Los sentimientos de los inversores se entremezclan en esta mitad de año donde la inflación, la guerra entre Rusia y Ucrania y la normalización de las políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo siguen marcando un contexto de mercado en el que es complicado posicionar las carteras.
El principal tema que abordan los outlook de mitad de año de las firmas de inversión y bancas privadas es cuánto de cerca estamos de la próxima rescisión. Según los datos Bloomberg, muestra de este sentimiento es que los fondos de renta variable mundial registraron las mayores salidas de dinero en nueve semanas, ya que los inversores se volcaron en el efectivo ante la preocupación de que la economía estadounidense pueda estar abocada a una recesión.
La renta variable estadounidense registró su primera salida en siete semanas, con 17.400 millones de dólares, según un informe de Bank of America Corp. “Mientras tanto, el índice de Goldman Sachs Group Inc. de acciones defensivas ha subido más de un máximo de 18 meses en relación con el índice MSCI AC World, ya que los temores de una recesión mundial superan la preocupación por la inflación desmesurada. Y el petróleo está listo para una pérdida semanal en medio de una amplia venta en los mercados de materias primas”, señalan desde Bloomberg.
Según explica Pablo Duarte, analista senior del Instituto Flossbach von Storch, la economía real sigue en fase expansiva tanto en Estados Unidos como en la zona del euro. Sin embargo, los vientos en contra provienen del empeoramiento de la confianza de los consumidores y las empresas. “La conclusión es que el escenario de estanflación (en el que un crecimiento bajo y fluctuante por término medio va acompañado de una inflación alta y fluctuante) parece algo más probable que la recesión de estabilización (en la que la ola de inflación se ve interrumpida por la caída de la demanda forzada por la política monetaria o fiscal). Como de costumbre, la política posterga la solución de los problemas. Sin embargo, esto hace que un ajuste sea aún más doloroso cuando la procrastinación ya no es posible”, indica Duarte.
En opinión de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, el factor desestabilizador y que lleva a este sentimiento pesimista es la inflación. “No la esperábamos, pues, con la pandemia, ha habido un incremento masivo de estímulo monetario y fiscal, al tiempo que exceso de demanda y menor oferta o suministro. De manera que los bancos centrales se encuentran en una posición difícil: para controlar la inflación, pueden provocar una recesión, como en los años 80, lo que tiene costes políticos y económicos. La alternativa es esperar que la inflación se reduzca. Pero si sigue aumentando, se producirá una recesión más adelante. Por nuestra parte, pensamos que la inflación ha llegado o está llegando a máximos. Las buenas noticias es que los estímulos monetarios y fiscales se están retirando y las tensiones en la cadena de suministro se están relajando. Incluso puede haber subidas de tipos de interés, seguidos de recortes en 2024”, señala Paolini.
Carteras: ideas de inversión
Ante este contexto, el estratega de Pictet AM reconoce que empieza a encontrar valor real en los activos tradicionales: acciones y bonos. Según argumenta, este estado de cosas de alguna manera está reflejado en las valoraciones, que vuelven a ser, de media, normales. “De hecho, por primera vez en mucho tiempo, empezamos a encontrar valor real en los mercados de acciones. El sector minero en Europa cotiza prácticamente a cuatro veces beneficios, las empresas de pequeña capitalización en EE.UU. a mínimos históricos de 12 veces y las acciones de China a 10 veces. Eso sí, en conjunto, todavía hay riesgo significativo económico y las valoraciones, aunque más atractivas, no lo son en grado suficiente para equilibrar las noticias económicas negativas. En concreto, en EE.UU. la bajada de valoraciones de las acciones por el índice S&P 500 este año ha ido en paralelo al incremento de la rentabilidad real de los bonos, como suele ser. Si la Reserva Federal hace lo que dice va a hacer, este mercado está correctamente valorado, pero hay que asumir que las expectativas de incremento de beneficios del consenso para 2022 en EE.UU., del 10 %, se materializarán. Por nuestra parte estimamos que sea 2%. Incluso las expectativas de beneficios del consenso son actualmente mayores que hace seis meses”, indica Paolini.
Según las perspectivas de mercado de Nordea, las grandes empresas tecnológicas tienden a valorizar el crecimiento económico a largo plazo y la innovación, las cuales se encuentran en un escenario difícil actualmente. “Por el contrario, las acciones value con características de calidad parecen estar mejor posicionadas. Las empresas de tecnología chinas lucen interesantes especialmente cuando consideramos la presión del cambio climático, ya que este país es el principal productor de muchas de las partes utilizadas en el desarrollo de las tecnologías ecológicas. A medida que el temor a una rápida desaceleración económica mundial se desvanece, creemos que podríamos encontrar oportunidades en medio de las dislocaciones en algunas acciones tecnológicas/disruptivas”, indica Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM.
En opinión de Galy, en un mundo tan complejo, con dislocaciones y riesgos económicos elevados, las soluciones flexibles con múltiples primas de riesgo deberían ayudar. “La infraestructura y los bienes raíces que cotizan en bolsa deberían seguir ayudando a la cobertura contra la inflación. “Un entorno tan complejo como el actual es un recordatorio del valor secular de la ESG”, matiza.
