Los activos de rentas tradicionales no son atractivos en un entorno de baja rentabilidad. Eugene Philalithis, portfolio manager de multiactivos de Fidelity Worldwide Investment, apunta tres factores fundamentales que dominarán el panorama de la inversión durante la segunda mitad del año:
- Las expectativas de subidas de los tipos de interés en EE.UU. por parte de la Reserva Federal
- La fortaleza que sigue mostrando el dólar
- Los asuntos de índole política, incluidos los riesgos geopolíticos y las reformas internas en determinados países
“Creemos que el crecimiento mundial ofrece buenas perspectivas de cara al segundo semestre del año, que continuará siendo favorable gracias al entorno de relajación monetaria e inflación baja. Sin embargo, los rendimientos están en mínimos históricos en la mayor parte de clases de activos, lo que crea desafíos concretos para los inversores que buscan rentas”, explica Philalithis.
Fidelity estima que es altamente improbable que la Fed vaya a subir los tipos de interés en junio, aunque recuerda que los riesgos de que esto se produzca en septiembre son probablemente más altos de lo que el mercado descuenta. Para la firma, la mayor preocupación por ahora en torno a EE.UU. es la situación potencial de estanflación que podría ocurrir si el crecimiento no consigue remontar y la inflación sube. Para muchos inversores, los bonos indexados a la inflación pueden añadir un elemento de protección a una cartera multiactivos orientada a las rentas, pero el lastre que pueden suponer para la generación de rentas significa que deben gestionarse cuidadosamente.
La fortaleza del dólar ha sido un rasgo clave del panorama mundial de la inversión durante los últimos 12 meses. “El periodo de relativa consolidación que hemos visto durante los últimos meses ha durado poco y esperamos que el dólar retome las alzas. Una tendencia de fortaleza del dólar a más largo plazo tiene implicaciones claras para los inversores con exposiciones internacionales, donde los activos no denominados en dólares probablemente sigan experimentando dificultades. En este contexto, seguiremos apostando por la deuda emergente en divisa fuerte frente a la deuda emergente en divisa local”, aclara el portfolio manager de multiactivos de Fidelity Worldwide Investment.
Los acontecimientos políticos probablemente desempeñen un papel importante a lo largo del año debido a los considerables riesgos geopolíticos derivados de situaciones como el conflicto entre Rusia y Ucrania o las negociaciones sobre la deuda griega, así como los programas de reformas internas a largo plazo en diferentes regiones.
Estos riesgos pueden generar volatilidad a corto plazo. En cuanto a Grecia, parece que el mercado alberga expectativas de que se alcance algún tipo de acuerdo, “probablemente en forma de medidas parciales más que una solución única y clara”, opina Philalithis. Por otro lado, el conflicto entre Rusia y Ucrania podría ser un lastre para los mercados durante un futuro próximo y además producirse un contagio a los países bálticos y otras partes de Europa.
A largo plazo, recuerda el gestor, los factores políticos son igual de importantes y las reformas estructurales constituyen la base de las distinciones que hacemos dentro de unos mercados emergentes cada vez más divergentes. “Para los inversores centrados en los mercados emergentes, resulta especialmente importante que China siga aplicando reformas. Aunque su desaceleración gradual ha planteado dificultades a algunos mercados emergentes, especialmente a aquellos con importantes sectores de materias primas, no prevemos un «aterrizaje forzoso» en un futuro cercano, aunque a corto plazo los datos van a seguir siendo dispares”, dice.
Optimistas sobre los activos de crecimiento e híbridos
Por todas estas razones, el experto de Fidelity sigue creyendo que los activos de crecimiento ofrecen las mejores oportunidades a los inversores. “Las acciones que pagan dividendos cerraron por detrás del conjunto del mercado en mayo, pero nuestras perspectivas a medio plazo para las acciones siguen siendo positivas”, afirma.
Por regiones bursátiles, Philalithis se decanta por Europa, donde los mercados siguen estando apoyados por el programa de relajación cuantitativa del BCE, la debilidad del euro y la brecha de rendimientos entre las acciones y los bonos, que es muy amplia desde una perspectiva histórica. “Las infraestructuras -otro activo de crecimiento- siguen ofreciendo buenas oportunidades de conseguir rentas estables indexadas a la inflación, aunque nos mantenemos atentos a posibles señales de presiones en las valoraciones. La demanda de esta clase de activo ha tirado al alza de las primas, a pesar de una ligera corrección este año”, apunta.
La visión de Fidelity sobre los activos híbridos también es positiva, ya que tanto los préstamos como los bonos de alto rendimiento ofrecen flujos de rentas aceptables ajustados por el riesgo. Para la firma, los préstamos son atractivos desde el punto de vista técnico y fundamental, y en Europa salen favorecidos en la comparación con los bonos de alto rendimiento. Los bonos de alto rendimiento se han comportado bien este mes y la clase de activo goza, en general, de buena salud; las mejores oportunidades se encuentran actualmente en Asia, seguida de EE.UU.
Los activos de rentas tradicionales no son atractivos
“La mayor parte de las clases de activos de rentas tradicionales como la deuda pública, los bonos de alta calidad crediticia y los activos monetarios, siguen ofreciendo rendimientos bajos. Aunque estos activos pueden ser útiles a la hora de brindar un elemento de protección frente al riesgo de caídas en una cartera multiactivos, creemos que en estos momentos no son atractivos para los inversores que buscan rentas”, concluye el portfolio manager de multiactivos de Fidelity Worldwide Investment.