La lección del Brexit ha sido aprendida: el riesgo político está aquí para quedarse y debería ser tratado con cierta cautela. Las buenas noticias para el siguiente trimestre, según Gaël Combes, analista fundamental de renta variable y Florian Ielpo, responsable de análisis macro para Unigestion, es que el crecimiento en las economías desarrolladas debería ser algo mejor, ya que los datos del consumo deberían seguir siendo un apoyo.
Las economías emergentes siguen mostrando una tendencia de mejora y la combinación de las mejoras en economías emergentes y desarrolladas es una señal alentadora para los activos financieros correlacionados con el crecimiento. Sin embargo, el riesgo político, no es el único riesgo: el enorme nivel de deuda de la economía China es una fuente natural de preocupación también. Los riesgos no están fuera del panorama actual, pero las perspectivas para el siguiente trimestre son algo mejores que las del trimestre anterior. Esto será un contingente para la planificación de los bancos centrales, pero eso es parte de la normalidad.
Por ahora, el primero de los posibles factores que pueden desencadenar estrés en el mercado es el riesgo político. Hay un crecimiento en el voto anti-sistema en todas las economías desarrolladas, reflejando una percepción de fracaso por parte de las economías liberales capitalistas a la hora de mantener sus promesas de un mejor mañana. El miedo a la globalización y unas menores tasas de mejora en los estándares de vida han sido dos de las características más destacadas en los últimos tres años. Un incremento de la desigualdad en el patrimonio y en los ingresos; o el susto de las migraciones masivas son también factores a tener en cuenta en esta nueva situación política.
Los partidos de izquierda y derecha del sistema político están luchando por ajustarse al nuevo mapa político, ya que el populismo ya no pertenece exclusivamente a uno de las dos corrientes. Una situación similar ha ocurrido en los últimos 20 años, el partido griego Syriza es probablemente el mejor ejemplo de todos, pero nunca se ha dado el mismo tipo de apoyo a una propuesta electoral anti-sistema en ninguno de los 10 mayores países.
De hecho, el voto del Brexit muestra dos cosas: la primera, lo que hasta ahora era una minoría de votantes descontentos utilizando los extremos políticos para mostrar su enfado con la sociedad puede convertirse ahora en una fuerza actual de gobierno. En segundo lugar, es una demostración a otros países de Europa, que la vox populi puede hacer dar la vuelta a las instituciones: “si ellos lo hicieron, nosotros también podemos”, un mensaje de esperanza para otros partidos políticos disidentes.
Después de la votación del Brexit, los próximos eventos políticos a tener en cuenta serán el referéndum de Italia en octubre y las elecciones de Estados Unidos en noviembre. El éxito del referéndum italiano es una condición para que el actual primer ministro italiano, Matteo Renzi, no renuncie a su actual puesto: el voto ofrecerá una posición de apalancamiento contra la actual clase política creando la tentación de expresar las frustraciones de la sociedad con el actual gobierno. No es un evento de la escala del Brexit, pero podría ser otra pista de lo que está sucediendo en Europa: los euroescépticos están en aumento.
Las elecciones de Estados Unidos podrían ser un paso más significativo en este proceso y la batalla está muy ajustada: la desigualdad en el patrimonio y en los ingresos son particularmente fuertes en Estados Unidos; y el malestar social que ésta crea apoya el voto a Donald Trump. Esta lista de eventos se extenderá en el próximo año, con las elecciones de Francia, Holanda y Alemania. Holanda es un país que se encuentra particularmente en riesgo, con el partido PVV disfrutando de un fuerte éxito: unas perspectivas económicas llenas de eventos políticos para los próximos trimestres.