Frente a un entorno de bajadas de tipos de interés que invitaría a ganar exposición a renta fija de más duración, la llegada de Donald Trump al poder lleva a las gestoras a recomendar más exposición a renta variable para beneficiarse del efecto Trump 2.0.
Solo en el periodo entre el 20 de enero, fecha de su toma de posesión como 47º presidente de EE.UU., y el 5 de febrero, Donald Trump ha firmado 54 órdenes ejecutivas, un récord histórico si se toma como referencia el marco temporal de los primeros 100 días de mandato. Para hacerse una idea de la magnitud y rapidez con la que está actuando la nueva Administración, Trump firmó 220 órdenes durante los cuatro años de su primer mandato. El presidente estadounidense que ostenta el récord de órdenes ejecutivas en el cargo no puede ser más simbólico: se trata de Franklin D. Roosevelt, que nada más acceder al poder en 1933 puso en marcha el New Deal para sacar a EE.UU. de la Gran Depresión, firmando hasta 99 órdenes ejecutivas en sus primeros 100 días en el cargo.
Eiko Sievert, director sénior en Scope Ratings, cree que la avalancha de nuevas órdenes ejecutivas “marca un fuerte reenfoque de las prioridades políticas de EE.UU.”, pero avisa de que, paradójicamente, los inversores deberán esperar más volatilidad en vez de más certidumbre, porque “la formulación de nuevas políticas seguirá siendo cambiante y volátil, ya que las negociaciones entre EE.UU. y los países que más interesan al presidente pueden implicar cambios y retrocesos repentinos”.
Desentrañando a Trump 2.0
El otra vez presidente de EE.UU. ha vuelto a la Casa Blanca con la promesa de más crecimiento y más “America First” para todos. Su agenda, conocida coloquialmente como Trump 2.0, tiene como propuestas estrella la aplicación masiva de aranceles, el incentivo a la industria local del petróleo, consolidar el liderazgo de EE.UU. en inteligencia artificial (IA) y el adelgazamiento de la administración pública a través del nuevo Departamento de Eficiencia (DOGE) que lidera Elon Musk. Estas y otras de sus promesas electorales tienen un efecto potencialmente inflacionario, que han llevado a una fuerte revisión de las expectativas de bajadas de tipos de interés para la Reserva Federal, que ya decidió tomarse una pausa en la reunión de enero.
Desde Scope Ratings citan como retos “persistentes” para el país la creciente polarización de la política interna y los desafíos a la gobernanza, el debilitamiento persistente de las finanzas públicas (con un nivel de endeudamiento récord desde la IIGM) y el defecto no resuelto en el marco fiscal de EE.UU., que da lugar a recurrentes bloqueos del techo de la deuda (con el riesgo asociado de un impago técnico).
Según el informe de UBS ‘FAQs on tariffs’, “los inversores se han visto alentados por indicios de que las amenazas arancelarias de Trump podrían ser más negociables de lo pensado”. Para los expertos de la entidad, “la clave estará en si Trump se ha convencido de que los aranceles merecen la pena por sí mismos, y no sólo como instrumento de negociación”. En la firma tienen como escenario central la aplicación de “aranceles selectivos” con potencial para “mellar, pero no descarrilar”, el crecimiento económico estadounidense.
Así, explican que EE.UU. es “una economía relativamente autosuficiente, con una dependencia relativamente baja del comercio internacional”, dado que solo importa el equivalente al 14% de su PIB (datos de 2023). Sin embargo, la primera batería de aranceles a México, Canadá y China puede explicarse porque estos países acaparan el 43% de esas importaciones. En opinión de los expertos de UBS, es “improbable” que EE.UU. y China sufran recesiones incluso aunque se apliquen recíprocamente aranceles significativos, “pero otros países que son más dependientes del comercio bilateral con EE.UU., especialmente Canadá y México, podrían ser más vulnerables”.
Los expertos consideran “improbable” la perspectiva de una recesión global en el corto plazo, pero sí alertan de una nueva reconfiguración de los patrones de comercio mundial por la nueva política arancelaria de los EE.UU.: “Cuanto más altos sean los aranceles, más incentivos habrá para tomar medidas como trasladar fábricas de China a países vecinos con salarios bajos”. Sin embargo, los expertos se muestran más escépticos con el efecto deseado por la nueva Administración, que no es otro que las compañías retornen la producción a terreno estadounidense: “Los salarios en EE.UU. son elevados, y los aranceles en represalia podrían dificultar la exportación desde cualquier fábrica de nueva construcción en EE.UU.”, concluyen.
