Las elecciones de mitad de mandato o ‘midterm’ de EE.UU. que se celebran hoy han pasado bastante desapercibidas en los mercados financieros, aunque pueden suponer un elemento de volatilidad para las divisas. Este martes se disputarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 del Senado de Estados Unidos.
Actualmente los demócratas tienen el control de las dos cámaras legislativas que componen el Congreso, habiendo obtenido mayorías muy ajustadas en ambas durante las elecciones de 2020. Pero, según los expertos de Ebury, con una inflación extraordinariamente alta, la economía estadounidense tambaleándose y un descontento generalizado entre los votantes por el aumento de la delincuencia y la inmigración indocumentada, “parece cada vez más probable un cambio de poder de cara a los dos últimos años de mandato del presidente Biden”.
Para Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, la principal consecuencia de las elecciones de mitad de mandato puede residir en la intensificación de la confrontación política en Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales de 2024. «Junto con las elecciones federales, las contiendas por el gobierno y la legislatura estatal repercutirán en la posibilidad de ver más cambios en los procedimientos de votación en estados que fueron cruciales en noviembre de 2020”. Por último, “la llegada de algunos ‘negacionistas de las elecciones’ a posiciones de influencia sobre el voto en 2024 podría hacer que el resultado sea aún más tenso que en las últimas elecciones presidenciales”, apunta Gilles Moëc.
Según los sondeos de opinión previos a las elecciones, es muy probable que los republicanos recuperen el control de la Cámara de Representantes. “Así se desprende de la web de predicciones políticas PredictIt (una de nuestras fuentes favoritas para calibrar las probabilidades de los acontecimientos políticos), que sugiere que los republicanos tienen actualmente alrededor de un 90% de posibilidades de ganarla, frente al 72% de agosto”, indican.
“Es casi seguro que la carrera por el control del Senado será un asunto mucho más reñido. Tal y como están las cosas, también se espera que los republicanos se hagan con el Senado (73% de probabilidades según PredictIt), tras haber sido los segundos favoritos durante la mayor parte de los últimos meses. FiveThirtyEight, que asigna probabilidades de acontecimientos políticos mediante simulaciones de modelos, apunta a una lucha aún más ajustada”, indican en su informe previo.
Desde MFS Investment Management recuerdan que los años de elecciones de mitad de mandato han sido los peores para los mercados. Según Ned Davis, analista de la firma, la rentabilidad media anualizada del S&P 500 desde 1948 ha sido del 12,9% durante el primer año de mandato, del 6,2% durante el segundo año, del 16,7% durante el tercer año y del 7,3% durante el cuarto año. «Aunque la historia muestra que los mercados evolucionan al alza la mayoría de los años, las ganancias de los años en los que se celebran elecciones de mitad de mandato han tendido a concentrarse en el tramo final del año en cuestión, una vez celebradas, lo que sugiere que la incertidumbre puede ser un factor que frene las ganancias a principios de año. Un punto de vista alternativo sostiene que los Gobiernos electos suelen adoptar un enfoque comedido en las primeras etapas de sus mandatos y adoptar políticas que implican estímulos de mayor calado en el periodo previo a las campañas en las que buscan su reelección», afirma.
En su opinión, el quid de la cuestión es que, si bien la naturaleza de la arena política, que se asemeja a las carreras de caballos, conlleva que efectuar previsiones al respecto resulte entretenido, los mercados se han ajustado históricamente a cualquier corriente política. «En consecuencia, consideramos que resulta prudente no atribuir una importancia excesiva a los resultados electorales», reconocen desde MFS Investment Management.
Además, según los análisis de Ebury, aunque históricamente las elecciones de mitad de mandato no suelen generar grandes movimientos en el mercado de divisas, creen que el resultado de la votación podría tener un impacto en el gasto público, la prima de riesgo político de EE.UU. y la geopolítica, que a su vez podría influir tanto en los tipos de interés de EE.UU. como en las divisas. “En el caso de que el Congreso esté dividido o los republicanos obtengan una victoria aplastante, será muy difícil que se apruebe cualquier gasto o aumento de impuestos importante hasta después de las elecciones de 2024. Esto probablemente se percibiría como ligeramente bajista para el dólar estadounidense, ya que la ausencia de una inyección fiscal actuaría para limitar las presiones inflacionistas”, apuntan.
Por el contrario, los expertos de Ebury, los participantes en el mercado percibirían una victoria de los demócratas como algo positivo para el dólar, ya que la posibilidad de un mayor gasto fiscal bajo la presidencia de Biden aumentaría. “Sin embargo, pensamos que se trata de un escenario muy poco probable, ya que iría en contra de casi todas las últimas encuestas de opinión. Hemos elaborado la siguiente tabla, en la que figuran los cuatro escenarios posibles, las probabilidades de cada uno de ellos y el impacto que prevemos en la política fiscal, los tipos de interés estadounidenses, el dólar y las divisas de los mercados emergentes”, añaden.
En opinión de Garret Melson, estratega de Natixis IM Solutions, del grupo Natixis Investment Managers, el bloqueo político podría resultar positivo para los activos de riesgo. «Aunque las elecciones pueden ser una fuente de volatilidad a corto plazo para los mercados, históricamente su efecto es relativamente breve. Este año en particular, es poco probable que las elecciones estadounidenses sean un motor marginal de los mercados, ya que la inflación, la Reserva Federal y, cada vez más, los temores de crecimiento y recesión, siguen siendo las fuerzas clave que impulsan los mercados. Un gobierno dividido reduce la probabilidad de que se produzcan cambios legislativos significativos, reduciendo así la incertidumbre política, algo positivo para los activos de riesgo. Incluso en el escenario de baja probabilidad de una ola azul, hemos visto los efectos de la discordia entre las filas democráticas, lo que supone una barrera para que los cambios políticos divisivos se aprueben en el Congreso. La politización del entorno de inflación elevada no ha hecho más que exacerbar esta dinámica», explica.
Es más, Melson considera que, a corto plazo, es poco probable que las elecciones tengan un impacto directo en el mercado, con la excepción de las posibles cancelaciones de las coberturas a medida que el riesgo de las elecciones desaparezca. «Dicho esto, si miramos hacia mediados de 2023, podríamos ver efectos retardados de las elecciones a medida que el debate sobre el presupuesto y el techo de la deuda se hace más evidente», matiza.
Los expertos de Ebury consideran que los riesgos adicionales para el dólar están relacionados con un posible retraso en los resultados de las elecciones y con posibles protestas en respuesta al resultado. “El aumento de los votos por correo, en particular, ha dividido a republicanos y demócratas desde las elecciones de 2020, y puede volver a ser un problema en ciertos estados donde la votación esté reñida. En algunos estados también se requiere una victoria mayoritaria, lo que podría retrasar algunos resultados hasta después de la segunda vuelta electoral, que normalmente se celebra en diciembre. En el pasado, los resultados de las elecciones de mitad de mandato se han conocido generalmente la noche de las elecciones o en la mañana siguiente, pero cualquier retraso podría pesar sobre el dólar, como ocurrió en las elecciones de 2020”, concluyen.