Alemania celebrará elecciones este domingo. Originalmente, estaban previstas para septiembre de 2025, pero se produjo un adelanto debido a la disolución del Parlamento tras la pérdida de una moción de confianza por parte del gobierno del canciller Olaf Scholz en diciembre de 2024. Desde el punto de vista de la inversión, la clave de estos comicios estará en qué se puede hacer con la economía alemana, con independencia de quién gane.
Hay que recordar que esta se contrajo por segundo año consecutivo en 2024, un -0,2%, y que las previsiones para 2025 siguen revisándose a la baja de forma generalizada. El Banco Central alemán, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Instituto de Kiel estiman que el crecimiento será, en el mejor de los casos, marginalmente positivo en 2025.
Paralelamente, los analistas aplauden que Alemania ha conseguido tener bajo control su déficit presupuestario público, manteniéndose por debajo del 3% en 2022, 2023 y 2024, lo que es significativamente inferior al déficit de Francia (entre el 5% y el 6% en el mismo periodo), Italia (entre el 4% y el 8%) y España (entre el 3% y el 4,5%).
“El débil crecimiento y el consiguiente aumento de la tasa de desempleo han suscitado durante varios meses debates sobre la norma del ‘freno de la deuda’. Esta norma, consagrada en la Constitución desde 2009 tras la crisis financiera, limita el déficit presupuestario estructural anual al 0,35 % del Producto Interior Bruto (PIB) y explica el reducido déficit de Alemania. No es de extrañar, por tanto, que se haya convertido en uno de los principales temas de las próximas elecciones del 23 de febrero”, explica François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management.
Retos económicos
Según Eiko Sievert, analista del sector público y soberano de Scope Ratings, el próximo Gobierno de Alemania deberá abordar urgentemente las debilidades estructurales de la economía y establecer una estrategia industrial clara, modernizar las infraestructuras energéticas alemanas (AAA/Estable) y aplicar las reformas pendientes desde hace tiempo en materia de fiscalidad, sistema de pensiones y mercado laboral.
Al mismo tiempo, tendrá que hacer frente a una política comercial y de defensa estadounidense cada vez más proteccionista e impredecible. “Un aumento generalizado de los aranceles estadounidenses a la importación afectaría significativamente a las industrias alemanas de fabricación de automóviles, maquinaria y equipos. Dichos aranceles provocarían una menor demanda de las exportaciones, un aumento de los costes de los insumos y una reducción de los márgenes de beneficio cuando las empresas ajusten sus cadenas de suministro. Además, incluso si los aranceles se aplazan o renegocian, es probable que en los próximos trimestres se frenen las inversiones debido a la persistente incertidumbre”, añade Sievert.
¿Quién afrontará estos retos? Según señalan los expertos, dado que Friedrich Merz dejó claro que la CDU no formará un gobierno de coalición con AfD, una coalición CDU-SPD sigue siendo el resultado más probable. “Sin embargo, según matiza Annalisa Piazza analista de Renta Fija de MFS Investment Management, “las posibilidades de una repetición electoral podrían aumentar ligeramente si el resultado es inconcluso (por ejemplo, si la CDU y el SPD logran una mayoría muy ajustada), ya que una coalición con Los Verdes es poco probable debido a sus marcadas diferencias en materia de inmigración”.
Implicación para los mercados
Pese a los retos a los que se enfrenta Alemania, Beth Beckett, economista de Capital Group, reconoce que las expectativas de beneficios del índice DAX superan este año al resto de países europeos. Se prevé que los beneficios por acción aumenten un 10,5% en 2025, solo un poco por debajo del 12,5% previsto para el índice S&P 500.
“El mercado alemán de renta variable también mostró una notable capacidad de resistencia el año pasado, cuando la situación de la economía nacional no era mucho mejor que la actual. Desde inicios de 2024, la rentabilidad total ha aumentado casi un 30% en términos de divisa local, en línea con el índice S&P 500 y muy por delante de otros índices europeos de renta variable”, destaca Beckett.
Desde la perspectiva del mercado de deuda soberana, la analista de Renta Fija de MFS IM, espera que la actual inestabilidad política tenga un impacto limitado en los bonos alemanes (Bunds). Según Piazza, “los diferenciales de swap se han movido con anticipación y ya reflejan algunos cambios políticos y de políticas, como una mayor flexibilidad fiscal. Esperamos que la curva de los Bunds siga siendo el refugio seguro dentro de los bonos soberanos europeos (EGBs) a medio plazo”.
En cuanto al mercado de divisas, Piazza añade: “El resultado de las elecciones alemanas será observado de cerca, ya que Europa actualmente carece de líderes fuertes. En el actual entorno de incertidumbre, con guerras comerciales y riesgos crecientes en términos de crecimiento y defensa, los mercados estarán atentos a si Europa es capaz de ofrecer una respuesta coordinada a estos desafíos. Por ahora, resulta difícil verlo, ya que, independientemente del resultado de las elecciones alemanas, la formación de un gobierno en Alemania llevará semanas (si no meses). Por lo tanto, esperamos que el euro siga bajo presión”.
Por último, en opinión de Rimeu, es probable que la perspectiva de una bajada de los precios de la electricidad y de recortes fiscales, tanto para las empresas como para los hogares, influya positivamente en el consumo y la inversión. “Los indicadores recientes muestran una ligera mejora, con los PMI por encima de 50 (a 31/01/2025, Fuente: S&P Global) o los indicadores Sentix. Además, no debe pasarse por alto el efecto dominó en otros países de la eurozona; por ejemplo, estimamos que un aumento del 1% del PIB en Alemania provocaría un aumento del 0,1% del PIB en Francia”, argumenta.