En su previsión anual de mercados, los expertos de las boutiques de inversión que forman parte de BNY Mellon proporcionan sus perspectivas para este año. Un tema común a todas ellas es que la política continuará siendo un factor determinante para los mercados y la inversión. La previsión para este año también anticipa que los bancos centrales continuarán interviniendo de forma cada vez más radical con objeto de reiniciar un crecimiento económico sostenido. Con niveles de renta persistentemente bajos en las clases de activo tradicionales, los próximos doce meses presentarán tanto retos como oportunidades.
Peter Bentley, responsable de crédito global en Insight, parte de BNY Mellon, analiza el entorno para los inversores en renta fija de mercados desarrollados: “Desde una perspectiva top-down, los inversores necesitan ser cada vez más conscientes del riesgo de acontecimientos políticos adversos, tal como ilustró el sorprendente resultado del referéndum del Reino Unido sobre la pertenencia del país a la Unión Europea”, dice. En 2017, Alemania y Francia celebrarán elecciones en un entorno en el que movimientos políticos separatistas marginales tratan de consolidar un respaldo creciente del electorado.
“Nuestra expectativa es que el entorno de incumplimientos para los emisores de crédito investment grade permanecerá benigno en 2017, pues el crecimiento positivo y las rentabilidades por cupón (TIR) bajas les permitirán refinanciar su deuda en condiciones atractivas. La demanda de los inversores sigue siendo fuerte, incluso a niveles de TIR tan bajos como los actuales”.
Sobre la intervención de los bancos centrales, Bentley añade que pese a la expectativa de que la política monetaria continuará siendo favorable para los mercados de crédito, “desde Insight creemos que la especulación en torno a las decisiones de los bancos centrales podría crear volatilidad en los diferenciales crediticios, y que los inversores capaces de implementar posiciones direccionales largas o cortas en el marco de estrategias de rentabilidad absoluta podrían explotarla. Las iniciativas de relajamiento crediticio, como las operaciones de financiación a plazo más largo (OFPML) con objetivo específico en Europa y la facilidad de financiación a plazo (TFS) en el Reino Unido, aliviarán la presión sobre los bancos en el entorno de bajos tipos de interés oficiales”.
Eurozona
Por lo que respecta a riesgos y expectativas de crecimiento en la eurozona, Rowena Geraghty, analista de deuda soberana de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) en Standish, parte de BNY Mellon, afirma que el turbulento clima electoral en Francia demuestra que las fuentes de riesgo político en la eurozona se están desplazando de la periferia al núcleo de la región de cara a 2017.
“A corto plazo, y pese a los riesgos geopolíticos, todavía anticipamos que la economía de la eurozona crecerá un 1,2% en 2017, frente al 1,5% de 2015 y 2016. Este pronóstico es algo inferior al del Banco Central Europeo, y refleja lo que consideramos como señales de tensión en la confianza, como por ejemplo cifras mediocres en los índices manufactureros de directores de compras (PMI). También prevemos que la inflación de la eurozona subirá al 1,0% en 2017 –desde el 0,1% en 2015 y el 0,2% en 2016–, lo cual llevará al BCE a relajar su política más allá del fin previsto de su programa de compras de activos, en marzo”, comenta Geraghty.
“Las elecciones de 2017 podrían ser un paso más en el realineamiento político del núcleo de Europa: no entre la derecha y la izquierda, o entre este y oeste, sino entre las élites oficialistas partidarias de la globalización y una clase media que ha dejado de ver sus intereses representados por los políticos”.
Frente a tal trasfondo, Nick Clay, gestor de renta variable global de Newton, parte de BNY Mellon, explica a los inversores dónde pueden encontrar dividendos sostenibles en 2017. “Todo apunta a que el año que viene supondrá una prolongación de la tendencia vista en los pasados: incertidumbre, volatilidad en los distintos mercados y clases de activo, crecimiento bajo e interferencia de los bancos centrales. Anticipamos un entorno en que parecerá que existe menos riesgo, pero en realidad habrá mucho. En este contexto, la sostenibilidad de la renta será crucial.”
“En los mercados desarrollados, la naturaleza de la economía globalizada de hoy en día se traducirá en una mayor concentración en empresas con estructuras de capital ligeras y barreras de entrada elevadas, susceptibles de protegerlas frente a desarrollos disruptivos y competidores potenciales. Todo apunta a que este tipo de compañías serán capaces de proporcionar dividendos sostenibles a lo largo del año, incluso en un entorno de valoraciones y volatilidad elevadas”, añade.