Se mantiene el excepcionalismo
Frente a estas perspectivas negativas, los inversores han preferido seguir validando la tesis del excepcionalismo estadounidense, después de dos años de retornos de doble dígito para la bolsa americana a pesar de lo elevado de los tipos de interés. En este tiempo, las compañías estadounidenses han demostrado la fortaleza de sus ingresos y retornos de capital, apoyándose en un entorno de políticas fiscales y regulaciones favorables al tejido corporativo, abundante liquidez, el boom del interés inversor por la IA, la disposición del consumidor estadounidense para seguir gastando y la cultura de innovación y emprendimiento que caracteriza al país. “A pesar de las elevadas valoraciones actuales, tanto en términos absolutos como relativos con respecto a otros mercados y estándares históricos, existen razones de peso para seguir invirtiendo en la economía estadounidense debido a sus fortalezas estructurales”, corrobora Mario González, responsable de Capital Group para los mercados de Iberia y US Offshore.
Según datos de BlackRock, las compañías estadounidenses podrían reportar un beneficio medio de hasta el 14% en 2025, y anticipan que “todos los sectores – incluso los que tienen dificultades, como energía, materiales y salud- tengan crecimiento”. Entre aquellos que creen que podrían beneficiarse de nuevas órdenes ejecutivas presidenciales destacan al financiero, “que podría obtener un impulso de la esperada desregulación si esto alienta mayor actividad corporativa”, y al energético, ya que está en la agenda de Trump “impulsar la producción de energía y facilitar la obtención de permisos para construir infraestructuras energéticas”.
“Los beneficios estadounidenses son elevados, ya que las empresas han podido mantener los altos precios del periodo en que se brindaban ayudas por la pandemia. Además, los inversores están entusiasmados con la perspectiva de futuros recortes en el impuesto sobre sociedades y un crecimiento superior y sostenido del PIB de EE.UU., y extrapolan todo ello a continuas ganancias”, describe por su parte Rob Almeida, estratega de MFS Investment Management.
En una nota reciente, Almeida explicaba que la economía estadounidense ha experimentado un cambio sustancial en el ciclo de capital: “En lugar de financiar dividendos y recompras de acciones, muchas empresas están financiando proyectos tangibles”. Aunque indica que este cambio podría implicar un mayor crecimiento y una inflación más elevada, el estratega avisa de que también conllevaría “un grandísimo cambio en los ganadores y los perdedores en el mercado” y pronostica que los líderes del futuro en los mercados bursátiles probablemente sean “aquellas empresas que se escuden frente a la competencia y sean capaces de proteger los márgenes de beneficios”.
Propuestas más arriesgadas
La respuesta general de las gestoras a la pregunta de cómo posicionar las carteras para este nuevo orden político y económico es unívoca: asumir más riesgo. Para la elaboración de este reportaje, hemos contado con la participación de 19 gestoras de activos que han propuesto 30 fondos de inversión con los que construir carteras que puedan beneficiarse de las dinámicas de mercado que surjan durante el nuevo mandato de Donald Trump. De ellos, un 52% se corresponden con fondos de renta variable, un 34% son fondos de renta fija y el resto son fondos alternativos y fondos mixtos, con un 7% cada categoría.
Dentro de la renta variable, las preferencias de las gestoras han apuntado a áreas muy concretas: un 33% son fondos de renta variable global, un 27% invierten en acciones de compañías tecnológicas, y un 20%, en renta variable estadounidense. El 20% restante lo constituyen recomendaciones para ganar exposición a renta variable europea y asiática.
La búsqueda de oportunidades por valoración y dispersión entre mercados explica que la renta variable global haya sido la categoría más elegida. Por ejemplo, la estrategia del Jupiter Merian World Equity Fund se centra en explotar las ineficiencias del mercado a través de una gestión dinámica y una investigación rigurosa y evidencia objetiva, “lo que permite identificar y capitalizar oportunidades en un entorno de mercado volátil”, en palabras de Susana García, Sales Manager en Jupiter AM Iberia. Así, el fondo proporciona exposición tanto a grandes nombres en el índice como a ideas de pequeña capitalización con alta convicción, posicionándose en palabras de García para “capear el temporal”, pero también para beneficiarse del viento de cola de la agenda proempresarial de Trump.
