«Esta unión es imperfecta, es frágil, es vulnerable, y no aprovecha todo el potencial que podría si la unión se hubiera completado. De cara al futuro, deberíamos dar pasos más decisivos hacia una mayor integración». Esta contundente declaración de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), hace que Yves Longchamp, responsable de research de Ethenea, se pregunte por qué la Unión Económica y Monetaria (UEM) es imperfecta y qué pasos son necesarios para que la integración de todos los países que la componen sea perfecta.
Para Yves Longchamp, la saga griega que ha mantenido a los mercados en un hilo durante meses ha eclipsado el origen del problema: la UEM atraviesa una crisis existencial. Para el experto de Ethenea, la cuestión no es en realidad si el tercer paquete de rescate de Grecia será suficiente para mantener al país dentro de la unión o no. La cuestión de fondo radica en si ahora, y a la vista de lo sucedido, se pondrán en marcha las reformas políticas e institucionales que tienen que hacer que la Unión Europea funcione a pleno rendimiento.
“La experiencia reciente, la teoría y la historia son las herramientas disponibles para dar forma al futuro del contorno de la Unión”, sentencia Longchamp.
Si alguna lección se puede extraer de Grecia es que el tercer rescate ayudará a la economía helena a respirar pero no es la solución definitiva para el país porque la recuperación de la política monetaria y la independencia cambiaria no puede sustituir las reformas estructurales, argumenta el experto. De hecho, Ethenea estima que el riesgo de un Grexit ha aumentado con el tercer paquete de rescate. “La larga lista de reformas necesarias y las medidas de austeridad no son opciones aceptables para la empobrecida población griega, que será quien pague la factura del rescate en los próximos años. No hay que olvidar que un cuarto de la fuerza laboral del país está desempleada. El alivio de la deuda podría disminuir de alguna manera los costes de los ajustes y ayudar a mantener a Grecia dentro de la Unión, pero el ejecutivo tendrá que implementar las reformas de todos modos”, explica el responsable de research de Ethenea.
Un Grexit significa ante todo vuelta al dracma. Si llevó años introducir de forma ordenada el euro, se necesitarían al menos algunos meses para llenar los cajeros automáticos con nuevos dracmas. “¿Por qué el gobierno griego no se prepara para un Grexit ordenado en los próximos meses, una vez que la situación se ha calmado un poco?”, se pregunta Longchamp.
De acuerdo con la anatomía de la crisis del euro elaborada por Ethenea, la zona euro al completo se enfrenta ahora a riesgos sociales y la ruptura de la unión, tal y como se la conoce ahora. El grupo de los países del norte, liderados por Alemania tiene cierta simpatía con un Grexit, mientras que el grupo de países del sur, liderados por Francia, son más propensos a mantener a Grecia en la Unión. La mayor divergencia entre los miembros clave – Francia y Alemania – aumentará las tensiones políticas y debilitarán sustancialmente la Unión, algo que, al final, podría conducir al desmantelamiento del euro. En algunos países como Francia, España, Portugal e Italia, el descontento social es visible y los partidos extremistas están floreciendo.
La buena noticia es que la Unión Monetaria, que es el resultado de un proceso político que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial, ha entrado finalmente en una crisis política. “El debate sobre el futuro de la Unión tiene que versar sobre esto y es a partir de aquí de donde deben extraerse y aplicarse las soluciones. De la misma manera que la luz arroja sombras, solamente una mayor integración fortalecerá la Unión Europea”, dice Longchamp.
«Siempre y cuando la voluntad política de mantener la unión esté presente, se puede encontrar una solución», dijo Michael Bordo, profesor de economía de la Universidad de Rutgers. Pero Longchamp cree que existe un acuerdo generalizado, en línea con las lecciones de la historia, de que la creación de una unión monetaria sostenible y exitosa es un proceso complejo que evoluciona con el tiempo y dado que Europa ha empezado al revés –una unión monetaria antes que política- el tiempo juega en contra de la eurozona. “Otra recesión podría llevar a la Unión a la fase final de la crisis del euro con consecuencias potencialmente dramáticas”, explica.
“Si la integración de la Unión se completara, los beneficios serían grandes. Además de la libre circulación de personas, capitales, bienes y servicios, una Unión que funcione adecuadamente conducirá a la prosperidad y la estabilidad de sus ciudadanos. Un sistema que respalde y distribuya los riesgos bien podría mitigar también los costes de las recesiones. La unificación política en última instancia conduciría a los eurobonos, un instrumento de política monetaria superior a la emisión de deuda nacional, que haría el mercado de la moneda única aún más líquido, lo que es una buena alternativa al dólar como moneda de reserva. Finalmente, todo esto colocaría a Europa en una posición ventajosa para competir con EE.UU. y el bloque asiático en una contexto de economía globalizada. La Unión Europea debería estar unida en tanto en la prosperidad como en la adversidad”, concluye Yves Longchamp.
Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.