Recientemente, el Banco de México (Banxico) publicó su “Reporte de Estabilidad Financiera” (REF) con datos al tercer trimestre de 2022, mientras que el FMI dio a conocer su Análisis sobre la Estabilidad del Sistema Financiero de México y dan indicios de seguridad financiera para el país norteamericano, según un informe de BBVA.
Durante los últimos meses el debilitamiento de las expectativas de crecimiento económico a nivel global y los datos recientes que señalan que el punto más elevado de la inflación ha quedado atrás en buena parte de las economías avanzadas, tendieron a atenuar el tensionamiento de las condiciones financieras en las que se ha desenvuelto el sistema financiero durante el 2022.
No obstante, la inflación aún se encuentra lejos de regresar a niveles consistentes con la estabilidad de precios en la mayor parte del mundo y su grado de persistencia es una de las principales incógnitas para los próximos meses.
En consecuencia, no hay certeza de que el reciente relajamiento de las condiciones financieras se mantenga y, con ello, no se puede descartar que regresen los niveles más elevados de volatilidad en los mercados financieros así como sus efectos sobre las distintas instituciones del sistema financiero, asegura el informe.
En este contexto, Banxico reconoce que el sistema financiero mantiene una posición sólida y de resiliencia; sin embargo, subraya cuatro riesgos, basados en sus escenarios de estrés, que podrían afectar su funcionamiento.
Por un lado, un mayor y más acelerado apretamiento de las condiciones financieras globales. Las afectaciones a la estabilidad del sistema podrían presentarse a través de un ajuste de portafolio que afecte los flujos de capital al país, de presiones globales de liquidez y eventualmente de un incremento en los costos de financiamiento a hogares y empresas, lo cual resulta adverso para la recuperación económica.
En su más reciente Análisis sobre la Estabilidad del Sistema Financiero de México, el FMI también considera que este es el principal riesgo que enfrenta el sistema financiero mexicano.
Además, comparte, en buena medida, el argumento de que México presenta menos vulnerabilidades en comparación con otras economías emergentes.
En segundo lugar, un crecimiento económico global menor a lo anticipado y con tendencia a la baja. Ante la posibilidad de enfrentar inclusive un entorno recesivo, las afectaciones vendrían por el incremento del riesgo de crédito para las instituciones financieras.
En tercer lugar, el debilitamiento adicional de la demanda agregada. El riesgo de que la inversión privada acentúe su debilidad por un período prolongado tiene efectos adversos sobre la capacidad productiva de la economía en el largo plazo.
Esto, a su vez, se puede traducir en menores ingresos por intermediación para el sistema, así como un incremento en el riesgo de crédito ante el menor ingreso de sus acreditados.
Por último, los ajustes adicionales en las calificaciones crediticias para el soberano y Pemex. Aun cuando estos riesgos están concentrados más en el mediano plazo, Banxico subraya la opinión de las calificadoras en torno a los limitados márgenes de maniobra en materia fiscal por temas desde estructurales (gasto en pensiones) hasta de decisiones políticas (posibles apoyos adicionales a PEMEX y CFE), asegura el informe.
En cuanto a PEMEX, su modelo de negocio y su elevado nivel de deuda mantienen retos fundamentales sobre su viabilidad financiera. El riesgo de un ajuste en las calificaciones es relevante, dado que representaría un deterioro del perfil de riesgo de la economía en su conjunto.
Para el sector privado no financiero, persiste el reto de una reactivación del crédito más vigorosa y prudente
El financiamiento total a los sectores no financieros de la economía como porcentaje del PIB sigue decreciendo y aún no recupera los niveles observados previos a la crisis sanitaria. En el tercer trimestre, dicho financiamiento se redujo en términos reales, tanto para el sector privado (-2.1% real anual) como para el sector público (-1.7% real anual), principalmente por una disminución en los saldos de las emisiones en valores y de crédito directo del exterior.
La posición financiera de los hogares ha disminuido, pues el crecimiento del endeudamiento fue más rápido que el del ahorro, aunado a un mayor crecimiento del PIB.
Para los hogares, destaca el dinamismo del crédito al consumo, que al cierre del tercer trimestre alcanzó una tasa de crecimiento real de 4.7%, impulsado principalmente por el financiamiento otorgado por la banca comercial (que aumentó 5.8% real respecto al 3T21).
Entre los segmentos más dinámicos de la cartera de consumo de la banca comercial destaca el crecimiento del saldo de las tarjetas de crédito bancarias, impulsado principalmente por un mayor uso de las tarjetas de los acreditados existentes y en menor medida por la incorporación de nuevos tarjeta habientes.
En el mismo periodo, el crédito a la vivienda registró una contracción a tasa anual de 1.1%. El crecimiento observado en el financiamiento de la banca múltiple en este segmento (2.4% real anual), no fue suficiente para compensar la caída observada en el financiamiento de la banca de desarrollo, los institutos de vivienda y otras entidades no bancarias.
En el crédito a empresas, el REF menciona que es la cartera que más se ha desviado de su tendencia de largo plazo, registrando una caída en el tercer trimestre de 2022 de -4.0% real anual. Aunque el financiamiento proveniente de la banca comercial retomó tasas de crecimiento positivas, (3.2% real en el tercer trimestre de 2022), otras fuentes de financiamiento internas y externas continúan contrayéndose. Ambas fuentes de financiamiento acumulan ocho trimestres consecutivos decreciendo.
Cabe señalar que la tasa de contracción del financiamiento interno ha sido menor en meses recientes, mientras que en el caso del financiamiento externo la caída ha aumentado debido, principalmente, a la menor emisión de bonos en mercados internacionales
En cuanto a las empresas privadas listadas en bolsa, el REF destaca que aunque el saldo de financiamiento a las mismas continúo disminuyendo, el servicio de la deuda por el pago de intereses aumentó ligeramente y el perfil de vencimientos de deuda internacional para los próximos dos años de la mayoría de empresas mexicanas listadas parece manejable.
Además, casi tres cuartas partes de la deuda de las empresas listadas se encuentra pactada a tasa fija y para la deuda a tasa revisable, las empresas cuentan con coberturas financieras (que pueden ser parciales) para tasas de interés. Sin embargo, un riesgo que no puede descartarse es el asociado a un aumento en la volatilidad en la cotización del peso frente al dólar, que podría impactar los estados financieros de empresas con exposición por riesgo cambiario.
Debido a las nuevas oportunidades del entorno global, diversos analistas y organismos internacionales han argumentado que el nearshoring podría atraer nuevas empresas a México.
La banca de desarrollo tiene más participación en dicha región del país, pero el crédito que esta banca otorga o facilita se dirige a empresas menos riesgosas. Los resultados sugieren que hay espacio para aumentar el financiamiento en términos de nearshoring en el Sur-Sureste de México.