Desde el 30 de junio al 7 de julio, Francia encara su adelanto electoral. La convocatoria de estos comicios generales surge del alto grado de polarización y fragmentación en el país, tal y como mostraron los resultados de las urnas europeas. Según los expertos, el resultado de esta convocatoria podría limitar la capacidad del gobierno francés para abordar sus retos más urgentes, como por ejemplo, el saneamiento de las finanzas públicas.
Desde el anuncio de la disolución de la Asamblea Nacional el pasado 9 de junio, el mercado francés acusa un descenso notable frente a sus homólogos europeos. “Del 10 al 13 de junio, ambos inclusive, el CAC 40 cedió un 3,6 %, frente a las pérdidas del 1,4 % del Stoxx Europe 600. En la renta fija, el diferencial entre el bono alemán a 10 años y su homólogo francés se amplió casi un 50% al pasar de alrededor de 50 a 75 puntos básicos. Se sitúa así en niveles de 2017, que ya recogían, entre otros factores, los temores relativos a las elecciones presidenciales francesas. Si el diferencial entre Francia y Alemania superara este nivel, el punto de comparación sería entonces la crisis de la zona del euro en 2011-2012, cuando nos preguntábamos si la unión saltaría por los aires. En aquel entonces, Grecia estaba en suspensión de pagos y el Frente Nacional, antigua denominación del partido Reagrupamiento Nacional, defendía la salida de Francia de la moneda común”, señala Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier.
Ahora bien, ¿podría llegar mucho más lejos este repliegue de los mercados financieros de Francia? Según Bienvenu, resulta imposible saberlo, puesto que los escenarios políticos son numerosos y las sorpresas de los mercados son incontrolables a corto plazo. “El mercado podría adaptarse perfectamente a que la política no se haga al dictado de las bolsas, según la cita del general de Gaulle, pero lo que enseña el escenario italiano es que cualquier política de un estado fuertemente endeudado seguirá dependiendo, muy a su pesar, del mercado, y cada vez más. Ignorarlo equivale a terminar, con el tiempo, dependiendo aún más de él”, comenta.
Según recuerdan los analistas de Edmond de Rothschild AM, los diferenciales de la deuda pública francesa con Alemania podrían haberse ampliado cerca de 26 puntos básicos estos últimos días, pero por el momento se ha descartado un escenario muy pesimista. Además, los diferenciales se ampliaron en toda Europa, desde unos 10 puntos básicos en los países más sólidos hasta unos 20 puntos básicos en algunos de la periferi.
“Otros activos de riesgo también cayeron en los últimos días. Los diferenciales de high-yield se ampliaron en 28 puntos básicos y los mercados de renta variable europeos también se hundieron, siendo Francia el país más afectado. El contraste con un Wall Street boyante es revelador. La huida hacia la calidad apoyó a la deuda pública alemana y estadounidense a 10 años, cuyos rendimientos cayeron 24 pb y 23 pb, lo que dejó los rendimientos absolutos de la OAT francesa prácticamente sin cambios”, añaden desde Edmond Rothschild AM.
Un foco de tranquilidad
Desde La Financière de l’Echiquier (LFDE) consideran que los mercados ya han comenzado a recortar las primas de riesgo específicas del país. “Prueba de ello fue la emisión de deuda pública francesa del 20 de junio, que cosechó unos niveles de suscripción y unos tipos de emisión tranquilizadores. La Bolsa de París también ha comenzado a recuperar una parte del retroceso que acumulaba una semana después de la disolución. Los inversores parecen ver que el horizonte se aclara poco a poco, aunque siga siendo incierto”, argumentan.
Según el análisis que ofrece la gestora, las medidas más costosas están desapareciendo progresivamente de los programas y podrían hacerlo aún más con el ejercicio del poder, ya que, si bien los programas electorales tienen como objetivo seducir a los electores, el ejercicio del poder puede obligar a mostrar realismo y rigor si uno espera mantenerlo.
“La máxima que han tomado prestada varios políticos franceses, esa que reza que las promesas solo vinculan a quienes se las creen, parece que no ha engañado totalmente a los mercados financieros. La incertidumbre política está muy presente en Francia, es indudable, pero, como ha ocurrido en otras elecciones recientes como México o India, podría disiparse automáticamente gracias a un desenlace rápido a partir del 8 de julio”, añaden desdeLa Financière de l’Echiquier.
