El desenlace electoral en México, la segunda mayor economía de la región, se acerca inexorablemente y Jack Janasiewicz, gestor de portafolio en Natixis IM, realizó un análisis sobre los escenarios más probables en este momento.
Con las elecciones federales en el país el próximo 2 de junio a la vista, la atención se ha desplazado de los posibles ganadores a las posibles políticas y su impacto. Con la ventaja consistente y cómoda en las encuestas, Claudia Sheinbaum se apresta para ganar, según la mayoría de las encuestas.
Como tal, las preguntas se centran en su voluntad y capacidad para mantener las políticas actuales del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) o adaptar una postura más pragmática, favorable al mercado y fiscalmente responsable. Dada la amplia ventaja de Sheinbaum en las encuestas y la popularidad de AMLO –que está muy por encima del 50%–, tal vez no tenga motivos para distanciarse del enfoque populista del presidente.
Sin embargo, la candidata tiene un enfoque más tecnócrata hacia la administración pública, que se manifestó en las mejoras observadas en la Ciudad de México y el entorno empresarial en general.
La Ciudad de México experimentó una marcada reducción en homicidios en los últimos tres años, junto con una mejora en el clima general de negocios, a la vez que aumentó la confianza de los consumidores y las empresas. Esta mejora de la confianza contribuyó al entorno económico favorable que recibió entradas en dólares y un aumento de la inversión extranjera directa, que se vieron impulsados por un ciclo económico nacional favorable.
Pero si bien el optimismo sostiene que ese impulso se trasladará a su presidencia, podemos esperar cambios moderados en las políticas actuales. Si bien Sheinbaum será la jefa del ejecutivo, no será la líder del partido MORENA.
Dados los recientes datos de las encuestas, es posible que el apoyo de facto de los votantes no le proporcione las cifras necesarias para representar un fuerte diferencial con respecto a las políticas existentes de AMLO. Debido a que López Obrador es visto como el líder del partido, todavía está dispuesto a ejercer un control sustancial sobre la plataforma de MORENA, y esa influencia se abrirá camino hacia posibles puestos ministeriales clave.
Desde la perspectiva del mercado, se rumora que Gabriel Yorio es un candidato favorable a la Secretaría de Hacienda, ya que se trata de alguien en alta consideración, tanto por Sheinbaum como por AMLO, y sería visto como una figura positiva por los mercados.
Además del cargo en Hacienda, algunos más que lideran la campaña de Sheinbaum son vistos como firmes partidarios de AMLO, muy probablemente dispuestos a dar continuidad a la dirección política existente.
Y al analizar los comentarios durante la campaña electoral, Sheinbaum se ha mantenido estrechamente alineada con AMLO en muchos temas clave. Dado este contexto, y junto con la continua influencia del actual presidente, es difícil ver alguna divergencia significativa con la política actual una vez que ocupe la presidencia.
Desde la perspectiva de los mercados, la política energética será un área a la que los inversionistas estarán atentos. Pemex enfrenta importantes desafíos financieros, así como una notable disminución en inversión y mantenimiento en los últimos 12 meses.
Sheinbaum se ha comprometido a evitar la privatización de Pemex y ha apuntado a un aumento en la producción de petróleo, al mismo tiempo que impulsa la producción de gas natural y la diversificación hacia la explotación de litio como medio para mejorar la salud financiera del gigante energético.
Pero se espera que estos cambios sean graduales e incrementales. Pemex seguirá siendo un pasivo importante para el gobierno mientras el enfoque del partido hacia Pemex continúe considerándolo una cuestión de seguridad nacional. Esto hace que cualquier posible falta de apoyo a la compañía estatal sea improbable y un respaldo gubernamental continuo sería de esperarse. En el frente comercial, los efectos indirectos de un ciclo económico resiliente en Estados Unidos probablemente impulsen la exportación de la manufactura.
Si bien el tema del nearshoring/friendshoring sigue generando optimismo, es posible que sea necesario moderarlo un poco dadas algunas de las deficiencias en infraestructura que enfrenta el sector manufacturero.
Muchas de las iniciativas gubernamentales emprendidas por la administración de Sheinbaum se han centrado en proyectos liderados por el estado en lugar de fomentar proyectos de nearshoring del sector privado en la región norte.
Si bien el decreto ejecutivo de octubre de 2023 intentó impulsar los incentivos para el nearshoring que brindará apoyo al margen, los temas estructurales aún enfrentan obstáculos a futuro.
Con la esperada continuación de las políticas existentes, un ministro de Finanzas pragmático y una economía apalancada al ciclo de crecimiento estadounidense, existe un contexto para un optimismo cauteloso.