Desde Columbia Threadneedle Investments proponen el CT Lux Global Focus, un fondo de crecimiento y calidad que suele invertir en menos de 50 valores. Andrew Harvie, gestor de carteras de clientes de la firma, explica que este producto se diferencia de sus homólogos porque su precepto rector es el de la “ventaja competitiva”, lo que le permite encontrar ideas en algunas áreas donde no tienden a invertir los fondos de calidad tradicionales, como por ejemplo semiconductores o bancos. “También garantiza que reaccionemos con rapidez cuando veamos el potencial de destrucción de valor en un sector”, explica. El fondo cuenta actualmente con posiciones en carteras de compañías como Linde (gases industriales) o Compass (proveedor de servicios de catering subcontratados) que creen que podrían beneficiarse de las nuevas políticas, aunque Harvie aclara que las mantienen “no por el comercio de Trump, sino porque son líderes en lo que hacen y están respaldadas por un crecimiento estructural”.
Desde UPB, el gestor Marting Moeller destaca lo positivo de las perspectivas para la renta variable mundial para 2025, con un crecimiento previsto del BPA del 12% para el MSCI AC World. Afirma que las decisiones que se tomen en EE.UU. “pueden mejorar la confianza empresarial y de los consumidores, consolidar el déficit presupuestario, estabilizar el conflicto de Ucrania e impulsar la actividad interna”, pero también advierte de que la volatilidad puede aumentar, debido a factores como la adopción de la IA o las incertidumbres en torno al comercio mundial y las políticas fiscales. Para navegar este entorno, desde UBP proponen la estrategia UBAM – 30 Global Leaders Equity, que invierte en empresas y segmentos con perfiles de creación de valor elevados y sostenibles y que, históricamente, ha demostrado resistencia en condiciones de mercado volátiles. Actualmente la mayor exposición de la cartera está en empresas orientadas a los servicios, que podrían verse menos afectadas por los aranceles.
“Con las expectativas de ganancias altas en los sectores cíclicos en un momento en que EE.UU. está experimentando un aterrizaje suave, creemos que habrá poco margen para decepciones en las ganancias en 2025”, explica Mark Denham, gestor de Carmignac. El fondo Carmignac P. Grandchildren se está centrando en empresas de calidad con alta rentabilidad, “para evitar sorpresas desagradables y penalizaciones en las ganancias en la medida de lo posible”. Destaca la importante exposición del fondo al sector sanitario, que representa el 27% de la cartera. “La reacción negativa del mercado a la postura percibida del Sr. RF Kennedy Jr. sobre las vacunas es, en nuestra opinión, una reacción exagerada. Prevemos que su atención principal se centrará en el sector de alimentos y bebidas y en cuestiones relacionadas con los ingredientes, en lugar de en la atención sanitaria”, explica Denham. El fondo también está invertido en compañías que denominan como “tecnología de alta visibilidad”, como Microsoft y Amazon, para beneficiarse de las políticas de Trump que favorecen la desregulación tecnológica y las inversiones significativas en IA.
¿Qué hay dentro de mi fondo?
La intersección entre renta variable e inteligencia artificial explica en gran parte el posicionamiento recomendado de las gestoras. Al mismo tiempo, obliga a los inversores a tener que analizar muy bien el posicionamiento de los fondos, para determinar qué quieren incorporar exactamente a sus carteras. Así, por ejemplo, Groupama Global Disruption está categorizado como fondo de renta variable global pero tiene el mandato de buscar un número limitado de empresas (entre 30 y 60) que el equipo gestor considere verdaderamente disruptivas.
Julia Kung, gestora del fondo, indica que una de las nuevas órdenes ejecutivas firmadas por Trump, que remite específicamente a la IA, hace hincapié en sostener y mejorar el dominio global de Estados Unidos para promover la competitividad económica, lo que podría conducir a “mayores inversiones en investigación y desarrollo de IA, fomentando la innovación que posicione a Estados Unidos como líder en el sector de IA a nivel mundial”. Varias de las convicciones clave de Groupama AM en la disrupción global dentro de la megatendencia que denomina “digital” son empresas que podrían beneficiarse de los cambios en curso en la economía global relacionados con los avances de la IA.
