apoyan la independencia de Cataluña y niega que sea un riesgo: “Entendemos que la independencia de Cataluña no constituye un riesgo como tal para la unidad de España. La mayor repercusión de este asunto se concentra en el Parlamento, donde las fricciones catalanas suponen una distracción en los asuntos legislativos y donde los partidos pro independentistas que, pese a contar con pocos escaños, juegan un rol importante por su capacidad para bloquear las iniciativas de un parlamento ya muy fragmentado”, explica la experta.
Sobre el debate izquierda-derecha, explica que, desde que empezara la campaña para las nuevas elecciones, el PSOE ha experimentado un aumento del respaldo de los votantes. “Un éxito que puede atribuirse fundamentalmente a algunos factores, entre los que se incluyen que el líder del partido, Pedro Sánchez sea la alternativa más creíble a la derecha española, a que su rival Podemos esté inmerso en disputas internas y, por último, al foco catalán, donde las posiciones del PSOE tienden a ser menos duras que las de los otros dos partidos mayoritarios”, explica.
En Martin Currie, de Legg Mason, hablan de incertidumbre por la dispersión del voto: “Las elecciones que se celebrarán después de Semana Santa abocan a España a otro periodo de incertidumbre. Si bien el PP (centro derecha) perderá escaños frente al PSOE (centro izquierda), en general, la izquierda difícilmente obtendrá una mayoría y deberá gobernar con el apoyo de uno de los partidos autonómicos. Podemos ha perdido fuelle, pero seguirá contando con una representación significativa”, dice Michael Browne, gestor de Martin Currie (Legg Mason). En la gestora destacan también el auge de la derecha extrema: “Por otro lado, resulta bastante probable que el centro derecha, con el apoyo de Vox, el partido de extrema derecha de nueva cuña, pueda obtener una exigua mayoría. Prácticamente cualquier desenlace es posible”, añade.
Implicaciones económicas
En lo económico, las perspectivas son heterogéneas. Desde Martin Currie, de Legg Mason, hablan de efectos negativos derivados de la marcada subida del salario mínimo llevada a cabo recientemente, que “podría constituir un indicio de que las empresas saldrán perjudicadas independientemente del Gobierno que salga elegido”. Advierten de que la economía se está ralentizando, aunque no al mismo ritmo que Italia, y España y Portugal bien podrían albergar un riesgo mucho menor en comparación con la pasada década, matizan.
Eirini Tsekeridou, analista de renta fija de Julius Baer, habla de una incertidumbre política creciente pero que durará poco tiempo: “Las encuestas indican un parlamento dividido, sin mayorías absolutas, pero los cambios en las políticas de partido podrían permitir tanto coaliciones de gobierno de centro izquierda o centro derecha. Una de centro derecha entre el PP, Ciudadanos y Vox podría ser cauta en el gasto, pero veremos mayores recortes de impuestos y también traerán de vuelta del debate catalán. Una coalición de centro izquierda que incluya al PSOE y Podemos podría incrementar el gasto social, que sería percibido de forma positiva por los mercados”.
La experta explica que el crecimiento en el país se mantiene fuerte y puede hacer frente así a algo de inestabilidad política: “Cualquier tensión política de larga duración, sin embargo, podría ser una fuente de preocupación para los inversores y las agencias de rating, y amenazar la implementación de reformas y la sostenibilidad de la deuda”, advierte. A corto plazo, añade, el spread de la deuda española podría ampliarse debido a los acontecimientos políticos.
En su discurso en la junta de accionistas de Santander, la presidenta de la entidad, Ana Botín, hizo referencia al inicio de la campaña electoral en España y pidió a los políticos que alcancen “un pacto por el crecimiento inclusivo”. “Necesitamos huir del cortoplacismo e impulsar una agenda reformista con visión de largo plazo, que fomente el crecimiento inclusivo y la cohesión social. El objetivo no es sólo crecer, sino que los beneficios del crecimiento económico lleguen a todo el mundo”. No obstante, señaló que esto “solo es posible si los empresarios invierten y crean empleo. Sin crecimiento no hay inclusión”.
Para respaldar el crecimiento inclusivo, Botín pidió “un compromiso permanente con la educación”, porque “necesitamos una educación de primer nivel. Ésta tiene que ser una prioridad, gane quien gane o gobierne quien gobierne”. Ana Botín recordó que serán necesarios acuerdos entre los distintos partidos y aseguró que, en política económica, “todos sabemos lo que funciona y, sobre todo, lo que no funciona”. Como aspectos prioritarios citó la sostenibilidad presupuestaria, un entorno que apoye a los emprendedores y a los inversores para que creen puestos de trabajo, que las pensiones de los trabajadores sean suficientes para tener una vida digna pero que, a su vez, sean sostenibles. Por último, reclamó estabilidad institucional para atraer inversión nacional y extranjera.
Resistencia
Desde Aberdeen Standard Investments destacan que la economía española ha demostrado ser muy resistente a la desaceleración de Europa, pues el PIB del país se expandió un 2,4% en 2018, más del doble del nivel de la Eurozona en su conjunto, y, entre las cuatro mayores economías de la Zona Euro (Alemania, Francia, Italia y España), España es la única que presenta un índice PMI por encima de 50, lo que refleja claramente la expansión del sector manufacturero. “Nuestro análisis de los índices agregados en el corto plazo indica que España es la única economía en la que el crecimiento sigue siendo lateral en lugar de mostrar deterioro”, dicen.
Esta relativa resistencia de la economía española refleja varios factores: el país es menos sensible a una desaceleración global de la industria que el resto de economías de la Eurozona, debido en parte al menor tamaño de este sector (en especial el automovilístico) y al menor peso de la exportación en su PIB. En segundo lugar, la tasa de ahorro en España ha ido disminuyendo al contrario de lo que ha ocurrido con el resto de la Eurozona donde ha aumentado en su conjunto. Esto ha permitido a los consumidores españoles mantener el nivel de gasto. Y, en tercer lugar, España se ha beneficiado de un periodo de expansión fiscal en torno al 0,3% sobre el PIB en 2018.
En su opinión, si la previsión de que la ralentización general de la Eurozona se detendrá a mediados de año es correcta, la economía española debería seguir resistiendo: “La caída de la inflación y la fortaleza del mercado laboral deberían hacer que las rentas reales siguieran aumentando. Y el hecho de que la economía española parezca disponer todavía de suficiente capacidad de producción significa que hay margen para que continúe el crecimiento no inflacionista”, añaden en la gestora.
Rating A pero advirtiendo de la inestabilidad
La agencia de calificación de crédito Axesor ha confirmado el rating de A con perspectiva estable –lo que refleja el potencial de crecimiento futuro, con una economía que continuará liderando el crecimiento de la UE-, pero advierte de que el clima de inestabilidad gubernamental y política acentúa las incertidumbres en cuanto al rumbo de la política fiscal en el próximo ejercicio. “La calificación crediticia tiene en cuenta el clima de inestabilidad política, que pensamos que supondrá un freno a la adopción de nuevas medidas estructurales e imposibilita la adopción de unos presupuestos construidos sobre las bases de una senda de consolidación fiscal. Es previsible que la fragmentación parlamentaria se mantenga a partir del 28 de abril, lo que, en definitiva, agudizará el clima de incertidumbre que afectará negativamente a la confianza de los agentes económicos, con el consiguiente riesgo de retraso en las decisiones de inversión y potencial incremento de la prima de riesgo”, dicen desde la entidad.