En las perspectivas para 2025 que compartieron a principios de año las gestoras internacionales señalaron que la geopolítica seguiría teniendo un peso relevante y así lo estamos viendo estos últimos días con la posibilidad de un acuerdo rápido entre EE.UU. y Rusia sobre el fin de la guerra en Ucrania, sin contar con esta última ni con la Unión Europea. Según destacan los analistas, un acuerdo de paz tendría importantes implicaciones para el sector energético, para la empresas de construcción, materias primas y defensa, así como para el sector industrial. Hasta que llegue la paz, es el oro el que se está beneficiando de su rol como activo refugio ante la inestabilidad geopolítica.
Los analistas de Banca March destacan que un acuerdo liderado por EE.UU. permitiría solucionar el conflicto, pero consideran que dejaría la zona frágil y sensible a un reapertura de las hostilidades. “Tanto Estados Unidos como Rusia tienen incentivos para desarrollar esta línea de negociación, ya que con ello Trump conseguiría presionar a la baja los costes energéticos, además de llevarse el crédito político de la paz, y Rusia frenaría la sangría económica que supone la guerra, permitiéndole abrir un proceso de reintegración a la economía mundial y también de rearme”, apuntan en su informe semana.
Aunque, los expertos de la entidad reconocen que un cierre acordado en el que tanto Ucrania como la Unión Europea participan sería la verdadera solución al conflicto y permitiría una reintegración más rápida de Rusia a la economía global. Sin embargo, consideran que tal y cómo se están desarrollando los acontecimientos, “esta sería la vía más larga, algo con lo que el lado estadounidense no estaría conforme”.
La cuestión energética
Los expertos coinciden en poner el foco en el sector energético. De hecho, las conversaciones directas entre Estados Unidos y Rusia para poner fin al conflicto en Ucrania están generando una gran agitación en estos mercados. “El comercio de energía juega un papel central, al igual que la cuestión de por qué y cómo el gobierno de EE.UU. debería permitir que Rusia se convierta en un competidor más directo de su propio petróleo y gas en los mercados globales. Dicho esto, habrá cambios en la geopolítica y el resultado probablemente será un aumento, y no una reducción, de la oferta energética”, apunta Norbert Rücker, director de Economía e Investigación Next Generation en Julius Baer.
Ante este contexto, Rücker sostiene que las próximas semanas y meses podrían traer cambios significativos en la geopolítica, lo que probablemente aumentará la oferta de energía en lugar de reducirla. “En el mercado del petróleo, una posible relajación de sanciones reduciría las rutas comerciales y los costos logísticos, lo que ejercerá presión a la baja sobre los precios. Mantenemos nuestra visión neutral y prevemos que los precios del petróleo se dirijan hacia los 70 dólares por barril. Y en el mercado del gas natural, observamos la posibilidad de un aumento en las exportaciones de GNL del Ártico ruso, lo que dependerá completamente de la discreción de EE.UU.”, afirma el experto.
Además, en cuanto a Europa y los oleoductos y gasoductos, considera que una restauración del tránsito de gas a través de Ucrania hacia Europa Central sería posible, con el objetivo de obtener apoyo político dentro de la Unión Europea. Sin embargo, advierte de que un aumento significativo en los flujos de gas parece poco probable, ya que Europa ha reducido su dependencia del gas natural ruso. “Nuestra visión bajista sobre los precios del gas en Europa se basa principalmente en la expectativa de mayores importaciones extranjeras y en una moderación del excesivo optimismo alcista del mercado, que ahora se ve influenciado por las negociaciones de paz”, concluye Rücker.
Mercados emergentes
En opinión, Guillaume Tresca, estratega senior de mercados emergentes de Generali AM, parte de Generali Investments, un acuerdo de paz en Ucrania será positivo para todos los mercados emergentes, especialmente los de Europa central y oriental. “Se beneficiarían a corto plazo si se aceleran los debates sobre un alto el fuego o un acuerdo de paz en Ucrania. La deuda externa ucraniana se ha revalorizado con fuerza, con un exceso de rentabilidad del 27% sobre los bonos de alto rendimiento de los mercados emergentes. Del mismo modo, los precios de los bonos contingentes ucranianos, cuyos pagos dependen de los niveles futuros del PIB, han subido alrededor de un 60% desde noviembre”, indica Tresca.