En una línea similar nos encontramos al JSS Sustainable Equity – Tech Disruptors. Este fondo de J. Safra Sarasin SA invierte con un enfoque deep tech en compañías tecnológicas de todo el espectro de capitalizaciones del mercado, a diferencia de otros fondos de la misma categoría. “Tomando como referencia el primer mandato de Trump, de 2017 a 2021, debemos esperar una administración a favor del desarrollo empresarial con menor regulación e impuestos. Esto podría favorecer el incremento de los flujos de capital y las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A), lo que sería favorable para las empresas tecnológicas más pequeñas, susceptibles de ser incluidas en cartera”, explica Tomasz Godziek, gestor del fondo.
El experto piensa que la nueva administración debería acelerar el proceso de reshoring/onshoring de la producción; en este contexto, las compañías de hardware y semiconductores en las que está posicionado el fondo y que tienen instalaciones de fabricación en Estados Unidos se verán beneficiadas “no solo de los incentivos gubernamentales de EE.UU. para la producción local, sino también de la protección que supone contar con el acceso al mercado estadounidense sin imposición de aranceles”. Godziek también cree que el segmento de ciberseguridad saldrá beneficiado, tanto del aumento de las tensiones geopolíticas como “del renovado enfoque del nuevo presidente en la seguridad nacional”.
Con el foco en la IA
El interés apabullante por la IA ha sido otro punto de consenso, ya que las gestoras consultadas prevén que esta temática siga atrayendo flujos de inversión. “Creemos que las políticas de la nueva administración Trump podrían actuar como catalizadores positivos en tecnología. Una de las razones es el proyecto Stargate, que refuerza el compromiso gubernamental con la IA, acelerando su desarrollo, lo que podría beneficiar a las grandes tecnológicas y a empresas innovadoras en este espacio”, resume Dries Dury, gestor del DPAM B Equities Artificial Intelligence. Este fondo tiene como mandato seleccionar a empresas dentro de toda la cadena de valor de la IA.
Allianz Global Investors tiene uno de los fondos pioneros en este nicho, el Allianz Global Artificial Intelligence. Su gestor, Sebastian Thomas, subraya que el nuevo entorno de menor regulación y medidas fiscales más orientadas a estimular el crecimiento de las empresas incentivará una mayor inversión en sectores ligados a la IA, pero su impacto positivo podría ir más allá, beneficiando a industrias como las finanzas, la salud o la robótica avanzada. “Creemos que la disrupción causada por la IA abrirá nuevas oportunidades para empresas innovadoras en todos los sectores. La selección adecuada de acciones será crucial para aprovechar estas oportunidades, ya que los líderes actuales en IA podrían cambiar rápidamente en un entorno tan dinámico”, explica.
Coincide en esta percepción Hyun Ho, gestor del Fidelity Funds Global Technology Fund: “Este año las oportunidades en el sector tecnológico deberían empezar a ampliarse más allá del estrecho mercado dominado por la IA y la volatilidad que posiblemente traiga”. Así, el experto de Fidelity International afirma que “el despliegue tecnológico se está produciendo en todos los ámbitos de la actividad económica”, y esto podría crear valor en grupos diversificados de empresas más allá de EE.UU., “cuya política arancelaria podría volverse en su contra”. Pone como ejemplo el lanzamiento de la china DeepSeek, “cuyo éxito paradójicamente se debe en parte a las políticas de EE.UU., que desde hace tiempo restringe el acceso de China a numerosos proveedores de chips y esto le obligó a desarrollar su propia tecnología”.
Más allá de las “Mag7”
Si las perspectivas apuntan a un mayor potencial de crecimiento en EE.UU. por todos los factores ya expuestos, parece lógico que las gestoras recomienden más renta variable USA para la cartera. Sin embargo, las valoraciones siguen siendo un interrogante, y al margen del interés obvio por la tecnología, hay casas que recomiendan otros acercamientos a las acciones estadounidenses. Una de ellas es Federated Hermes, que recomienda su fondo de pequeñas y medianas compañías estadounidenses Federated Hermes US SMID Equity Fund. “El fondo se beneficia de las políticas de la administración Trump de inversión en infraestructuras y promoción de la industria local, porque el 70% de las ventas de los valores en cartera depende de la demanda interna de EE.UU.”, explica en primer lugar Melanie Lange, directora de Desarrollo de Negocio en Iberia de Federated Hermes.
