Tremendo, el primer seminario de Vinci Compass en Montevideo. Recientemente fusionado, el nuevo gigante latinoamericano ofreció una visión de mercado con muchas similitudes a la de 2024 pero, Trump mediante y con su nueva identidad de especialista de activos alternativos, Vinci Compass añadió una capa de dramatismo. En el Hotel Sofitel, en la plácida rambla montevideana, se proyectó una película de suspenso y miedo.
El tono general es la preocupación
El seminario tiene un formato interactivo que consiste en hacer preguntas a los asistentes mediante un QR. Y este año, la principal preocupación de los inversores montevideanos es la inestabilidad geopolítica, con un nombre que aparece en grandes letras: Trump.
Y en este sentido, Thomas Mucha, Geopolitical Strategist de Wellington Management, vino a Montevideo a confirmar un escenario lleno de dificultades: “Nunca había visto tan preocupados, en toda mi carrera, a los principales policy makers del mundo”.
El trabajo de Mucha consiste en mantener contactos regulares con jerarcas de los gobiernos y servicios secretos de todo el mundo y especialmente de Estados Unidos. El analista asegura que estamos en un mundo “multialineado” y que las turbulencias actuales vienen de lejos, el cambio es mayor y ya estaba en el horizonte antes de la llegada al poder de Trump.
Mucha insistió en una premisa para los inversores: “Hay que preparar los portafolios para una inflación alta estructural” y ser muy selectivos a la hora de buscar empresas y sectores, mirando la disrupción y diferenciación de los activos.
“Es el momento del largo plazo, hay que pensar en décadas”, dijo el analista de Wellington, antes de enumerar los grandes temas que los gestores deben miran: defensa, innovación, adaptación al cambio climático y descarbonización.
Estados Unidos es, en parte, una quimera
Mucha no buscó precisamente calmar el sistema nervioso de los asistentes y, justo después, vino Michael Power, consultor de Ninety One, a sonar la alarma en una presentación extremadamente dura con los fundamentos de la economía estadounidense.
¿Continuará el liderazgo de las acciones estadounidenses en el mercado? fue la pregunta de Vinci Compass a los asistentes: el 54% de las respuestas fueron que no.
La presentación de Power, con el titular : ¿es Estados Unidos una quimera? desarrollaba en unos 20 trepidantes minutos por qué, en parte, la primera potencia mundial tiene los pies de barro.
El analista afirmó que actualmente el principal riesgo para los mercados no es Trump, sino la enorme deuda estadounidense. En 2024, el pago de intereses fue mayor que el presupuesto de defensa. Además, en Estados Unidos no hay ahorro doméstico neto, todo viene de los extranjeros.
Para Power, el dólar está sobrevalorado y Trump se enfrenta al dilema de querer devaluarlo sin tener cómo. Estados Unidos pierde liderazgo comercial, no tiene capacidad manufacturera, ha pasado a ser una nación de consumidores.
¿Dónde hay futuro? El experto de Niney One es taxativo: el futuro de Latinoamérica es Asia, allí donde está ahora la pujanza económica y la innovación.
¿Es todo esto realmente nuevo? Si uno mira el seminario de Compass de 2024 la misma narrativa estaba allí, con Power defendiendo su caso partiendo de la llegada del año del Dragón. En 2025 todo se ha acelerado y la centralidad, en China y en el mundo, la ocupa otro animal, político, que se llama Donald Trump.
Los inversores montevideanos piensan que habrá préstamo del FMI a Argentina
Si hay un personaje que compite con Trump, ese es Javier Milei, otro gran protagonista de la actualidad. El seminario de Compass analizó los mercados en Brasil y Argentina, pasando de puntillas por el escándalo Libra y tratando de captar la volátil combinación de política y economía que padecen los dos países.
Las preguntas a los asistentes dejaron establecidas dos cosas: los asesores financieros montevideanos piensan en abrumadora mayoría (96%) que en 2025 el FMI concederá un préstamo a Argentina. En lo referente a Brasil, una mayoría más ajustada cree que seguirá el rally de las acciones y muestra su preferencia por los bonos corporativos.
José Carlos Carvalho, de Vinci Compass, destacó el contraste entre la continua erosión de la popularidad del presidente Lula da Silva y el auge de los mercados locales.
La falta de equilibrio fiscal y el aumento de la deuda son debilidades para el mercado brasileño, mientras la inflación genera descontento con el gobierno. Carvalho aseguró que “nadie está invirtiendo en acciones en Brasil” y la verdadera oportunidad está en el Private Equity, que está realmente barato.
Juan Miguel Salerno fue el encargado de hablar de Argentina, y diseñó un panorama en el que sólo cabe el optimismo, de tan malo sería el escenario pesimista.
El pronóstico de crecimiento del PIB argentino es del 5% en 2025, con una inflación al 25%. Salerno piensa que los vencimientos de 2025 podrán honrarse y que habrá acuerdo con el FMI después de una negociación sobre el tipo de cambio.
Un dato interesante: las empresas y las provincias argentinas tienen abierto el mercado internacional, así que sus vencimientos no serían el problema.
¿Es sostenible el tipo de cambio actual, con un peso fuerte? Salerno piensa que durará porque “el gobierno quiere consolidar ciertos puentes”.
El experto piensa que, actualmente, el mercado está corrigiendo el rally de los bonos soberanos: “Nuestra expectativas es que cuando haya acuerdo con el FMI y se levanten algunos controles de capital, los bonos pueden volver a rendir”.
En definitiva, “hope”, dijo Salerno. Mucha esperanza para Argentina.
Nadie salió indiferente de este seminario, un clásico del arranque del año. Al final, las gestoras proponen y los inversores disponen en un 2025 especialmente intenso.