El Banco de la Reserva de la India (RBI) acaba de rebajar un 0,25% los tipos de interés, hasta dejarlos en el 7,5%. Esto es indicativo de que, con un crecimiento lento y una inflación limitada, los bancos centrales de los mercados emergentes pueden relajar sus políticas monetarias, generando oportunidades atractivas. Turquía, Rumania y China ya lo han hecho e India parece seguir este camino.
“Ahora su herramienta preferida es la política monetaria. Como el crecimiento es lento y la inflación limitada, los bancos centrales de los países emergentes pueden recortar tipos de interés, generando oportunidades atractivas”, explica Mary-Thérèse Barton, CFA, especialista senior de deuda de mercados emergentes de Pictet AM. En el caso de Brasil, el mercado descuenta un agresivo aumento de tipos de interés los próximos doce meses, a pesar de que su banco central, teniendo en cuenta las condiciones económicas, puede recortarlos la segunda mitad de este año.
Por ésta y otras razones, la experta, considera que el activo de deuda emergente es atractivo a largo plazo frente a los mercados desarrollados: “Es cierto que las economías emergentes han ido perdiendo competitividad los últimos tres años, con el aumento de los costes laborales y la menor productividad, de manera que la brecha de su crecimiento económico respecto de economías desarrolladas ha llegado a mínimos del 3,3% en 2014, en caída desde máximos de 2009. Así que, además de una mejora del crecimiento mundial, tiene que haber reformas estructurales en estos países”, explica. Pero hay factores positivos.
Además de la tendencias en política monetaria, está la disminución de precios del petróleo, que refuerza la confianza de los consumidores. “La caída de los precios de las materias primas ayuda a reducir el déficit por cuenta corriente y ya ha impulsado las exportaciones un récord del 4% en Turquía en 2014, cuya deuda local y en moneda fuerte se han comportado mejor que el índice de referencia. Un descenso del 25% en los precios del petróleo puede aumentar su PIB un 1%, por encima de la media ponderada de las economías emergentes. La India es otro importador de energía cuya deuda en moneda fuerte ha superado al índice. Un descenso del 25% en los precios del petróleo puede aumentar su PIB un 1,8%”, explica. En contraste Brasil y Colombia –exportadores de materias primas-, han ampliado sus déficits por cuenta corriente. Por otra parte, los bajos precios de las materias primas pueden aliviar la presión inflacionista en las economías emergentes, “aunque no creemos que haya amenaza de deflación, excepto en algunos mercados de Europa del Este, como Hungría y Polonia”.
Las rentabilidades esperadas
En moneda local, la experta cree que el activo puede proporcionar una rentabilidad anualizada del 7% los próximos cinco años (en dólares) y en divisas fuertes más del 4%, por encima de la deuda de los gobiernos y corporativa de las economías desarrolladas.
“En carteras en dólares seguimos viendo atractivo en mercados de alta rentabilidad, como Líbano, Vietnam, Mongolia y Costa de Marfil. Por otra parte infraponderamos deuda denominada en dólares de China, Malasia y Chile, cuyos diferenciales de rentabilidad a vencimiento está muy ajustados. Los inversores prevén alza de tipos de interés en EE.UU. la segunda mitad del año, pero la rentabilidad del bono americano, que afecta a los mercados emergentes, puede avanzar hacia el 3% –cerca del nivel que desencadenó una fuerte venta en mercados emergentes a mediados de 2013-. De manera que las divisas emergentes pueden permanecer bajo presión”, explica.
En Venezuela sólo tienen exposición en deuda en hard currency, en consonancia con su peso de 1,6% en el índice JP Morgan EMBI Global. “La rentabilidad a vencimiento de esta deuda es más del 30% y su presidente Nicolás Maduro aseguró que devolvería cada dólar, voluntad que sigue fuerte, aunque está bajo riesgo de impago los próximos meses. De hecho Venezuela está tratando de usar Citgo, la unidad de refinado en EE.UU. de la petrolera estatal PDVSA, para colocar deuda en dólares. Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo, fácilmente accesibles en tierra, si bien los precios serán clave, pues esta materia prima constituye alrededor del 98% de sus exportaciones y es crucial para el pago de su deuda. De hecho, con los precios del petróleo por debajo de precio de equilibrio, su superávit en cuenta corriente se está reduciendo, provocando déficit presupuestario. Por tanto el riesgo de impago se ha incrementado significativamente para 2016”, explica la experta.
En deuda local infraponderan divisas. “Las economías emergentes pueden ganar competitividad y puede haber oportunidades más adelante este año -en conjunto estas divisas están infravaloradas 22%- pero los próximos meses podemos ver más debilidad. De momento estamos positivos en algunas monedas asiáticas, incluyendo la rupia, que se beneficia de las reformas estructurales y, con los menores precios de las materias primas, mejora del equilibrio fiscal en la India. El peso de Filipinas también parece atractivo pues su economía puede crecer alrededor del 6%, con estabilidad política, política monetaria creíble y deuda recientemente calificada grado de inversión”.