Lange considera que el punto de entrada actual es bueno para estas compañías, que han estado a la sombra frente al interés suscitado por las Siete Magníficas. Cita como otros factores de apoyo la fortaleza económica, unos tipos de interés más bajos, el enfoque hacia la relocalización y producción dentro de EE.UU., una mayor inversión en infraestructuras y el cambio demográfico estructural de población que se está trasladando hacia los estados del sur de EE.UU: “Son regiones tradicionalmente más benignas desde el punto de vista fiscal y que se están beneficiando de acceso a casas más baratas, oportunidades de empleo y del gasto en infraestructuras, que está generando oportunidades en esa región y un buen clima de negocios”.
El Capital Group Investment Company of America (ICA) es un fondo de Capital Group en activo desde 1933 que tiene la estrategia de invertir en empresas consolidadas de una amplia muestra representativa de la economía estadounidense. “Con las empresas de gran capitalización impulsando el mercado estadounidense, esta estrategia puede reducir potencialmente la volatilidad y los riesgos asociados a un índice concentrado”, explica González. ICA ha mantenido una infraponderación estructural en el sector de la tecnología de la información y en las empresas de los Siete Magníficos, favoreciendo un enfoque acción por acción basado en fundamentos ascendentes.
También propone Amundi un fondo de renta variable estadounidense, en este caso con sesgo hacia compañías de crecimiento, el Amundi Funds US Equity Fundamental Growth. “Para los inversores growth preocupados por los efectos de la volatilidad que puede generar la incertidumbre de las políticas de la nueva administración Trump en los mercados, el enfoque del fondo en la calidad a precios razonables ha producido históricamente un perfil de riesgo/rentabilidad atractivo a lo largo del tiempo con una menor volatilidad. Nuestro enfoque puede contribuir positivamente a la generación de alfa y a la gestión del riesgo a lo largo del tiempo”, indica Raúl Fernández, director de Distribución de Amundi Iberia.
¿Qué hacemos con la renta fija?
Después de dos años de flujos de entrada récord a fondos del mercado monetario, el giro en la política de la Reserva Federal y el BCE está poniendo en evidencia que el riesgo de inversión es real. Sin embargo, si el momento de la primera bajada de tipos de interés ha sido tradicionalmente el pistoletazo de salida para que los inversores rotasen sus posiciones de acciones a bonos, incrementando la duración, en esta ocasión la tendencia no está siendo tan obvia.
Empezando por las recomendaciones con menor riesgo están las propuestas de Amundi y Eurizon. Fernández propone el Amundi S.F. Diversified Short Term Bond ESG. El experto indica que, como se espera que Fed y BCE manejen distintos tiempos en sus respectivos ciclos de bajadas de tipos, “es más fácil tener convicción con los plazos cortos que con los largos”, por lo que considera que la estrategia “podría representar una opción de inversión estratégica para aquellos que buscan equilibrar el riesgo y la rentabilidad en el espacio a corto plazo”.
Eurizon propone el fondo de deuda pública en dólares Eurizon Fund – Bond USD LTE y el fondo de renta fija a corto plazo en dólares Eurizon Fund – Bond USD Short Term.
Jorge Díaz San Segundo, director de Ventas sénior para España y Portugal de la firma, indica que este tipo de soluciones pueden ofrecer una buena oportunidad de exposición dado que anticipan que las presumibles medidas que tomará el gobierno de Trump “deberían mantener un dólar fuerte”, que los rendimientos actuales “son muy atractivos” y que las probabilidades de relajación de los tipos de referencia “son más altas para el medio plazo”.