Sin embargo, el estratega senior matiza que este rendimiento superior ha sido hasta ahora menos pronunciado para otros activos de Europa central y oriental. “Esperamos que las divisas de los mercados emergentes sean el activo más sensible en primer lugar, seguido de la deuda externa”, añade. Por países, indica que los activos de Europa Central y Oriental se beneficiarán de la esperanza de un abaratamiento de la energía. Por ejemplo, Hungría y su moneda, el florín, podrían beneficiarse significativamente de la mejora de las condiciones energéticas. Y Rumanía, dada su proximidad geográfica, podría beneficiarse de un mayor apetito inversor y puede desempeñar un papel en la reconstrucción. También Kazajstán y su divisa, el tenge, repuntarán por la proximidad de su economía a la de Rusia.
“A escala mundial, el alto el fuego es favorable para los mercados emergentes. Un dólar más débil o un euro más fuerte ayudarán a la deuda local de los mercados emergentes, especialmente porque el posicionamiento ha sido muy ligero recientemente. El descenso de los precios de la energía dejaría margen para una mayor relajación monetaria o para un menor endurecimiento, lo que favorecería las operaciones de carry trade”, argumenta Tresca.
La reconstrucción
Según apunta el último informe de Deutsche Bank Chief Investment Office, aunque las necesidades de reconstrucción de Ucrania son amplias, las estimaciones actualizadas sobre estas necesidades siguen siendo difíciles. Un informe del Banco Mundial publicado en febrero de 2024 tras dos años desde la invasión, situó la factura de la reconstrucción en cerca de 500 mil millones de dólares en los próximos diez años. Dado que ahora estamos en la marca de los tres años de la guerra, es probable que la factura sea considerablemente más alta.
“Los mercados europeos acogerán con satisfacción la menor incertidumbre, pero se espera que su impacto en las valoraciones sea insignificante, sobre todo teniendo en cuenta que existen otras preocupaciones en torno a los aranceles que pueden compensar cualquier positividad. Sin embargo, puede haber algunos actores específicos de la subindustria que puedan desempeñar un papel en el proyecto de reconstrucción. Es probable que las empresas europeas activas en la construcción y el desarrollo de infraestructuras se beneficien. Entre ellas figuran empresas en la industria de los materiales, como el cemento, la pintura, el acero, etc”, indica el informe de Deutsche Bank.
Por último, la entidad añade que, dados los daños que sufren las empresas ucranianas de infraestructura de energía y comunicaciones que operan en áreas como los cables de alta tensión y los equipos de comunicación, pueden asegurarse un papel en el servicio de las necesidades de Ucrania. “Los proveedores de materiales y construcción polacos podrían posicionarse simplemente por tener muchos miembros del personal ucraniano y la facilidad de transporte. Además, las marcas minoristas polacas pueden encontrar la oportunidad de expansión en Ucrania mucho más fácil dada la gran conciencia de marca que ya existe entre la diáspora ucraniana con sede en Polonia, al menos algunas de las cuales pueden optar por regresar”, concluye el informe.
La reacción del mercado
Mientras las noticias sobre este posible proceso de paz siguen sucediéndose, los mercados la reacción del mercado hasta el momento ha sido débil, pese a que Ucrania ha expuesto acciones que muestran positividad. Según apunta el último informe de Deutsche Bank Chief Investment Office, las reacciones de los mercados financieros en los principales países europeos hasta ahora han sido bastante contenidas, lo que recuerda a la reacción de corta duración al inicio de la guerra en 2022. “Sin embargo, las empresas más expuestas a Ucrania, reflejadas por el índice WIG-Ukraine en la bolsa de valores de Varsovia, reaccionaron de manera exuberante, saltando más del 35% (en euros) desde el 5 de febrero. La incipiente etapa del proceso y la gran incertidumbre del mismo han impedido que los inversores consideren seriamente un evento de este tipo y su impacto”, señalan.