Desde Allianz GI siguen pensando que, pese al entorno desafiante, pueden encontrarse oportunidades en el largo plazo dentro de los activos tradicionales. Según Gregor MA Hirt, CIO global Multiactivo en Allianz GI, por ejemplo, las inversiones en materias primas pueden ayudar a protegerse contra el aumento de la inflación. “Las estrategias de CTA también se están beneficiando de este entorno, ya que pueden vender en corto en los mercados. Además, el mercado de renta variable de Reino Unido tiene potencial, gracias a su exposición a la energía y la salud, y su sesgo defensivo; y las estrategias alternativas de tipo beta, incluyendo las estrategias largas / cortas, han experimentado un renacimiento este año”, indica MA Hirt.
Es cierto que tras la gran revisión de valoraciones de los activos en la primera mitad del año, el fuerte atractivo relativo de la renta variable frente a la renta fija se ha erosionado, lo que llama a una asignación más equilibrada. “En la inversión en renta variable, el value, la calidad y los dividendos deberían ser una buena combinación, ya que los dividendos representan un componente estable de los rendimientos cuando la inflación es alta. La renta variable estadounidense parece más resiliente que la de la UE, a pesar de las elevadas valoraciones; mientras que la renta variable china, con la desaceleración económica y rebajas de beneficios ya descontadas, podría permitirse sorpresas positivas. En cuanto a la renta fija, los inversores deberían adoptar una postura táctica más neutral en cuanto a duración y jugar las divergencias en las políticas monetarias, así como buscar valores ligados a la inflación y tipos flotantes para protegerse de la inflación”, argumentan desde Amundi.
En el segmento de crédito, Amundi favorece el investment grade en mercados desarrollados y el high yield en mercados emergentes. Por último, una dinámica de correlaciones de activos cruzados más inestable en el contexto inflacionista exigirá a los inversores que busquen diversificación adicional en materias primas, estrategias de divisas, en particular las que favorecen divisas de países exportadores de materias primas, y estrategias alternativas con una baja correlación con la renta variable y la renta fija, como los activos reales. Sin embargo, en ese segmento, Amundi se inclina por el sector inmobiliario y la deuda privada flotante.
Principales enfoques y estrategias
En opinión de Kevin Thozet, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, la gestión activa es un requisito previo en estos tiempos tan traicioneros. «Y más aún de cara al futuro, ya que el regreso de la inflación implica el regreso de un factor de incertidumbre que había estado desaparecido en gran medida en la última década. Este es un terreno potencialmente fértil para los gestores activos porque la inflación y los ciclos macroeconómicos tienden a ir de la mano», afirma.
Desde Lombard Odier señalan que será necesario mantener la calidad de las carteras en todas las clases de activos, ante la complejidad del entorno actual. También apuntan que será positivo “ favorecer las inversiones con una fuerte generación de flujos de caja y un bajo apalancamiento a medida que aumenta el coste del capital, así como apoyarse en herramientas para proteger los rendimientos de la cartera.
En este sentido, la entidad de banca privada ve necesario construir carteras de valores diversificadas. “Las estrategias con opciones, como los diferenciales de venta sobre los índices de renta variable de EE.UU y Europa, pueden ofrecer a la cartera cierta protección frente a nuevas caídas. Así, tiene sentido mantenerse neutral en los mercados de renta variable. Si los bancos centrales consiguen endurecer la política sin desencadenar una recesión, los mercados deberían repuntar gradualmente a partir de ahora dado el grado de revalorización que ya se ha producido. Si, por el contrario, caen en recesión, no se pueden descartar nuevas pérdidas”, indican.
Por último, insiste en la importancia de las estrategias tácticas y activas de las carteras: el endurecimiento de las condiciones financieras, la inestabilidad política y el riesgo de un error en la política monetaria hacen que la volatilidad de los mercados persista. Por ello la gestión activa es muy importante. Esto exige un conjunto más amplio de herramientas de inversión para combatir las posibles amenazas a la rentabilidad de una cartera, incluyendo alternativas como los fondos de cobertura, estrategias de crédito convexo y enfoque en la sostenibilidad. Como siempre, la disciplina táctica sigue siendo clave, ya que las asignaciones de activos deben adaptarse rápidamente para reflejar la rápida evolución de las condiciones y oportunidades del mercado.
Para Amundi, los inversores deberían seguir siendo cautelosos en cuanto a la asignación de riesgos y buscar resiliencia y fuentes de rendimientos reales positivos, al mismo tiempo que intentar beneficiarse de las discrepancias entre regiones y sectores a raíz de la desincronización de los ciclos económicos. “En este complejo panorama, los inversores deben buscar resiliencia y oportunidades que puedan surgir debido a un ciclo económico desincronizado y a las diferentes trayectorias de acomodación fiscal y monetaria. La liquidez de las carteras ocupará un lugar destacado, ya que la liquidez global macro se irá reduciendo progresivamente», afirma Monica Defend, Directora del Amundi Institute.
En último lugar, Fabiana Fedeli, CIO de Renta Variable y Multi-Activos de M&G, considera que el mejor posicionamiento es mantener una cartera diversificada en diferentes clases de activos, incluida la renta variable, la renta fija, commodities y activos reales. “Dentro de las clases de activos, la selección es fundamental. El alfa debe proceder de la selección. El contexto actual no es el de un mercado para la inversión, a grandes rasgos, a brochazos. Cuando se invierte a nivel de compañías, es importante centrarse en aquellas que cuentan con el poder de fijación de precios y unos balances sólidos, aquellas que pueden resistir mejor el entorno inflacionista y de subida de tipos. En renta variable, seguimos apostando por las temáticas a largo”, concluye Fedeli.