Desde MFS IM, Carlos Aparicio afirma que “es necesario reducir el riesgo en carteras multiactivo, ya que los mercados globales pueden estar en una encrucijada”. Desde la firma consideran que el crédito europeo es atractivo tanto desde el punto de vista táctico como estratégico, ya que “ofrece características defensivas convincentes, especialmente en comparación con su homólogo estadounidense”, y por ello recomiendan el MFS Meridian Funds – Euro Credit Fund. Aparicio también destaca los beneficios de diversificación que brinda este activo, que ha generado mayores rendimientos ajustados al riesgo a largo plazo, así como su atractiva valoración -“especialmente en términos de valor relativo”- y sus sólidos factores técnicos.
La propuesta de J. Safra Sarasin SAM también tiene tintes defensivos para los inversores con menor tolerancia al riesgo, pues el JSS Twelve Sustainable Insurance Bond se centra en deuda subordinada en euros emitida por compañías de seguros, una opción que consideran atractiva por la capacidad que ha mostrado históricamente el sector asegurador para aislarse de los efectos negativos de las políticas comerciales internacionales. “Las aseguradoras operan principalmente en mercados nacionales, donde su actividad está más influenciada por la evolución de los tipos de interés y de la demanda interna que por factores globales”, recuerda Dinesh Pawar, gestor del fondo. Éste añade que las aseguradoras son menos vulnerables a las fluctuaciones internacionales al ajustar su exposición a riesgos de divisas y volatilidad de mercados a través de una gestión eficaz de activos y pasivos. Pawar añade que, en el supuesto de que la inflación repuntara y los tipos de interés se mantuvieran altos durante más tiempo del esperado, “las aseguradoras ya han demostrado una notable capacidad para manejar estos ciclos, repercutiendo en los asegurados aumentos en las primas, lo que les permite adaptarse bien a los cambios en la coyuntura económica”.
Desde Janus Henderson, la gestora de cartera de clientes de renta fija Kareena Moledina se fija en el impacto de los aranceles sobre la inflación y sobre el comercio internacional: “No hay una claridad real en torno a la posible destrucción de la oferta y la demanda y a lo que sucederá si las empresas se ven obligadas a ajustar sus cadenas de suministro. Esperamos que esto cree ruido en torno a los datos económicos y, por lo tanto, más volatilidad”. Al mismo tiempo, considera muy claro que se mantendrá el entorno “higher for longer” y, por tanto, “la renta fija como clase de activo se vuelve más interesante”. La propuesta de la gestora es el Janus Henderson Multi-Sector Income, que invierte en todos los sectores de la renta fija con un enfoque bottom-up de alta convicción. “En este entorno, será importante construir una cartera sólida de abajo hacia arriba que se centre en identificar ganadores y evitar perdedores por país y empresa”, explica.
Moledina considera que el mercado actual “es más un mercado de carry y de selección de bonos, en el que los inversores serán recompensados recortando cupones aún relativamente altos y seleccionando bonos individuales en lugar de hacer apuestas macro”. Una de las formas en que la estrategia está consiguiendo carry de alta calidad es mediante la asignación a tramos de CLO con grado de inversión, como deuda de CLO AAA de Europa.
En una línea similar está el Capital Group Multi-Sector Income fund (LUX) (MSI), un fondo que invierte en bonos corporativos US con grado de inversión y high yield estadounidense, deuda de mercados emergentes y crédito titulizado. Álvaro Fernández, Managing Director para intermediarios financieros en Iberia de Capital Group, cita, entre los factores que apoyan la te- sis de inversión en renta fija, los factores técnicos de los mercados de crédito y los niveles actuales de los diferenciales, “que reflejan un en- torno general positivo en el que el crecimiento mundial ha demostrado ser más resistente y se espera que siga siendo positivo, siendo EE.UU. el principal motor del crecimiento mundial”. Fernández aclara que, aunque en EE.UU. los diferenciales están cerca de niveles que remiten a los 90 y en Europa cerca de las medias históricas, “el apalancamien- to corporativo sigue siendo muy saludable en comparación con los estándares históricos”.
El experto termina con una observación que afecta a todas las firmas con producto de renta fija y que bien puede delimitar el rumbo de los mercados en los próximos meses, a medida que los bancos centrales profundicen en sus políticas de relajación monetaria: “Es importante tener en cuenta que todavía hay 6,7 billones de dólares en efectivo (según el ICI Investment Company Institute) depositados en fondos del mercado monetario que pueden reinvertirse. Esto sigue siendo un apoyo positivo para el mercado”.
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