Y un foco de inestabilidad
Para Thomas Gillet y Brian Marly, analistas de países soberanos y sector público para Scope Ratings, “estas elecciones serán cruciales para determinar la capacidad del presidente Macron para dirigir la agenda fiscal de Francia y el impulso reformista de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2027”. Sin embargo, reconocen que no está claro hasta qué punto, las preferencias de voto de los franceses en las elecciones parlamentarias diferirán de las elecciones europeas, “que normalmente han favorecido los votos de protesta con una
participación relativamente baja”, explican.
Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, considera que las sorpresivas elecciones legislativas convocadas por el Presidente francés han afectado a los mercados más allá de las fronteras francesas. En su opinión, “la incertidumbre sobre el resultado macrofinanciero del 7 de julio es alta, ya que los programas fiscalmente derrochadores tanto de la ultraderecha como de la alianza de izquierdas compiten con la oferta más ortodoxa de la mayoría centrista en el poder. Según los escasos sondeos disponibles, el escenario más probable es un Parlamento dividido. Francia tiene mucha más capacidad que Estados Unidos para evitar situaciones de cierre del Gobierno. Sin embargo, se necesitaría una mayoría adecuada para aplicar las importantes medidas discrecionales de corrección fiscal que implica el actual Programa de Estabilidad francés”.
Moëc considera que una cuestión peliaguda sería el papel del Banco Central Europeo en caso de que aumente la presión sobre los mercados de bonos franceses y, posiblemente, periféricos. “En este momento, dado el nivel absoluto de los rendimientos, no hay necesidad de que el BCE intervenga, pero no puede excluirse una nueva ampliación, en caso de parálisis fiscal completa en París o si una administración dirigida por RN decide seguir una postura muy derrochadora. La herramienta del BCE para volver a intervenir en el mercado de bonos, el Instrumento de Protección de la Transmisión, da al Consejo de Gobierno un enorme margen de maniobra para decidir actuar o no, pero la documentación sigue dejando claro que el país receptor tiene que cumplir con el marco de vigilancia fiscal de la UE. Aquí es donde podría radicar el problema. En efecto, por mucho que RN ya no cuestione la existencia de la unión monetaria, sigue siendo un partido soberanista y su disposición a aceptar instrucciones de Bruselas en caso de que surja una crisis de financiación podría ser limitada”, advierte.
Posibles escenarios
En opinión de los analistas de Edmond de Rothschild AM, el presidente apuesta por la desorganización de los partidos de la oposición, pero ha corrido un gran riesgo y ha dado paso a un periodo de incertidumbre. “La principal hipótesis es que la Reagrupación Nacional (RN) sólo obtenga una mayoría relativa, sobre todo después de que los partidos de izquierda consiguieran formar una coalición, pero el impulso actual aún podría dar lugar a una mayoría absoluta. No se puede descartar un Parlamento sin mayoría: haría falta alguna personalidad sin partido para dirigir una administración tecnocrática, como en Italia. Los mercados también apuestan por que RN introduzca cambios significativos en su programa, especialmente en las ideas más costosas. De nuevo, como Georgia Meloni. El partido ya ha indicado que esto podría ocurrir: Jordan Bardella, de RN, ha dicho que la cancelación de la reciente reforma de las pensiones se aplazaría a una fecha posterior para hacer frente a las emergencias”, señalan.
El estratega de renta fija de Generali Investments, Florian Spaete, apunta que, aunque es difícil predecir un resultado dado el sistema electoral de doble vuelta de Francia, hay dos escenarios principales: “La ultraderecha de la Agrupación Nacional (RN por sus siglas en francés) se convierta en el grupo más numeroso, pero sin mayoría absoluta en el Parlamento (estancamiento), o que la Agrupación Nacional obtenga la mayoría absoluta (probablemente con el apoyo de diputados disidentes de centroderecha), con lo que Macron seguirá siendo presidente, pero tendrá que cohabitar con el nuevo gobierno”.
Además, añade un otros posibles escenarios, menos probables, como que haya una coalición mayoritaria de izquierdas, lo que tendría probablemente un impacto negativo en los activos franceses, aunque esto se vería mitigado por la fuerte presencia de los socialdemócratas (PS), que se inclinarían por situarse en contra de las propuestas de la izquierda radical. “Macron, y los mercados, soñarán con una coalición nacional centrista, pero es poco probable que los números funcionen, y tanto el Partido Socialista como Los Republicanos dudarían en entrar en una alianza tan poco natural”, matiza Spaete.