Un grupo de gestoras especialistas de BNY Mellon se han unido para publicar un informe que analiza las oportunidades que pueden encontrar los inversores en los mercados de renta fija. En el caso de la deuda de países emergentes los factores que destacan este año son: la idoneidad del momento de la inversión, el crecimiento en Estados Unidos, y los efectos del “tapering”.
“Consideramos que la deuda en mercados emergentes ofrece niveles de entrada muy atractivos pero la clave está en el momento en que se realiza la inversión. Los bonos corporativos emergentes mantienen precios bajos pero, sin embargo, ahora los inversores se mantienen cautos por razones políticas y de volatilidad. Esto podría ser una oportunidad muy atractiva pero la cuestión es ¿cuándo invertir? Y lo más importante ¿dónde?”, dice Colm McDonagh, gestor de renta fija emergente de Insight, parte de BNY Mellon. Alo que añade: “Las valoraciones de los mercados emergentes están en un momento muy interesante, pero es preciso ser muy selectivo a la hora de invertir”.
El lado positivo de todo esto, según McDonagh, es que el impacto del “tapering” ya se ha descontado en la clase de activo desde que se manifestaron las principales preocupaciones en mayo del año pasado. Como resultado, la prima de riesgo ha vuelto a los mercados emergentes y los inversores podrían encontrar oportunidades en deuda – externa o local – de algunas divisas.
También en este informe Standish, otra de las especialistas parte de BNY Mellon, predice una recuperación moderada de los mercados emergentes este año, aunque señala que aún hay amenazas en el crecimiento de algunas economías. Desde un punto de vista de inversión, Standish considera que el crecimiento de los países desarrollados afectará positivamente a las exportaciones de los países emergentes y contribuirá al crecimiento y a la calidad del crédito. En el corto plazo, el aumento de los flujos comerciales equilibrará las mejoras en la balanza de pagos de muchos de los países exportadores al crecer la demanda externa más que la interna. En el largo plazo, el crecimiento en general, y en particular el de Estados Unidos, derivará en un aumento de la inversión extranjera directa en países emergentes.
Aunque los mercados emergentes han comenzado el 2014 con gran inestabilidad y la presión de las divisas locales, Standish se mantiene relativamente optimista frente a la previsión de volatilidad. Urban Larson, parte del equipo de renta fija emergente de la entidad, señala que las finanzas del sector público en los países emergentes son significativamente menos vulnerables a la depreciación de su divisa que en el pasado, cuando la mayor parte de los préstamos en los mercados emergentes se realizaban en dólares. En este sentido argumenta que: “No esperamos que la volatilidad de la divisa impulse la estabilidad de la crisis en la balanza de pagos en los mercados emergentes, como ocurría en el pasado. Además, la mayor parte de las divisas en mercados emergentes están cerca o por debajo de su valor real en el largo plazo”.
Por ultimo, Colm McDonagh que concluye que mientras que la venta de divisa parece que va a continuar durante un tiempo, la sobrecorrección puede crear oportunidades atractivas para los inversores.