A finales del mes de abril, la agencia de calificación Standard & Poors revisó la perspectiva de Chile de estable a negativa debido a los riesgos a un menor crecimiento económico esperado dado el efecto del reciente shock externo y a los efectos de las protestas sociales de finales de 2019.
En su informe la agencia explica que esta bajada en la perspectiva “refleja al menos una posibilidad de una entre tres de que podamos revisar a la baja la calificación de Chile dentro de los próximos 24 meses debido a las consecuencias de un posible periodo prolongado de bajo crecimiento económico. De igual forma, el aumento de la incertidumbre global y el riesgo de una débil recuperación en el comercio mundial, unido a los efectos de las recientes protestas sociales, podrían limitar las perspectivas de crecimiento del PIB y contribuir a una erosión de las finanzas públicas de Chile, dando lugar a una bajada de la calificación”.
No obstante, el rating actual del gobierno de Chile, situado en A+, sigue siendo el más alto de la región y en una entrevista en exclusiva a Funds Society, Manuel Orozco, Primary Credit Anaylyst de S&P Global Ratings, detalla los argumentos que sostienen esta calificación, así como sus perspectivas macroeconómicas para el país.
Recuperación en 2021
La agencia espera una contracción del PIB chileno del 4% para 2020 y una recuperación del 4,6% durante 2021. En este sentido, Orozco explica que “desde S&P estamos viendo que este es un shock profundo pero de corta duración, donde esperamos que mucho del output perdido en el primer semestre de 2020 se pueda recuperar. También aquí juegan a favor todas las medidas que han detallado todas las autoridades fiscales y monetarias que deberían ayudar a contener el crecimiento del desempleo y así Chile pueda tener un rebote en el crecimiento a 4,6% durante 2021”.
Para los años siguientes esperan que el crecimiento se estabilice ligeramente por encima del 3% que según Orozco “lo que podría contribuir a mantener la calificación”, aunque puntualiza que “la calificación es un número de factores donde la economía es solo un componente, y que puede haber otras cosas que se deterioren por encima de nuestras expectativas que nos lleven a bajar el rating señala.
Impacto limitado del proceso constitucional
Orozco señala que el escenario base de S&P Global es que proceso constitucional no alterará de forma significativa aspectos claves del modelo económico chileno y que seguirá siendo una economía abierta con flexibilidad monetaria, fiscal y de tipo de cambio y de reconocida fortaleza institucional. Reconoce que este proceso puede generar incertidumbre y afectar a los flujos de la inversión directa. Sin embargo, el escenario base de que el modelo chileno mantendría sus distintivas características resultarían en niveles de inversión que estén en línea con los volúmenes históricos”.
En este sentido, el analista destaca, además, el historial de Chile de compensar con medidas tributarias periodos de mayor gasto, siguiendo un enfoque conservador que “le ha permitido ahorrar suficientes recursos para hacer frente de una manera sustancial a la crisis que estamos atravesando hoy en día”, afirma.
Menor dependencia de las commodities
“No es lo mismo para Chile tener un shock de los precios de los commodities hoy que hace 10-20 años”, declara el experto al ser preguntado sobre la excesiva apertura de la economía chilena. Los motivos detrás de esta afirmación son varios. Entre ellos, Orozco destaca la flexibilidad del tipo de cambio y su función para absorber estos shocks, y la menor dependencia de la economía chilena al sector de la minera, la cual ha disminuido desde una contribución del 20% del PIB al 10% en los últimos años.
La profundidad del sistema financiero es otro aspecto muy relevante para absorber shocks externos y en este sentido, Orozco destaca el fuerte desarrollo que se ha experimentado en los últimos diez años.
“Cuando bajan las tasas, más de una compañía chilena puede optar por buscar financiarse en los mercados domésticos y esto te lo permite el tamaño de tu sistema financiero. Y lo mismo para el gobierno central, que lleva años accediendo a financiación en el mercado doméstico y así no depender tanto del mercado externo”, afirma el analista.
Por último, Orozco señala el hecho de que los dos últimos shocks en materias primas hayan afectado en una mayor magnitud al precio del petróleo que al de cobre ha tenido un impacto mitigador para Chile. “La caída del precio del petróleo ha sido mayor que la del cobre y al ser Chile un importador neto, este efecto actúa como cobertura natural”, concluye.